El vecino Ernesto
Vivimos en una sociedad manteniendo relaciones con personas ajenas al lazo familiar. Vivimos y reímos con personas que creemos conocer, pero estamos equivocados, nunca conocemos a las personas realmente.
La familia Herrera no pensaba que el tener una relación social los llevaría a su fin. La familia estaba compuesta por cuatro miembros, Padres jóvenes, dedicados y apasionados por sus dos hijas. Las niñas tenían ocho y siete años.
Eran niñas hermosa, con un cabello rubio ceniza y ojos verde esmeralda. Para la comunidad, eran conocidas como las muñecas de las Herreras. La familia era adorada, toda la comunidad quería compartir con la familia cada domingo en el parque, los visitaban con frecuencia e incluso muchos vecinos invitaban a la familia a la playa.
Ernesto era un vecino carismático, entusiasta y siempre dispuesto a ayudar. Acudía seguido con la familia al cine, le encantaba el teatro y cada día llevaba un dulce a las pequeñas. El matrimonio lo consideraban un amigo muy cercano, casi era parte de la familia. Siempre se encargaba de cuidar y vigilar a las niñas cuando jugaban en las calles con sus bicicletas, a la rayuela, con sus muñecas. Los hijos de los vecinos siempre las acompañaban en sus juegos, y duraban el día debajo del sol. Cuando el padre de las pequeñas llegaba del trabajo siempre las encontraba jugando con sus pequeños vecinos y en el patio delantero de su casa siempre estaba Ernesto vigilando a los pequeños.
Ese día llovía, el padre regresaba de su trabajo cansado, con los ojos pesados y la mente embotada. Solo quería llegar a su hogar para cenar y compartir con su pequeña familia.
Cuando el vehículo entro en la calle seguía lloviendo, el agua se deslizaba por la calzada y no había rastro de sus pequeñas en la puerta del lugar. Para él, ésto era normal debido al fatídico clima.
Estacionó el vehículo en su calzada y protegiéndose de la lluvia con un periódico entro corriendo al pequeño hogar.
La casa estaba en tinieblas, no había ruidos. No estaba el televisor encendido, incluso las luces de la estancia se encontraban apagadas. Extrañado, el hombre llamó en voz alta a su esposa, pero el silencio permanecía en todo el lugar. El hombre, chorreando agua por todo el piso, atravesó la estancia hacia la cocina, y ahí estaba el resto de su familia, observándolo con ojos llorosos y bocas selladas.
Sentadas en las sillas de su pequeño comedor, con manos atadas a su espalda, lloraban e intentaban decirle al padre de familia que corriera. El hombre, sin entender que sucedía solo se desplomó cuando un hombre a su espalda le introdujo el cuchillo en su espalda.
Riendo el hombre se acerca a las pequeñas, las mira detalladamente, acaricia su cabello, sus pómulos y luego mira a su madre. Siempre sonriente, siempre alegre.
Su mano siempre firme, llena de fuerza. Y en ese momento la pesadilla que tendría un abrupto final, empezaría.
Ernesto, cada día mostraba una sonrisa al mundo, a los otros vecinos, a los Herrera; era radiante y te hacía sentir en paz. Pero ese día, su sonrisa no era la misma, su rostros se había transformado en la de un asesino.
Durante siete días no hubo vecinos que quisieran visitar a la familia Herrera, nadie quiso invitarlos a la playa, no habían amigos que quisieran ayudar.
Las niñas, despojadas de su cabellera, lloraron hasta el cansancio, observaban cada día como abusaban de su madre, como la torturaban, como el rostro familiar y conocido se burlaba de su desdicha.
Las niñas fueron cortadas, violadas, quemadas. Sus rostros fueron destruidos a golpes, el hermoso rostro que las caracterizaba solo quedó en el recuerdo.
Sufrimiento, dolor, pena y angustia sufrimientos experimentados por una hermosa familia a manos de quienes consideraban un ser preciado.
Nadie las escuchó, nadie las auxilió. Y es que muchas veces creemos que contamos con muchas personas, pensamos que podemos tener confianza de quienes nos rodean, sin embargo, eso no es muy cierto, muchas veces todo eso es una apariencia, una ilusión.
Banner editados por autor, en programa Photoshop Cs5.
Hola te invito a que te unas a la lucha por mantener la integridad de la blockchain steem. Por si no estas al tanto existe un intento por parte de Justin Sun para controlar la dirección de la red usando métodos poco eticos.
Al revisar tu cuenta noté que no estas usando todos tus votos para elegir testigos (witnesses). Te invito a que utilices los votos restantes para ayudar a la comunidad a recuperar el control de la red.
Si encuentras difícil decidir por quién votar puedes usar mi cuenta como proxy o simplemente vota por los testigos que NO esten usando la versión 0.22.5 (esos son las cuentas falsas de Justin Sun).
Gracias
The Steem blockchain is currently being attacked by a central authority in order to take control of the witnesses. If you are not managing your witness votes, please consider setting @berniesanders as your witness voting proxy by clicking here to help restore the decentralization of Steem.