El hombre híbrido, creación de la ambición
En consonancia con el post anterior cabe ahondar un poco más en cuanto al hombre híbrido, pues al escuchar esta palabra a muchos puede que transporte a un contexto científico en donde los tubos de ensayo y los microscopios tienen el papel fundamental.
Los cierto es que dicha palabra se ajusta a lo que ocurrió en nuestro continente no hace mucho tiempo, en donde se produjo una de mezclas culturales y raciales más relevantes de la historia de la humanidad.
Pues en América y el Caribe existían una notoria variedad de tribus que poseían características distintas, ya que tenían sus propias lenguas y creencias. Los conquistadores se abocaron a unificar, proporcionándoles una lengua, cultura y religión, crean de esta manera un nuevo tipo de hombre (mestizo), este ya no tenía la misma identidad que los aborígenes, pero tampoco a la de los españoles.
Se concibió de esta manera por el simple hecho de considerar su sangre impura, razón por la cual no podía gozar de los mismos privilegios de los colonizadores de España, pues eran el resultado de la cruza; por tanto los españoles se valieron de muchas justificaciones para declararlos inferiores, como el del color de la piel.
Asimismo, el mestizaje fue el medio por el cual los españoles impregnaron su cultura por todo el continente, no obstante, este nuevo individuo fue marcando su distancia con respecto a sus ancestros indígenas y españoles, ya que contaba con sus propias inquietudes y necesidades, razones que lo llevarían a buscar su propia identidad.
La existencia de este hibrido pivotó entre la negación de sus padres españoles, quienes los dejaban al cuidado de sus madres indígenas, resultando ser utilizados como peones, pues eran el resultado de una unión no formal que daba como resultado la degeneración de la raza. Lo adecuado era que los españoles contrajeran matrimonio con mujeres españolas o criollas.
A lo que Salimero (2005) considera que:
al tratar del color de los indios, “este color es por naturaleza, no por desnudez como pensaban muchos”. Dado que los pueblos que habitaban en las mismas latitudes eran diferentes colores, “es opinión que va en los hombres, y no en la tierra”. “Que bien puede ser, aunque todos seamos nacidos de Adán y Eva”, proseguía, si bien veía en ello menos una causa de preocupación que un motivo para admirarse de la divina “omnipotencia y sabiduría en tan diversa variedad de colores que tienen los hombres”. (p. XIII)
De ahí que el debate racial resulto ser constante en la época de la conquista y colonización de América, debido a la constitución física que ponía en cuestionamiento su valides de igualdad como hombre, cuestión que es de analizar, ya que en todo el globo terráqueo existe una gran diversidad humana y no por ese motivo se ha de cuestionar su humanidad y nivel cultural.
Grades resultados se han originado gracias a la mezcla racial y cultural, pues han surgido grandes intelectuales con un sentido más amplio en cuanto a nuestra realidad como seres humanos, además de aportar una nueva conformación más exótica en las mujeres que habitan nuestra tierra.
Nuevamente, gracias apreciado lector.
Referencia:
Salinero, G. (2005). Mezclado y sospechoso “Movilidad e identidades, España y América (siglos XVI – XVIII)”. Madrid: Casa de Velázquez.
un hombre sabio se conoce por lo que lee
Muy cierto. Gracias amigo por pasarte por mi post.