El Niño sin Honor [Cuento|Capítulo 1]
Al atravesar aquella puerta y dejar atrás la entrada del abismo y su guardián inmensamente espeluznante, vio una luz y luego un ángel. Era hermoso eso sí, grande y hermoso. Era el ser más hermoso que había visto en su vida y tampoco es que llevara mucho tiempo en vida. No era en lo absoluto lo que imaginaba de quien transporta a las almas. Su rostro era precioso y perfecto pero solo eso. Su cuerpo estaba bañado en sombras, su túnica negra no tenía fin y sus enormes alas blancas se encontraban devastadas, desgarradas, sin plumas y sucias. Detrás no había nada más que tres caminos iluminados y él se encontraba frente al camino principal. Su rostro cansado y probablemente antiguo aun rebosaba belleza eterna, de no ser por sus alas su ser seria majestuoso y solemne. El niño sin honor dio un paso adelante y el ángel se percató de su presencia.
‘’Bienvenido niño sin honor, soy el arcángel Ozryel, el ángel de la muerte, quien guía a las almas al juicio final, aquel a quien Dios lo ayuda, uno de los 12 ángeles de alto rango’’, su túnica se movía sin dejar ver sus piernas, porque quizás no tendría.
Espero que te haya gustado este primer capítulo del cuento que hasta hace poco terminé llamado: "El Niño sin Honor". Es una historia que me encantó escribir y que quería compartir con ustedes. Espero que continúen leyéndola
Escrito por Luna
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‘’¿Cómo es Dios?’’, preguntó el niño con mucha curiosidad.
El ángel pensó su respuesta y luego dijo: ‘’Es…bastante genial. ’’
‘’Pero…’’
‘’Hey hey hey, no tenemos tiempo para esto, aun no tienes derecho a hacer preguntas y tus preguntas no merecen ser respondidas por mí. Ahora dime, ¿porque estás aquí?.’’
‘’¿Cómo?’’
‘’¿Por qué estas de este lado del camino y no con el otro ángel de la muerte?’’.
‘’No entiendo…’’
‘’Yo me encargo de llevar al juicio final a los de corazón ennegrecido, aquellos que para salvarse tienen que pasar distintas pruebas y convencer a los 12 ángeles que valen la pena estar en el paraíso, en cambio, el otro ángel de la muerte se encarga de los de alma sana y de pecados inútiles y tú eres un niño, los niños nunca terminan de este lado del camino.’’
‘’Yo…no sé qué hice mal. ’’
‘’¿No sabes que hiciste?’’
‘’Exacto. ’’
‘’Puede ser eso…’’
El ángel miró a su alrededor pensando que hacer con aquel niño, luego sacó un inmenso libro de su bolsillo y se puso a leerlo con extremada concentración, el niño sin honor se encontraba aburrido de esperar y se puso a indagar el comienzo de aquellos caminos con curiosidad, pasaron las horas hasta que el ángel encontró lo que venía buscando.
‘’¡Aja! Hey niño quédate quieto, ven acá’’, el arcángel cerró el inmenso libro que tenía en sus manos y el niño se acercó a él con fastidio. ‘’Según ‘el libro de reglas a cumplir del Ángel de la muerte en el proceso de guiar el alma de un muerto’ no dice nada sobre tu condición lo que significa que debo tratarte como un corazón ennegrecido más, lo siento pero no puedo hacer nada más’’, dijo el arcángel mientras se encogía de hombros. ‘’Escoge tu camino, niño’’, el Ángel se quitó de en medio y le dejó la vista libre al niño sin honor para que viera los tres caminos disponibles.
‘’¿Qué tiene de diferente cada camino?’’, preguntó el niño con miedo a equivocarse en su decisión.
‘’¿Que tienen de diferente? ¡Pues nada! Como voy a saber yo, para eso te pido que lo escojas’’.
El niño respiró hondo y cerró los ojos, dio 10 vueltas hasta estar completamente mareado y entonces señalo al azar y el camino que escogió fue el tercer camino.
‘’Vaya…’’, suspiró el Ángel.
