Leyéndote, no puedo evitar en pensar en algo que después de todo, nos une a hombres y mujeres: la frivolidad. ¿Por qué será que siempre la belleza es ese dulce veneno que nos entra por los ojos?. Pero claro, somos humanos y a nadie le amarga un ferrero roché.
Como Jano, la frivolidad tiene dos caras, me quedo con el lado de la moneda del que piensa en el aspecto divertido o lúdico de la vida. El último verso es recordar que vivir es siempre ahora, que las cosas tienen la importancia que merecen, no más, y que una conversación en la barra de un bar vale más, a veces, que una conferencia del que manda en la RAE :D
Por supuesto, el lado lúdico siempre tiene esa pimienta tan necesaria de la que también es conveniente nutrirse y las barras del bar, no sólo ofrecen momentos de necesario esparcimiento sino que también generan más endorfinas que cualquier pastilla de la felicidad que te pueda recomendar un psicólogo. Imagino que por esos motivos, en muchos lugares, como tuve ocasión de ver en octubre den Santillana del Mar, a algunos sitios se les llama 'Salón o Casa del Tiempo'. Jano seguro que estaría encantado en uno de ellos.