Aunque no en esta vida
Lo que tú y yo tuvimos no fue una relación, no fue sexo casual, no fueron encuentros furtivos de placer, lo que tuvimos fue un atentado contra el orden, un atentado a nuestras mentes, a nuestros cuerpos, almas, ideas, pensamientos y creencias.
Un atentado contra la vida misma.
Ninguno de los dos opuso resistencia alguna, nos dejamos invadir por el otro, dejamos que el otro paseara por nuestra existencia como se pasea un sábado por la tarde en un parque natural, a sus anchas, tomando lo bueno y dejando contaminación, ninguno de los dos se opuso a esa invasión ajena, a ese robo, hurto, fuimos el otro y no dejamos nada bueno, solo caos, desastre y desorden, desesperación.
¡Estoy enojado! contigo, conmigo; estoy enojado con la vida misma por colocarnos juntos sin instrucciones sobre el otro, estoy enojado con el resultado hipócrita del atentado que fuimos tú y yo. Estoy enojado conmigo, estoy enojado contigo.
Mas repetiría mil veces lo que tuvimos.
Aunque no en esta vida.