Amor de vagón
Era una mañana nublada, como mi corazón; sentía un vacío tremendo, como sí me faltara alguna cosa, últimamente todo solía salirme mal, hasta ese día, donde la tormenta me llevo a algo maravilloso, o mejor dicho a alguien maravilloso.
Comienza la historia
Mi nombre es Mary, tengo veintitrés años, tengo la piel blanca, cabello castaño, largo y liso, ojos verdosos amarronados (lo sé es algo extraño), complexión normal, estatura promedio.
Ese extraño día sentía que algo estaba gestándose, sentía un positivismo que parecía prestado, sonaba por todos lados Ed Sheeran como preparando mis oídos para el encuentro con el amor; mirando el cielo me preguntaba sí en algún lugar del mundo a mí alguien me estaría esperando; sin más reparo me subí al tren que me llevaría a la ciudad donde vivía mi madre.
Comenzó a llover, llovía a cantaros, como sí el cielo algo estuviera diciendo, trayendo una bendición o una maldición ¿Quién podría saberlo? Acto seguido, se subió justo a mi vagón un galante muchacho, de ojos cafés, delgado, con una sonrisa arrasadora, que podría paralizar a una multitud, su cabello era negro, medía como 1.70, pero parecía que su aparición estaba bendecida por la tempestad misma.
No me miraba, han pasado ya cinco minutos, y no tengo su atención ¿Qué tal sí ese era el hombre a mi medida? ¿Qué tal sí estaba perdiendo la oportunidad de mi vida? Tenía tantas preguntas en mi mente, pero siempre mirándolo fijamente, estoy en una edad en la que te arriesgas, sin importar lo tonta que puedas parecer; hasta que volteo hacia mí, me sonrojé, sonrió, y su sonrisa pudo alegrar hasta el último rincón apagado de mi alma, sentí como mi rostro se encendía, y como sobrevolaban por todos lados mariposas color pastel, parecía como sacado de una película de romance.
Así pasaron los minutos, y nos sonreíamos mutuamente, parecía que el destino nos trajo a ambos hasta acá, entretejió los hilos de nuestras vidas y los enlazó por un fugaz momento, tenía que hacer algo, no podía perder esta oportunidad.
Llegó mi estación, pero… ¿Adivinen a quién no se le ocurrió nada que decir? Sí, están en lo cierto, a mí.
Me bajé como sintiendo el peso de los años que no tenía, la lluvia ralentizaba mi andar, de pronto sólo para mí dejó de llover, un paraguas me tapaba de la tempestad, y quien lo sostenía era él…
Hermosa historia; y las imágenes son excelentes casi cuentan tu historia. Felicitaciones
Me gustó tienes un talento bonito
Gracias Aleks, espero leer cosas tuyas también..
Una historia de amor bien narrada y con unas hermosas imágenes. Te felicito @lorepoet
Gracias :) me alegra que le haya gustado
@lorepoet, I gave you a vote!
If you follow me, I will also follow you in return!
Congratulations @lorepoet! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
Award for the number of upvotes
Click on the badge to view your Board of Honor.
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP