[ES] Relato breve: La caída de Azabache | [EN] Short story: The fall of Azabache

in #spanish5 years ago


Versión en español

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Imagen de Viergacht en Pixabay

La caída de Azabache


El perro mostraba los dientes sin quitarle la vista de encima, los pelos erizados del lomo y la cola erguida daban un claro mensaje amenazante. Si no fuera por el descomunal tamaño del perro, el sorprendido hombre lo habría ahuyentado con facilidad.

Dientes y garras contra la fortaleza y coraje del cautivo, obviamente la balanza estaba inclinada hacia el cuadrúpedo. La suerte estaba echada. Los captores no tenían duda de quien ganaría, solo centraban las apuestas en cuanto tiempo resistiría el desafortunado, las embestidas de la fiera.

En lo profundo de su ser, una leve esperanza animaba al hombre y un miedo instintivo le molestaba, él tenía que luchar a sabiendas que era objeto de un espectáculo morboso y ruin. El animal libre de culpa solo obedecía al condicionamiento de sus amos, quienes le habían entrenado para atacar y en esta oportunidad, él era la presa.

Si quería seguir vivo, debía vencer al bello espécimen, calculaba que pesaba tanto como él y que le superaba en rapidez de movimiento, necesitaría más de ingenio que fuerza para vencerlo.

El perro presto a saltar sobre él, lo evaluaba con detenimiento buscando las vulnerabilidades, estaba acostumbrado a batir animales que le doblaban en peso, en su instintiva mente pensaba en lo fácil que resultaría la presa humana.

Un grito precipitó la justa desigual, un gruñido feroz precedió al ataque. El azabache brillante embistió con gran velocidad en dirección a las pantorrillas sin encontrarlas, el hombre reaccionó sin titubear, saltó sobre su lomo y virando en el aire le tomó con ambos brazos por el fuerte cuello.

Los carceleros sorprendidos por la maniobra del cautivo, le hostigaron con las puntas de unas largas varillas metálicas, hiriéndole para que soltará al perro, pero él sabía que debía resistir, si lo soltaba no tendría otra oportunidad y moriría bajo las garras y colmillos del animal.

Con cada punzada, él apretaba más la garganta del animal hasta sentirlo desfallecer, fue entonces cuando le soltó empujándole para caer sobre su lomo, el animal le miraba fijo a los ojos, haciendo una conexión indescriptible, Azabache comprendió quien era el verdadero amo.

Los carceleros aunque enfurecidos, no se atrevieron a someter de inmediato al vencedor de Azabache. El hombre herido viendo al perro señaló con el dedo índice de la mano derecha hacia los antiguos amos, y sin mediar una palabra, el fornido perro les ataco obligándoles a la fuga.

Azabache, el supuesto verdugo, se tornó en el libertador y amigo de un hombre condenado.

El fin.


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Un relato breve original de @janaveda

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English version

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Imagen by Viergacht en Pixabay

The fall of Azabache


The dog showed his teeth without taking his eyes off him, the bristling hairs on the back and the erect tail gave a clear threatening message. If it weren't for the huge size of the dog, the surprised man would have easily driven him away.

Teeth and claws against the strength and courage of the captive, obviously the scales were tilted towards the quadruped. The die was cast. The captors had no doubt who would win, they only focused the bets on how long the unfortunate captive would resist the onslaught of the beast.

Deep in his being, a slight hope encouraged the man and an instinctive fear bothered him, he had to fight knowing that he was the object of a morbid and ruinous spectacle. The guilt-free animal only obeyed the conditioning of its masters, who trained him to attack and this time, he was the prey.

If he wanted to stay alive, he had to beat the beautiful specimen, he calculated that it weighed as much as he, did and that it exceeded him in speed of movement, he would need more ingenuity than strength to defeat him.

The dog ready to jump on him, evaluated him carefully looking for vulnerabilities, was accustomed to beating animals that doubled in weight, in his instinctive mind he thought about how easy the human prey would be.

A shout precipitated the unequal fight, a fierce growl preceded the attack. The bright jet rammed with great speed in the direction of the calf without finding it, the man reacted without hesitation, jumped on his back and turning in the air took him with both arms by the strong neck.

The jailers, surprised by the captive's maneuver, harassed him with the tips of long metal rods, injuring him so that he would release the dog, but he knew he had to resist, if he let go he would not have another chance and would die under the claws and fangs of the animal.

With each pang, he squeezed the animal's throat more until he felt it faint, it was then that he released him pushing him to fall on his back, the animal was staring into his eyes, making an indescribable connection, Azabache understood who the true master was.

The jailers, although enraged, did not dare to immediately submit, the winner of Jet. The wounded man just watching the dog, pointed the index finger of his right hand towards the old masters, and without a word, the stocky dog ​​attacked them forcing them to escape.

Azabache, the supposed executioner, became the liberator and friend of a man arrested.

The end.


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An original short story by @janaveda

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Hola @velazquez,

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