Recuerdos
La he visto una sola vez en mi vida y tiempo y vida se entrecruzan y hacen de los instantes indesaparecibles. Fue no sé cuándo y poco importa, ni hay que escudriñar como andaba yo con mi corazón. Presumo después de nostalgias infinitas y batallas con mi memoria, que el sol reaparecía después de una llovizna y todo era luz sin vaguedades. Recuerdo que me conmovió su presencia instantánea, su insólita marcha desafiante, su blusa transparente que cubría su torso y descaraba sus senos empinados, con un temblor que parecía la crin de un potro petulante. Desde ese difuso tiempo la he buscado como se solicita un trago en las celebraciones del alma, la he buscado desde entonces y por siempre en la misma calle donde nos cruzamos esa tarde inolvidable. No sé de qué año hablo, pero confieso que fue hace mucho tiempo y no estoy frustrado para nada, espero con devoción que el reencuentro se encuentre, porque un presentimiento me dice que reaparecerás mujer con la sonrisa que me diste tras una coquetería silente. Sigo esperando tu resucitación imposible, jamás he desmayado en estos desvaríos. Insisto con pasión como lo hace el militante del amor perseguido, no tolero treguas, prosigo transitando cada tarde la calle en que me embrujaste con tu mirada atolondrante, persisto mujer incógnita de palabras y demás cosas, persisto con el ahínco de mi soledad desesperada, porque sé que ahora, en el ocaso de mi vida, te he de volver a ver...estoy seguro