El malabarista, la alumna y el maestro

Hace ya algunos años una mirada empañada por unas lágrimas robo por momento mi atencion, debo admitir que al principio mi timidez sepultó mi valentía, mi habla de la nada desapareció, mis manos un tanto temblorosa y frías, sólo mi vista fue la unica testigo del arte que me regalaba Dios, ver como la belleza del creador era devorada por la bestia que todos llaman dolor.
Por un instante recobre mi valentía para indagar lo que acontecia en aquel momento, sin premura me acerque a la joven a la que exclame mi ayuda bajo una ligera lluvia, en el banco de espera, en aquel predestinado encuentro, ella sólo me miro con su rostro carcomido por la tristeza y en silencio me cedió una libreta a la que abrazaba con inmensurable fuerza, los relatos escritos hablaban de un malabarista sus habilidades y destrezas, del mar de mentiras en el que navegó con él todo el tiempo, de un capitán que abandonó aquella nave en aguas profundas de los lamentos.
Allí entendí que el malabarista fue el dramaturgo que escribió la cínica obra teatral que la sedujo, quien condujo las viciadas escenas de amor que la embaucaron, el catador que estuvo preparándose para probar el vino de la virginidad, el actor intelectual que se apropió de lo tierno de su inocencia, el villano que logró su cometido de romper su membrana interna en su primer acto de placer, el gran ilusionista que en un vil acto de magia de la vida de la joven logro desaparecer.
Se que estas pensando que todos los hombres en las relaciones somos la imperfección de la raza humana, el error inconcebible que tuvo dios en la ecuación de la creación, quizás el gen portador de la maldad, el inclemente frío que fractura la epidermis de la mujer cuando ella está enamorada, pero créeme que así como hay quien te llevo a volar literalmente y en pleno vuelo corto tus alas para verte caer, así también hay quienes nunca en la vida te van a dejar de sostener, que así como hay quien en el placer te utilizó como un instrumento, habrá quien te quiera en su vida honestamente como su complemento, siempre has recurrido a la obra magistral de Dios "el libre albedrío" así que mañana eres tú quien decide si debes continuar o parar este sufrimiento. Y así sin más que decir fueron mis únicas palabras para con la joven que agonizaba en medio de su llanto.
Hoy dia se comenta que le han visto sonreír nuevamente, al parecer recobró la alegría que una vez le fue robada, que se ha dedicado a la literatura, algunos de sus textos han logrado desnudar a la maldad, encontrando en su intimidad que una vez fue una esencia que tuvo belleza, que tuvo bondad, muchos son los que quedan perplejo con el secreto que oculta su pluma y los misterios que pueden encontrarse en sus escrituras.
Los ilustre del chisme y de la pornografia pregonaban que ella fue mi joven amante, mi filosofía, por la mujer que yo perdía la razón, otros perros de la sociedad ladraban que ella fue mi talón de Aquiles, mi mejor poesía, el amor oculto que tenía en mi pasada relación, lo cierto es que siempre hemos mantenido una admirable amistad, ella mi preciada alumna y yo su querido mentor, el único extraño que le extendió su mano en aquella tormeta de su soledad. "J.R"