Leyenda del siglo XIX el Viejo Almendro.

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Hace mucho tiempo en el siglo XIX vivía un hombre muy intelectual y soñador, al que gustaba en demasía leer libros de poesía.

Este hombre era único hijo de una familia adinerada, muy estudioso, pasó toda su vida estudiando, un joven muy cordial, gentil e intelectual.

Un día recibió la noticia que su familia había tenido un accidente donde perdieron sus vidas, el hombre heredo toda la fortuna familiar, la casa familiar era un hermosa mansión, pero este joven desistió vivir en ella porque traía muchos recuerdos.

Vendió la mansión familiar y se compró un hermoso chalet de varias plantas en un barrio privado frente al mejor parque del lugar, su hermoso chalet tenia vista al parque y a un gran lago que estaba en el interior del parque.

El hombre vivía una vida muy tranquila, sin obligaciones que cumplir más que mirar y ordenar los movimientos de su abultada cuenta bancaria, se consideraba muy joven para casarse, ser soltero lo favorecía aun mas con la libertad, la verdad que este joven no había conocido el amor de su vida, principal motivo que estuviera soltero.

Todos los días después de ordenar su cuenta bancaria, salía al medio día a leer su libro de poesía de turno, no le importaba si era invierno o verano, esta lectura era una rutina diaria, siempre vestía muy elegante, sombrero de gala, pantalones de vestir color gris, zapatos bien lustrados, corbata y chaleco.


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Cruzaba la calle, atravesaba el parque y se sentaba en un banco de plaza debajo del árbol de almendros que se encontraba junto al lago, además de su pasión por la lectura, le encantaba los cisnes que se posaban junto al lago, esto era un sueño hecho realidad para este Joven, disfrutar de una buena lectura en compañía de los cisnes.

Esto era una rutina diaria, salvo la lluvia no había otro problema climático que lo detenga realizar su lectura diaria debajo del árbol de almendro en compañía de los cisnes.

Su vida era muy simple y sencilla, tenía resuelto su vida económica, vivía a pleno sus días y qué mejor de una buena lectura en el banco del parque junto al lago, esta era su vida, pero no tenía idea que pronto iba a cambiar, el destino tenía algo pensado para él.

Una mañana como todos los días cruzo la calle atravesando el parque, se sentó en el banco del parque debajo del árbol de almendro junto al lago en compañía de los cisnes, estaba a punto de comenzar su lectura, cuando pasó algo maravilloso.

Levanto la vista y vio a una bella mujer, caminar por los senderos del parque, su caminar era la de una dama inglesa muy refinada, una hermosa mujer rubia de ojos verdes, vestía elegantemente con una pollera rojo rubí y un hermoso tocado de color negro en su cabeza.

El corazón del joven comenzó a latir de manera increíble, era la primera vez que una mujer causaba esa sensación en él, se dio cuenta que en los senderos del parque caminaba el amor a primera vista, solo atinaba a mirarla con respeto, seguía con su mirada cada paso que hacia la hermosa dama, el latido de su corazón era tan fuerte que parecía que saldría volando por su boca, su respiración se entrecortaba, era imposible no darse cuenta que encontró el amor de su vida.

La hermosa dama que era una joven con mucha experiencia en cuestiones de amor a distancia, captadora de los mejores piropos de la ciudad, se dio cuenta que el joven apuesto la observaba, continuo caminado por los senderos del parque, al acercarse al joven comenzó a sonreír y abanicar su elegante abanico, acompañado de un gran meneo de sus hermosas caderas, poco a poco paso frente al joven galán, el joven muy educado saludo elevando sus sombrero de gala, ella contesto el saludo con una sutil sonrisa, dejando ver sus hermosos dientes blancos en contraste de sus labios rojo escarlata, ella lentamente se comenzó a alejar, continuaba con el encantador meneo de sus hermosas curvas, el hombre totalmente enamorado seguía fijamente con su mirada el hermoso cuerpo de la mujer, ella caminaba por los senderos circular del parque, el continuaba con sus mirada, ella casi desaparecía de su vista y el haciendo un gran esfuerzo para no perder el hermoso cuerpo de la mujer con su mirada, hizo un mayor esfuerzo y giro bruscamente su cuello esforzando a su cuerpo, en eso se escuchó un ruido “crack” se partió el pescuezo, quedo muerto con los ojos fijos mirando los últimos rasgos de la hermosa mujer.

Sentado en el banco debajo del árbol de almendro junto al lago con los ojos desorbitados lo encontró muerto un vecino.
El vecino lo observaba a los lejos y no lo veía moverse, esto capto su atención y se acercó para ver que sucedía, vio los ojos del joven muerto como si guardara un hermoso secreto.

Al encontrarlo muerto dio aviso a la seguridad del parque, los policías informaron a unos amigos que se hicieron cargo de realizar el funeral y el entierro en el cementerio del barrio privado, la hermosa dama se enteró de la trágica noticia y acudió al entierro.

Desde ese día pasaron algunos años, la hermosa dama contrajo matrimonio y tuvo varios hijos, que llevaba a jugar al parque y se sentaba en el banco del parque debajo del árbol de almendro junto al lago en compañía de los cisnes y recordaba al hermoso joven que la cautivo con su tierna mirada, y siempre pensaba en aquella mañana cuando lo conoció.


Fuente: http://corrientesturismo.gob.ar/content/parque-camba-cua

A veces lloraba de amor por el joven, sentada en el banco debajo del árbol de almendro el único testigo de este amor verdadero que nunca se consumó.

Este es la leyenda del siglo XIX donde un hermoso caballero sentado debajo del árbol de almendro se enamoró perdidamente de una hermosa dama, y perdió la vida por amor y poca inteligencia.

Fuente: http://piruja56.blogspot.com.ar/2014/12/leyenda-del-viejo-almendro.html

Te espero mañana para disfrutar de otro relato de mi tierra Corrientes.

José Luis Fernández
Corrientes Argentina

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