Excelente post, me acorde de mi Mostaza, una perrita Puddell con Maltes, no era precisamente el perro de mis sueños, jajajaja, pero uno termina queriéndolos como son, el amor mas sano es el que te regalan estos pequeños y si Mosti llego primero y mi hijo Jesús llego después, es imposible no amarlos, ya Mosti se fue y la lloramos mucho y nunca la olvidaremos