Couchsurfing, porque en algún lugar hay alguien esperándote

¿A quién no le encanta viajar?

Seguro que cada quien tiene su estilo, pero cambiar de panorama de vez en cuando es algo que muy pocos aborrecen hacer.

¿Y si te digo que tu guía turístico ya está esperando por ti? Y que además es gratis porque a los amigos no se les cobra -al menos en este caso- ¿Me creerías? Será mejor que sí…

¡Hola Steemer! Espero que esto no suene como una publicidad de agencias de viajes, porque no lo es, es simplemente una recomendación para aquellos aventureros que, cuando viajan, procuran conocer a fondo la cultura del lugar y, en el intento, hacer buenos amigos.

CouchSurfing, una forma de viajar

CouchSurfing es una empresa que ofrece un intercambio cultural gratuito entre sus usuarios.

Dicho intercambio cultural consiste, por un lado, en solicitar alojamiento, o un couch (sofá), a un usuario que viva en tu ciudad destino; y por otro, en brindar alojamiento a un usuario que esté de paso por tu localidad. ¡Y de forma gratuita!

Ni si quiera necesitas ser un mochilero oficial –si es que existe algo como tal-, solo necesitas registrarte en la página y crear un perfil en donde detallas tus intereses, los idiomas que conoces, tus experiencias más significativas, las condiciones o reglas para tus futuros huéspedes, etc. Como en los sitios web de citas, esto es para que el host (anfitrión) y el surfer (viajero) tengan una idea de qué tan bien se podrían llevar conviviendo bajo un mismo techo durante un par de días.

Si estás viajando por el mundo, solo tienes que escribir en el buscador las ciudades que vas a visitar, y encontrar entre los perfiles de los anfitriones disponibles, el que mejor se adapta a tu personalidad, intereses y necesidades. Luego, debes redactar tus peticiones de hospedaje en donde –de preferencia- hablas sobre tu viaje, sobre ti y sobre lo que puedes ofrecer. Éste último punto es muy importante porque más allá de ser un hospedaje gratuito, es un intercambio de culturas, y tú llevas contigo una carga cultural enorme y valiosa que involucra costumbres, historia, comidas, e incluso el idioma.

Por otro lado, los anfitriones pueden aceptar ofrecer hospedaje directamente a viajeros que tienen solicitudes abiertas o simplemente esperar alguna solicitud personal. Ser anfitrión, para mí, es como viajar sin salir de casa.

Pero el intercambio cultural no llega hasta aquí, CouchSurfing permite crear eventos para invitar a los CouchSurfers (incluye tanto a los viajeros como a los anfitriones) de una determinada localidad a diversas actividades, como conciertos, picnics, noches de baile, intercambios de idiomas, etc. Además, la aplicación para celulares incluye el Hangouts de CouchSurfing, que te permite contactar a CouchSurfers de tu zona para ir por un café, a almorzar juntos, a manejar bicis, o a lo que te provoque hacer.

Mis experiencias con CouchSurfing

El primer contacto que tuve con CouchSurfing fue una vez que visité a un primo en Caracas, Venezuela, hace más de 5 años, tal vez. Mi primo estaba hospedando al Ruso, que viajaba desde los 16 años utilizando la plataforma, una persona interesantísima, inteligente, políglota, y por si fuese poco, un músico increíble. Un par de días después llegó el británico, un muchacho un poco tímido, pero con un gran sentido del humor. Recuerdo que solo en esa semana conocí al menos a 8 extranjeros, todos con historias y culturas muy diferentes, pero con algo en común: un espíritu joven y su pasión por la vida. Para mí, fue una experiencia inolvidable compartir un picnic con todas esas personas, que -a mi parecer- más que personas, son culturas andantes, libros abiertos.

Así que no me quedé con esa y me uní a CouchSurfing, pero no fue sino hasta varios años más tarde que, por casualidades de la vida, le salvé la vida (no literalmente) a un peruano que había recién llegado a mi ciudad y no tenía dónde quedarse. Cuando llegó a mi casa, lleno de energía y una alegría contagiosa, supe que había tomado una buena decisión. Y así fue, lo hospedé durante 4 días aproximadamente, le mostré la ciudad, nos cocinó –a mi mamá y a mi- algunos platos típicos de Perú, incluso escuché con mucho interés sobre la historia de su país una noche que conversamos hasta tarde. Lamentablemente no tengo fotos con mi amigo Guillermo, pero pronto lo volveré a ver en Argentina y tal vez les cuente al respecto.

Después de eso, y debido a la situación de mi país (Venezuela), no tuve la oportunidad de hospedar a nadie más. Sin embargo, durante un viaje que hice a Medellín, Colombia, conocí a varias personas geniales, e incluso, hice un muy buen amigo… ¡Aquí les dejo las fotos!

De izquierda a derecha: Jesús (Venezuela), yo y mi compañero de viaje



De izquierda a derecha: mi cuñado, mi hermana y yo, y Roman (Holanda)



De izquierda a derecha: Colombia, Venezuela, Australia, Brasil, Canadá y yo.



De izquierda a derecha: Mi compañero de viaje, yo, Anne (Francia) y Jake (USA).

Nota: las fotos, aunque fueron tomadas con diferentes cámaras cuyas marcas no puedo especificar, me pertenecen y varias de ellas puedes encontrarlas en mi perfil de Instagram