The Case For Car Wrecks

Los humanos no están hechos de vidrio. Pero tal vez deberían ser.

En la última buena novela que recuerdo de Chuck Palahniuk - Rant, existe la premisa de un evento tipo derby de demolición en el que los conductores chocan intencionalmente entre sí. La historia sigue suponiendo que estrellar un automóvil en las condiciones adecuadas sería suficiente para impulsar a alguien a un estado diferente de ser / materia o viajar en el tiempo. ¿Recuerdas Crash? ¿La novela sobre la fetichización de los accidentes automovilísticos?

Pasé mucho tiempo manejando este fin de semana. Más de lo usual. Arriba y abajo de las carreteras de montaña con una población de personas que probablemente no hayan pasado muchos años conduciendo por caminos de montaña. Ellos están cada uno distraídos hasta cierto punto. Por instrucciones, en sus teléfonos. Tal vez conducen demasiado rápido o demasiado lento. Lo hemos visto todo.

En la universidad, salí con una mujer que me dijo que a veces en viajes largos solo le gustaba cerrar los ojos el mayor tiempo posible. Más tarde, cuando estaba conduciendo colina arriba, ella tiró mi palanca de cambios de la marcha hacia atrás y mi carro se detuvo. No nos vimos mucho después de eso.

Propongo una extensión a la serie de educación del conductor donde un nuevo conductor es intencionalmente sometido a un accidente automovilístico. Nada demasiado serio. Tal vez algunos moretones que tardan semanas en sanar o un severo caso de latigazo cervical. Piense en ello como asustando a los conductores directamente.

Los autos de hoy nunca han sido más seguros. En eso, nunca han sido más peligrosos. No hay consecuencia Es posible que nunca hayamos estado más alejados de la física real de un automóvil, lo cual es una pena, ya que son la física de la vida. Lo siento cuando los aviones tocan un terreno difícil. Turbulencia. Se despertó de una siesta o una película con la sensación repentina y fría de la muerte. Sudor frío y una ola de náuseas. Presa del pánico, carreras, pero aún respirando. Todavía en el aire.

En una jaula de metal, somos invencibles hasta que no lo somos. Las consecuencias nos rodean incluso si no estamos del todo seguros de lo que parece.