Algo muy valiente de hacer es reconocer que tenemos adicciones. A la mayoría se nos hace muy difícil aceptar y darnos cuenta que sufrimos de alguna o de muchas adicciones. Creo que como bien has dicho se considera que es un problema porque le hace daño a uno mismo y a los demás. Muchas veces dejamos no solo de hacer algo para alimentar una adicción, sino que lo más terrible es que se abandonan proyectos, desde cosas simples como intentar implementar una rutina nueva o un estilo nuevo de vida, allí es donde las adicciones hacen presencia e interrumpen estas iniciativas y ganas de hacer algo.
En mi caso me di cuenta que me gustaba mucho el drama, y lo buscaba inconscientemente, no era capaz de detectar que tenía cierto gusto por las emociones fuertes, y menos era capaz de darme cuenta como luego me dejaban agotada. Me costó un tiempo de aprendizaje darme cuenta que tenía pensamientos arraigados equivocados, pero lo bueno fue que me di cuenta que esto no era bueno. Cómo me di cuenta, pues cuando caía en la tristeza que no me permitía por ejemplo hacer mis actividades habituales. Me di cuenta que necesitaba tener paz para poder funcionar bien y con fluidez. Tener paz no tiene precio.
Así que creo que lo primero es detectar esas adicciones y buscar en lo profundo los pensamientos errados que las sostienen y cambiarlos.
La soledad, la tristeza, los rencores no resueltos son muchas veces los motores que impulsan a las adicciones. Buscar resolver la raíz de estos pensamientos puede hacer mucho por nosotros.
Mi conclusión es que la paz de la conciencia y el corazón es el mejor estado para funcionar sanamente y con fluidez, con nosotros mismos y con los demás.
Me gustó mucho este post, me hizo pensar y seguro que me quedaré el resto del día reflexionando en él.
¡Saludos mi estimado Saturno!