Cuidando a Tequila

Esta publicación tienen dos puntos importantes; si a usted no le gustan los perros babosos, llenando todo de pelo y embarrando la casa con las patas sucias, de todas maneras léalo, uno nunca sabe cuando llegará un amigo peludo a ponerle magia a su vida.

El primer punto es presentarles a Tequila, una dama de tonalidades rubias muy amigable y amorosa, es mi sobrina.
Bueno así le digo yo, porque es el animal de compañía de mi sobrino mayor. La familia de él debía salir de viaje, y han tenido malas experiencias con las guarderías, por eso, aprovechando que vivo junto a ellos me pidieron el favor de que la cuidara.

No la llevo a casa porque Waldo Aurelio se molestaría mucho, no falta que le pegue una mordida, y como ella es tan bonachona, seguro se deja morder y sigue meneando su cola.

El segundo punto es para contarles sobre una aplicación que hace más de seis meses uso llamada RelaxMyDog, la encuentran en Play Store y tiene melodías para relajar a tu animal de compañía.

Tengo un celular viejo y se la descargue a Waldo, mi papá se reía de eso y decía ―No, qué tal, un perro con celular inteligente ―pero fue una buena opción.
Cuando salgo de casa, mientras lo baño o cuando está ansioso porque alguien de la familia viajó, le coloco esta música y él inmediatamente va a su cama y duerme por un rato.

Ahora que debía cuidar a Tequila, que es una canina que hace daños cuando se queda sola, he optado por mantenerla con estos sonidos; definitivamente ella está tranquila.

Hace varios años, cuando aún era estudiante universitaria, vivía con una compañera en Bogotá. Ella tenía un perro ovejero llamado Maximus. Cuando salíamos a clase le dejábamos Radioactiva, una emisora colombiana donde ponían rock; cuando llegábamos el pobre Max estaba alborotado. Por esta razón decidimos cambiar la emisora y dejarle música clásica, entonces al llegar a casa no encontrábamos un animal loco e intenso, sino un perro tranquilo. Desde aquellas épocas creo que la música adecuada puede ser beneficiosa para tu canino o felino.

Y eso era todo por hoy, un tip pequeño pero que hará sentir mejor a su mascota.

Les dejo unos fotos de lo que fueron nuestros días de "cuidando a Tequila"

Macaco jamás había tenido cerca un animal grande, es que al lado de Waldo todo es grande.
Estaba emocionado y se acercaba con cautela a acariciarla mientras dormía. Por fortuna no se lo comió, pero lleno de babas si quedó.

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Escuche que reían, cuando me asome, jugaban a olerse la cola. Esto es lo maravilloso de los animales, se encantan con cualquier cosa.

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―No hagas ruido que nos está mirando ―dijo Don Zarigüeyo, así inicio todo, porque en un principio tuvieron miedo, después buenos amigos se volvieron.

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Don zarigüeyo vio algo caminar, y a Tequila se puso a revisar, cuál no sería la sorpresa, cuando encontró una pulga grande y fea. La tomó en sus manos y la sacó de nuestro lado.
Gracias, nos has salvado nariz rosa.

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La gran canina dormida quedó, Waldo fue revisar que eso fuera verdad, porque tenían un plan, donde Tequila no podía jugar.

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Sin permiso se apoderaron de los utensilios. Macaco penso que tenia piscina, mientras Waldo hablaba con un perro bien parecido.

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Tequila se enteró, y fue a espantarlos sin amor. Podrá ser muy buena perra, pero tampoco para dejar que se rían sin ella, ¿quieren jugar?, con ella deberán contar.

Así terminaron nuestros días con Tequila, paseamos, jugamos y también descansamos. Estaremos para cuidarte siempre querida perrita.

Créditos texto y fotografía: Margarita Palomino.