Tres héroes que salvaron a Europa

Alexei, Valeriy y Boris: Tres héroes que salvaron a Europa de convertirse en un desierto radioactivo.

Era un día en abril en 1986, después de millones de litros de agua con nitrógeno líquido y decenas de toneladas de arena y arcilla con plomo y boro, al fin se había logrado cesar el incendio del reactor no. 4 en Chernobyl. Pero cuando el fuego se extinguió y el humo desapareció, surgió una nueva y gran emergencia, ahora tenían una gran cantidad de agua acumulada en las piscinas de seguridad a punto de rebosar y un reactor fundiéndose lentamente en forma de lava a más de 1660 ºC, el cual en cualquier momento iba a empezar a dejar caer grandes gotas de lava poderosamente radioactiva, haciendo evaporar los millones de litros de agua en explosiones instantáneas llevando así a la atmosfera cientos de toneladas de vapor de Cesio-137, dejando una contaminación atmosférica mortal para toda Europa.

Se tomó, pues, la decisión de vaciar estas piscinas de manera controlada, pero aquel día dicha intervención se tendría que hacer abriendo las válvulas manualmente. El único problema es que estas válvulas estaban en el fondo de las piscinas cubiertas de escombros radioactivos que le daban un siniestro brillo azul al agua.

La decisión de quienes irían fue cosa simple, solo bastó una frase por parte de dos hombres que dijeron voluntariamente cada uno: “Yo iré”. Ese era el caso de Alexei un ingeniero nuclear que había participado en el diseño de las esclusas donde estaban las válvulas, y Valeriy Otro ingeniero nuclear que trabajaba en la central. Mientras se ponían sus trajes, se dieron cuenta que necesitarían un tercer ayudante alguien que sostuviera las lámparas, fue allí cuando todos los hombres reunidos se miraron entre sí y apareció Boris un joven trabajador que sin titubear dijo casi inmediatamente: “Yo iré con vosotros”.

Ya era casi medio día, los tres hombres agarraron las cajas de herramientas y con un último brindis de vodka para darse valor emprendieron su camino hacia la lava radioactiva en la que se había convertido el reactor no.4 ante los ojos de quienes quedaron atrás comentaron a la prensa que se fueron caminando tranquilamente hablando entre ellos como viejos amigos así sin más.

Lo que sucedió allí dentro es algo que jamás se sabrá ni se contará. Pero al entrar a una gran radioactividad estos tres hombres tuvieron que haber sentido un fuerte sabor metálico en la boca, confusión en la cabeza y sensación de agujas en la piel, donde todo su cuerpo dentro de los trajes debía de estar bronceándose por cada segundo que pasaba a medida que se acercaban más al reactor.

Fue así como el equipo de científicos e ingenieros que estaban afuera notaron de la nada como se abrieron las esclusas y millones de metros cúbicos de agua radioactiva comenzaron a fluir hacia el contenedor de seguridad construido para emergencia. Dando la tranquilizadora noticia de que toda Rusia y gran parte de Europa estaba salvada.

Alexei Ananenko y Valeriy Bezpalov

"Monumento a los Liquidadores de Chernobyl", una parte de ella fue exclusiva para estos 3 grandes héroes