Métodos de Relajación | *Parte 2*
| Medicina Natural || Métodos de Relajación || Parte 2 |
Alternativas para descansar
Se puede lograr un descanso reparador y significante con estas tres alternativas:
1. Sueño profundo
Usted mismo comprobará que su sueño es realmente reparador al levantarse de buen humor por las mañanas, pleno de energía y de ganas de hacer cosas. Si su sueño le ha descansado realmente, tanto su cuerpo como su mente estarán en plenitud durante todo el día, y serán capaces de superar cualquier dificultad que aparezca y de mantenerse frescos y enérgicos por muchas horas.
Este tipo de sueño suele tenerlo aquellas personas que, además de no padecer problemas de salud, han realizado suficiente ejercicio físico durante todo el día y, además, no se llevan a la cama asuntos pendientes laborales, afectivos, emocionales,…
Cuando no es posible olvidar los problemas antes de irse a dormir, unos minutos de relajación pueden lograr que se calme la mente.
2. Relajación
Alguno de los sistemas de relajación que describimos a lo largo, puede ser su método para lograr un descanso reparador.
Busque el que mejor se adapte a su tiempo y a sus condiciones físicas e intente seguirlo con disciplina y regularidad.
3. Cambiar de actividad
Si está cansado mentalmente, cambiar una actividad intelectual por otra física dará descanso a la mente. Por tanto, al ejecutivo que pasa la jornada laboral exprimiendo su mente para hacer más rentable su negocio, de nada le va a servir llegar a casa y sentarse a leer el periódico y ver cómo van las cotizaciones de bolsa o la política del país.
Seguro que le relaja más ponerse a hacer algo de bricolaje, sorprender a su mujer con una buena cena, o ¿Por qué no? Fregar los platos del mediodía. El caso es cambiar totalmente de ocupación, para ir alternando el ritmo de nuestra actividad.
No hay nada que relaje y que descanse más a mi buen amigo Rama (un ingeniero malasio que vive en Inglaterra) que cuidar el pequeño jardín que rodea su casa de Swindon, al suroeste de Inglaterra. Rama sale de casa cada día a las 7 de la mañana. Aparca su coche en la estación y sube a un tren que lo deja, después de una hora, cerca de Oxford, donde trabaja.
Regresa cansado a las 6 de la tarde. Y antes de comprobar qué exquisito plato le habrá preparado su esposa, Neda, se desliza rápidamente hacia el jardín y empieza a trabajar en él. Es us descanso del guerrero.
Después de su trabajo-descanso, Rama ya está preparado para compartir con alegría y sin tensiones las últimas horas del día con su Neda.
Rama me hizo comprender por qué los ejecutivos ingleses se entregan, con tanta dedicación, al trabajo en su jardín aunque lleguen a sus casas extenuados de cansancio: es su mejor sistema de descansar, porque varían totalmente de actividad.
Pero ese sistema de descanso no le serviría al cirujano que se ha pasado ‘cortando’ con cuidado piel, músculo, grasa; uniendo arterias, seccionando nervios… Es un trabajo físico y mental que genera mucha tensión y que, por tanto, necesita de un descanso reparador. ’Cortar’ de nuevo el césped, reparar la valla, o quitar ese trozo de rama que está rota, se parece demasiado a su trabajo en el quirófano y, por tanto, no le va a resultar tan gratificante. Tal vez el cambio de actividad para ese cirujano que ha estado trabajando con sus manos y su mente, sea correr y correr hasta que su cuerpo no pueda más. En este caso sería también un gran esfuerzo que provoca un gran descanso.
Para el que realiza una actividad exclusivamente física, un buen descanso puede significar la lectura de un libro o el estudio y reflexión sobre un proyecto. Algo que haga trabajar concienzudamente a su mente, para que así puede descansar su cuerpo.
Si nuestra actividad es emociona o afectiva, también hay que descansar. ¿Y cómo? Si hemos vivido un estado de profunda tristeza, de miedo o de amor…, hay que sustituir también esta actividad emocional afectiva por otra de tipo físico o mental. Salir a correr, hacer bricolaje, dedicarse a estudiar, o preparar cualquier proyecto o trabajo, descansará nuestro ánimo y proporcionará una mayor tranquilidad a nuestro espíritu.
Pero lo importante cuando se quiera descansar cambiando de actividad es que nuestra mente se desconecte de lo anterior. De poco le servirá a Tama aspirar el fresco aroma de la hierba recién cortada de su jardín si, mientras lo hace, está intentando resolver ese proyecto de energía alternativa para Sudán que dejó sin resolver. Tampoco le servirá de nada correr 10 kilómetros al cirujano si en la carrera continúa repasando mentalmente las operaciones que tiene que hacer mañana. El minero que intenta descansar leyendo un libro o estudiando su curso de inglés por correspondencia, poco descansará si mientras realiza esa actividad mental mantiene todos los músculos de sus brazos y sus piernas en tensión como si estuviera trabajando en la mina, y la persona que después de una fuerte actividad emocional sale a dar un largo paseo, poco descansará si va repasando sus sensaciones y se va revolcando en los pensamientos que le traen recuerdos de emociones pasadas.
Así que el truco no sólo está en cambiar, sino en cambiar desconectando la red de nuestros pensamientos, y poniéndolos en otro canal.
Cada uno tiene que descubrir su propio método de descanso. Ya que lo que relaja y descansa a unos, irrita y molesta a otros.
| Tareixa Enriquez (1998) |