Acompañante exógeno
El gran problema de la vida siempre estará ligado al ser, en sí mismo, como un elemento que genera energía interpersonal. ¿Y a qué se refiere esto, específicamente? Pues, a las relaciones humanas.
Es curioso e inquietante que no se le atribuyan a este estatus o actividad (porque puede ser ambas), los mayores conflictos que se han suscitado en el mundo. Aún cuando, todo, absolutamente todo (incluyendo guerras, política, religión, terrorismo, filantropía, voluntariado y pare usted de contar) parte de una clase de ‘error’ internalizado en las interacciones existentes entre los individuos.
Tal parece; las características de quien tienes a tu lado, pueden definirte, pero lo cierto es que va mucho más allá de eso. La sociedad es una edificación que, como tal, nace de una porción de algún material y su unión con otro. Entonces, ¿dónde se puede encontrar la falla en esta infraestructura? Simple, en el punto más profundo al que lleve el análisis de éstas conexiones.
Cuando se habla de acompañante, se hace referencia a quien es posible encontrar, en primer plano, al mirar a un lateral. ¿Pero por qué exógeno? Se preguntarán. Y es ahí donde recae, a juicio de este novato autor, la gran problemática existente en la tierra.
La endogenidad de un amor se pierde cuando potenciamos lo que nuestro consciente necesita en un deseo que la parte primitiva de nuestra mente explota en rasgos físicos y superficiales. Y no me refiero únicamente a la presencia de alguien, me dirijo, prioritariamente, a lo que ella conceptualiza.
Estamos en una fase de la humanidad donde; al buscar amor, convivencia e incluso amistad, nos olvidamos que todo conlleva un proceso de maduración, desarrollo y superación que nos permita alcanzar su máximo estado de ímpetu y vigor. De este modo, hago alusión, específica y desesperadamente, a los criterios que rigen a una persona para estar con otra (en cualquier sentido).
Más que ser fieles a un ideal, muchos están pasando por alto las consideraciones a tomar para decidir establecer un tipo de nexo con alguien más. General y preocupantemente, olvidan que la vida es un camino que hay TRAZAR metro por metro, y se dejan llevar por condiciones banales que les impiden discernir para encontrar a quien le brinde la fuerza necesaria como base para continuar su recorrido y como herramienta para lograr su cometido.
¿Qué nos deja todo lo anterior? Amores fracasados, relaciones parentales tóxicas y en quiebra, e incluso familias destruídas. Y mucho peor, la consecuencia más grande que esto nos deja es el declive en el valor de una sociedad que debería estar en progreso, una sociedad que no es capaz de recordar que sí, la vida es una y hay que vivirla, pero ella se construye y nosotros somos su motor, uno que necesita combustible (o energía) para funcionar, además de otros complementos que potencien su capacidad, pero motor al fin, de esos que demuestran su excelencia mientras se le acompañe de buena calidad.
Por esa razón, a modo de conclusión podemos preguntarnos; ¿qué tanto poder tenemos en nuestras manos y cuánto puede influir la energía que obtenemos de quien decidimos nos acompañe? Es cuestión de analizar.
Como individuos destinados a trabajar juntos, pertenecemos a un todo. Un todo que tiene poder, fuerza y decisión. Y les pido comenten, a modo de respuesta, ¿también perciben el valor negativo que las acciones que llevamos a cabo, a nivel interpersonal, tienen en nuestras vidas y cómo infieren en el mundo?