La hipocresía del venezolano

in #spanish6 years ago

A riesgo de sonar chocante, de parecer echar por tierra a mi gente y hasta de caer mal, hago pública mi percepción del venezolano actualmente.  

                                         

Venezuela atraviesa un momento difícil, es una verdad universal; el mundo entero conoce nuestra situación desde hace varios años, y el éxodo que aumenta día a día nos ha hecho notar en cada rincón del planeta. Esto no entra en discusión. Todos lo vivimos y lo padecemos a mayor o menor escala, pero ninguno se libra. 

Vengo a hablar de la hipocresía del venezolano. Esa que publicamos en redes sociales donde nos vemos ayudando al paisano que emigró a una nueva tierra, donde nos organizamos como pueblo, nos aliamos, nos protegemos como hermanos y nos solidarizamos con aquel que acaba de llegar, al punto de recibirlo con un gran desayuno, conseguirle un hogar transitorio para hacer menos pesada su adaptación, darle palabras de aliento y ¡quién sabe qué más! Porque sí que somos capaces de ser gente buena y de bien cuando nos proponemos serlo. 

Reconozco que llegaron a conmoverme grandemente estas demostraciones de apoyo y solidaridad hacia nuestros hermanos, lograron hacerme soltar más de una lágrima; pero eso acabó cuando al volver la vista atrás, a mi país, donde yo estoy, comprendí que aquello no era del todo real. No podía serlo porque no es desinteresado. Ha sido producto de la necesidad de aliarse, de sentir a los suyos cerca en un territorio desconocido, y mil necesidades más. Aunque eso no esté mal. 

¿Por qué no podemos ser así de buenos, generosos y considerados estando aquí? ¿Por qué en nuestro país competimos contra el otro en lugar de trabajar con él?  

                                        

Estamos llenos de contradicciones: seguimos siendo esa gente buena y calurosa, como nos describen quienes nos conocen, pero tenemos tantas ganas de superarnos que no nos importa a quien pisamos en nuestra escalada. Como leí alguna vez: “vamos en el mismo avión y nos robamos la gasolina”. Eso es lamentable. 

Para salir de tan infortunada situación debemos unirnos todos, los de aquí y los que están fuera, eso hay que tenerlo claro. No sacar provecho los unos de los otros como hemos venido haciendo, y prueba de so hay miles. Entendamos que para crecer debemos hacerlo juntos. 

Tampoco caeré en generalizar, detesto eso; hay mucha gente buena y haciendo lo correcto dentro y fuera de nuestras fronteras que, lamentablemente, existan aquellos que opacan las buenas obras no significa que todos seamos de ese tipo. Pero, por desgracia, son estos los que se hacen notar. 

Sí detesto esa actitud de víctima, esa de “yo no merezco pasar por esto” cuando están fuera y sienten el rechazo; pero en su tierra son victimarios y quieren sacarle los ojos hasta al vecino. 

Así es difícil sentir empatía por quien la está pasando mal estando fuera, es difícil no creer que se merece lo que le pasa. 

Repito: no es así con todos, no todos entramos en el mismo saco. 

Pero está pasando, los vemos en las noticias, los leemos en las redes, lo vivimos con familiares: victimizados por el trato que reciben, por la explotación laboral, con miedo por la xenofobia (palabra y acción que en nuestra Venezuela nunca conocimos). Entonces, sin poder con todo, algunos regresan, y lo hacen para retomar sus viejas costumbres, esas egoístas de pisotear al de al lado y no colaborar en lo más mínimo para el bien común. 

¿Qué han aprendido? Nada. Te cuentan lo rudo que es estar fuera, pero lo bueno que hicieron lo dejaron allá. 

¡No solo regresen, traigan con ustedes lo aprendido! Yo sueño con eso. Con el día en que toda esa gente de bien, con talento y con ganas de sacar adelante al país, regrese. Ahí, juntos, comenzaremos a construir el país que queremos, que merecemos y que podremos disfrutar. 

Dejemos los lamentos y los espectáculos y echémosle pierna, que el día de mañana tendremos una Venezuela próspera y de oportunidades para todos, una Venezuela construida por nosotros, una Venezuela que nosotros hicimos crecer. 

¡Trabajemos para eso!