EL SUSPIRO DE LA MARIPOSA

in #spanish5 years ago

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Un suspiro se diluye en el agua oscura, una sombra siente celos, una mariposa revolotea y observa. El suspiro se ha vuelto espuma y el mar sonríe, le hace cosquillas. La mariposa baila al ritmo de la carcajada melodiosa del agua salada. La sombra siente envidia pero observa atenta, le ha ordenado a la luna que ilumine aún más aquellas olas que disfrazan
al suspiro y lo confunden con ondas. Las ondas disfrutan del juego, el suspiro les hace cosquillas en su andar hacia la playa. La mariposa lo sigue, con mucho cuidado, sino se la tragan las ondas y se ahoga. Siempre quiso aprender a nadar, siente envidia. El suspiro sólo nada y nada, cada vez más rápido. Su determinación maravilla a las estrellas y le envían un obsequio, fugaz. El suspiro se arrodilla y agradece, ya está en la orilla. Las ondas y el mar lo despiden, con melancolía y rabia, otro amante de una noche.

Colores, olores, luces, fuego, la mariposa nunca había viajado tan lejos y menos persiguiendo un suspiro. Ambos, suspiro y mariposa, se acercan al fuego para calentarse, se conocen. La sombra siente celos, ya no quiere ver más, se marcha. Llega la luz, lentamente y puntual. Se desconocen la mariposa y el suspiro. Nace una lágrima de ojos azules, el suspiro crece gracias a la añoranza y la mariposa se ha vuelto madre.

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“¿Qué buscas?” alguien pregunta mientras una lágrima se desliza. Silencio. No hay respuesta. “Shh, un piano” susurra la luz, inoportuna como siempre. La añoranza en el suspiro lo motiva a ir al sur, allí está la música. La pequeña niña de ojos azules se adelanta, es rápida. La música es hermosa, una lágrima siente envidia. El piano, padre de una hermosa hija ciega, abraza a la lágrima y se enamoran. Tal es la pasión, que la lágrima accede a regalar las ventanas azules de su alma a la música. Nace la melancolía, es una mujer o es un hombre, nadie nunca supo decirlo, pero se parece mucho a su abuelo el suspiro que sigue errante en la playa junto a la mariposa. La luz, distraída, pinta un hermoso cuadro de la melancolía y se lo regala a la sombra. La sombra palpita de deseo y le propone matrimonio a la melancolía. Una fiesta en la playa, llega la felicidad, exuberante, distinta, desinhibida. El suspiro la desea y la felicidad ama sentirse deseada, es egocéntrica. Son infieles, ella al agradecimiento y él a la mariposa. Mientras todos bailan, el odio invita a la mariposa un trago. Calculador, insinúa una traición. La mariposa, abrumada, ya está vieja y desolada, llora... Pero lo acepta. Siempre supo que el suspiro necesitaba algo más.

De aquella infidelidad nace un bastardo llamado amor, que alegrará los días de todos. Joven, inexperto, fuerte, hermoso, la inteligencia nunca fue una de sus cualidades. Todos lo desean, lo respetan, lo cuidan. Misteriosamente él nunca se sintió atraído por nadie. Pero una solitaria noche, a las orillas del mar, cuando las ondas no observaban, el odio, violentamente, le robó un beso. El amor tuvo una erección, y el odio también. Lentamente se desnudaron, contemplaron sus cuerpos desnudos. Eran hermosos. Se conocieron aquella noche. Yo fui testigo de como se miraban, de como se mordían, de como se lamían y de como jadeaban. Su deseo más grande era que algo naciera aquella noche, pero nada nació. Mi suspiro se diluye en el agua oscura.

Klaus Yánez