En ocasiones, se hace cuesta arriba tomar la decisión de ponerle punto y final a una situación; pensamos, que es más cómodo permanecer dentro de una relación tóxica, que vivir la soledad de la ruptura.
Yo, estuve durante 7 años intentando divorciarme, pero prefería el dolor de las espinas que la depresión de la separación; en aquel momento mi terapista me sugirió que "sin pensar en las consecuencias", me cortara el brazo por completo (NO literal jaja) y así lo hice: radical, tajante, sin parámetros ni protocolos.
Cuando nuestra voluntad NO es suficiente: tenemos que cortarnos hasta la cabeza si es necesario, ya después tendremos tiempo para sanar nuestra herida; que molesta menos que el dolor de la púa sostenida.
Te deseo un feliz comienzo de semana @torkot un fuerte abrazo!!
A veces la llamada zona de confort incluye situaciones dañinas para las personas, que ven eso como normal. Tenemos el ejemplo de la violencia de género y como muchas mujeres se acostumbrar al maltrato continuo.
Me alegra que pudieras cortar tu brazo y que saliera bien.
Saludos!