Eugene O’Neill

in #spanish6 years ago (edited)

En una fría tarde de agosto de 1910 el sucio y descascarado carguero noruego Charles Racine atracó en el puerto de Buenos Aires, por la planchada bajó un joven de 21 años en busca de aventuras y de una identidad que aún no había definido, en sus bolsillos solo contaba con unos pocos dólares que apenas le alcanzaban para vivir una semana.

Eugene Gladstone O’Neill quien más adelante sería un extraordinario dramaturgo ganador de 4 premios Pulitzer y el premio Nobel de Literatura decidió tomarse un descanso de su aventura como marinero y se quedó en un hotel del barrio de Constitución con la esperanza de conseguir algún empleo en la pujante Argentina de principios de siglo.

Eugene O'Neill

Tuvo bastante suerte y un compatriota que se alojaba en el mismo hotel le consiguió un empleo en la sucursal local de la compañía norteamericana Westinghouse Electric Co., fue contratado para la sección de diseño con la errónea idea que era un excelente dibujante, un mes después era despedido al comprobarse que el dibujo no era ni por casualidad su fuerte.

Comenzó a frecuentar la poco recomendable zona del bajo porteño poblada de prostitutas y buscavidas, sucumbió a la costumbre familiar de la bebida y conoció lóbregos bares de Barracas y La Boca.

Un lugar frecuentado por el joven Eugene fue el Sailor’s Opera cerca del Parque Lezama, allí entabló amistad con un joven inglés que luego incluiría en 3 de sus obras de teatro, otro lugar donde fue habitual concurrente era el "Bar de la Negra Carolina" cuya dueña era Caroline Maud una esclava escapada de los algodonales de Nueva Orleans. La cantina estaba ubicada en las calles Almirante Brown y Pedro de Mendoza, justo al lado del puente de La Boca motivo frecuente en las pinturas de Benito Quinquela Martín. O’Neill en sus memorias retrata el bar describiendo a su clientela como “…marineros borrachos, apostadores de carreras de caballos empedernidos, mujeres que pedían y homosexuales que se ofrecían…” mientras en el piano se escuchaba “…una melodía a martillazos de un pianista, el único sobrio”.

Durante un tiempo consiguió otro empleo en un galpón de lanas de la compañía Swift pero al incendiarse se quedó nuevamente sin ingresos, entonces comía cuando podía y dormía en bancos de plazas. Luego de otro breve empleo en la empresa Singer continuó vagando, fue como un verdadero descenso a los infiernos. Tuvo una fuerte depresión que combatió escribiendo.

No está claro como hizo ni cuándo pero consiguió volver a Estados Unidos y comenzó a frecuentar el Greenwich Village y toda su movida bohemia y de cultura alternativa, allí conoció a John Reed, fundador del partido comunista de Estados Unidos con quien entabló amistad. Para 1914 publicó sus primeras obras de teatro en un acto y se fue a estudiar arte dramático a Harvard.

El año de su despegue fue 1920, en esa época se presenta en Broadway su obra “Más allá del horizonte” que fue un éxito absoluto y con la cual consiguió su primer Pulitzer.

A partir de allí su carrera como escritor no paró de crecer, ganó el Pulitzer de 1922 por Anna Christie, el de 1928 por Extraño Interludio, en 1936 el Nobel de Literatura y en 1957 nuevamente el Pulitzer (post mortem) por Largo viaje hacia la noche.

Placa conmemorativa en Broadway

Sin embargo su vida privada pareció continuar tan perdida como cuando estuvo por Buenos Aires, se casó tres veces, desconoció a su hija Oona cuando con apenas 17 años se casó con Charles Chaplin de 54 en el año 1943, jamás volvió a verla. Del matrimonio de Oana con Chaplin nacieron 8 hijos, una de ellos fue actriz y muy conocida: Geraldine Chaplin.

Los otros dos hijos de Eugene se suicidaron: Eugene O’Neill Jr. era Alcohólico y Shane O’Neill adicto a la heroína.

O’Neill murió a los 65 años un 23 de noviembre de 1953 con su salud completamente deteriorada por el alcoholismo y el Parkinson.

Su última esposa, Carlotta Monterey, desoyendo su última voluntad sobre que las obras no debían publicarse hasta 25 años después de su muerte, en 1956 (a solo 3 años de su fallecimiento) publica “largo viaje hacia la noche”, su obra maestra autobiográfica que fue aclamada por la crítica y le valió su póstumo premio Pulitzer.

Más adelante se publican: “Un toque de poeta” (1958) y “Más mansiones majestuosas” (1967).

Con parte del dinero generado por sus obras y siguiendo su testamento, se instituyó el premio O’Neill que se otorga cada año por el Teatro Real Dramático (dramaten) en Suecia.

Héctor Gugliermo

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@hosgug

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Parece que sí, yo he leído un par de obras, Un largo viaje hacia la noche es su propia historia, caótica, por momentos miserable y sórdida. Un gran escrito, por supuesto.

Pese a haber encontrado su pasión no logró escapar de su propio infierno. Interesante relato Héctor como siempre, gracias.

Muy interesante la biografía, Hoy en día hay una gran cantidad de venezolanos saliendo de mi país sin dinero y sin nada.Llegan a los más diversos destinos incluso Buenos Aires. Ojalá todos tuvieran un buen futuro, pero lo dudo tristemente. También te quiero comunicar que ya publiqué mi segundo post. Como te gustó el primero quiero aprovechar este espacio para invitarte a que lo veas. Me imagino que te gustará.

Me imagino que muchos venezolanos deben estar sintiendose como Eugene Gladstone O’Neill en aquella época.

Terrible y yo realmente no quisiera estar en una situación parecida, pero muchos familiares y amigos míos se han tenido que ir.

Es de no creer todos los contratiempos por los que tuvo que pasar una personalidad tan distinguida. Lo importante es que pudo salir adelante y desplegar su talento.

Triste historia y sobre todo cuando se quitan la vida gracias por compartir saludos.