‘’¿Qué?’’, dijo el niño asustado. ‘’¡Dijiste que no sabías a que llevaba cada camino!’’
‘’Pues vaya que no lo sé de aquellos dos’’, dijo el señalando los dos primeros caminos. ‘’Pero este sí que es conocido por los ángeles de la muerte y solo puedo desearte buena suerte’’.
El niño a punto de orinarse en sus pantalones se acerca al tercer camino e intenta ver más allá de la luz pero nada más que oscuridad veía. Comenzó a caminar tragando saliva y en ese momento solo deseaba volver a casa.
En cuanto cruzó el camino todo se volvió claro, bastante claro. El Ángel aunque el niño no lo sabía estaba detrás de él observando sus pasos y decisiones, pues era su deber presentarle las pruebas en su momento. En ese instante el Ángel apareció frente a él de nuevo y lo guió hacia la ciudad de la muerte, donde las nuevas almas reposaban por un día para luego emprenderse en la aventura de aquellas terribles pruebas que se avecinaban. Para cada uno de ellos las pruebas eran distintas, se trataba de los mismos lugares eso sí, pero cada lugar tenia misterios infinitos por resolver y los 12 ángeles de mayor rango decidieron a principios de la creación usar aquellos misterios como pruebas para los mayores pecadores de la tierra. El niño solo se preguntaba cómo debía ser aquel lugar lleno de los mayores pecadores, se imaginaba delincuentes, asesinos seriales, violadores, ladrones y demás y eso fue exactamente lo que vio.
La plaza principal de la ciudad estaba atiborrada de almas ennegrecidas y él era el único niño en aquel lugar.
El ángel lo llevó a su habitación en una posada vacía, el niño supuso que era para que los demás no lo molestaran y es porque todos los veían con asombro cuando entraba a la ciudad. Pasó su día pensando que hacía él en aquel lugar y el tiempo se le fue tan rápido como vino, en cuanto menos lo esperaba el Ángel apareció de nuevo y unas campanas sonaron por toda la ciudad de muertos. Era tiempo para la primera prueba. El niño sin honor le preguntaba a cada rato al arcángel: “¿De que es la prueba? ¿De qué trata? ¿Que tendré que hacer?”
Poco a poco el arcángel comenzaba a sentirse irritado por primera vez en milenios y comenzó a entender cómo se sentía su colega el otro ángel de la muerte que tenía que tratar con niños. Pero aquel no era cualquier niño, era un corazón ennegrecido y era lo que más le extrañaba al Ángel, nunca había sucedido algo como esto, se preguntaba qué había hecho aquel niño para estar en un lugar como ese.
Llegaron al centro de la ciudad y el arcángel hizo todo lo posible para que ese tonto niño no se escabullera a merodear por la ciudad. Los demás corazones ennegrecidos miraban con sorpresa al niño acompañado por el arcángel, hablaban entre ellos y se preguntaban que hacía el ahí. El ángel de las pruebas se puso en el centro llamando la atención de los presentes indicándoles lo que debían hacer.
“Presten atención todos, por favor presten atención. Hoy comienza la primera prueba de su camino a la redención, cada prueba es individual y nadie, ni yo mismo sé de qué se tratan. La primera prueba se dará en el mar negro. Tomen esas piedras frente a ustedes y ellas los llevarán a su destino...”
“¡Cállate Ángel repugnante, todo esto es nada más que un sueño, no le crean!”
El ángel de las pruebas se molestó y enojado soltó un grito antinatural con aliento negro y se hizo el silencio. Nadie más lo interrumpió.
“Recuerden, están solos en esto y el horror que se avecina fue hecho especialmente para ustedes”, dijo por último el ángel de las pruebas y antes de marcharse miró atentamente al alma que lo interrumpió y esta se desvaneció.
Las almas cercanas se alteraron y se asustaron tratando de mantenerse callados. El ángel de la muerte antes de desaparecer y dejar al niño, le recordó lo que tenía que hacer.
Todos tomaron las piedras preciosas frente a ellos y una luz resplandeciente salió de ellas y luego todo se oscureció para el niño sin honor.