Sobre el látigo
Una mañana salió pensando en los pies, pisadas de magia y negrura atardeciendo, en un vaivén transcurre el opaco crédulo horizonte. Una mañana ya no es ahora, una mañana pesa a mil murciélagos de auroras. Todo pasa transcurriendo, todo vuelve y se apacigua, una mañana es esta, la que pisa el tiempo de larga distancia. No sé decir palabras confusas si de esto se trata lo que afirmarlo.
Una mañana salen los ocasos, duerme, duerme hasta siempre, donde nunca hay vigilia de gusanos