ELLA
Esta conmigo, ya hace un tiempo. No le pertenezco pero le siento suyo, y quizás ella se sienta mía, ella sonríe y nuevamente cierra la ventana, quiere que le entienda, le hable y reflexione, que me eleve junto a ella, quizás, hasta que trascienda, pero solo me gusta pasar un tiempo antes de salir corriendo y reunirme con lo que, a cada segundo me aferro. Pero insiste, está conmigo, así como con muchos más... ella me abraza, hasta conmigo danza, se toma su tiempo, toma confianza, aveces como arlequín se disfraza, me da la sensación de que me acompaña un hada o que navegamos en una barcaza a merced de las mareas que hacen la misma se mesa, me lleva a rincones oscuros y senderos extraños o también lo contrario.
Ya en habitación, se lanza sobre mí, queriendo devorarme, se acuesta a mí lado sin arrugar las sabanas, tan cerca que puedo sentir su helante suspiro, su cabello desparramándose en mi pecho, buscando echar raíces en mi muscular tiempo. Enciendo una luz y me alejo de ella por momentos, ya que dicen que ELLA, envenena el alma, que no me deja pensar claramente o hace que mi mente se pierda, sin embargo, su definición es confusa, no es que invente una escusa, pues esta compañera también es mi gran musa, hay veces que puedo jurar que la he extrañado, más, cuando estoy en esos momentos, donde quiero perderme solo con ella, y mirar a través de su amplia espectro, sentir todo desde otro contexto, contemplar y no hablar, meditar y no resolver, avanzando paso a paso, descalzo y sin maletas, solo por el gusto de andar, sin fijarme ni de aquí ni de allá, cosas que ella solo comprenderá. Un momento en el que no me suelo quedar, y que aveces suelo disfrutar.
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