Wenas, wenas, yo de nuevo, este cap no tiene ilustración pero el siguiente si. Sé que ultimamente he estado medio ausente pero es que se me han alineados los planetas y pues muchas cosas están pasando y no cuento mucho con internet ni pc XD... Mientras tanto seguiré publicando esta genial historia, así que disfrutenla mientras encuentro chance de hacer mis ilustraciones :D. Gracias a Pibara por concederme los derechos de autor que me permiten postearla únicamente aquí en mi blog de Steemit, como pueden ver en este siguiente link.

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Capítulo 5

Capítulo 7

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Parte I

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6 Pete

Accra, 27 de Septiembre del 2036

Peter se comenzaba de tener la misma discusión una y otra vez.
La presencia de su batallón, y otros dos del TNN, habían sido una realidad políticamente cargada. Europa había forzado su neutralidad al punto en que su expresidente Kiedis había utilizado el hecho de que Rusia se unía a la unión para cambiar su nombre de EU-NATO, un nombre que había llevado desde que los antiguos Estados Unidos de Norteamérica salieran de NATO y la realidad geopolítica había obligado a NATO y EU a emerger como el estado federal en que aún se encontraban hoy en día, un nombre que aún era un poco sensible para ciertos grupos políticos dentro de los nuevos miembros del estado, a su nombre actual: Territorios Neutrales del Norte.
Tan despertado por no ser visto escogiendo bandos en la Guerra de Derechos, pensó Pete, que el nombre debía de expresar la sosa naturaleza del presidente. Pete consideraba que el haber cambiado el nombre fue un movimiento sin criterio ni base.
¿Y el nuevo presidente? Bien, él era un poco mejor, o pete no estaría ahora en territorio GNU preparándose para la guerra. Pero si Kieti había sido un presidente con el escroto vacío, el de Bianchi no estaría mucho más lleno. Sólo luego de que Nueva Zion se unió a la guerra y PUPR había terminado por entablar una guerra de tres frentes fue que el presidente Bianchi se había atrevido a firmar una alianza “secreta” con la Alianza Defensiva GNU Sur-Atlántica. Sí, habían muchos regimientos del TNN luchando en la guerra contra PUPR, pero ellos eran, al menos en documentos, regimientos SAGDA que por pura casualidad estaban completamente conformados por inmigrantes del TNN. De esta manera, Bianchi podría seguir haciendo un papel neutral en público.
— ¿Qué piensas que Bianchi de los Territorios Nerviosos Neutralizados hará ahora, Gottschalk?
El juego de palabras había sido gracioso las primeras veces que el cabo SAGDA Matatu lo había usado, pero luego de dos meses de uso virtualmente diario, las cualidades divertidas de aquello se habían desvanecido.
— ¿Crees que los va a llamar de vuelta a Bratislava a ustedes, bola de mariquitas orgullosas ahora que la brigada pretenciosa huyó a Marte-uno y Nueva Zion parece que abandonará la guerra?
— Por centésima vez, Matatu, todos los soldados son ciudadanos SAGDA, Bianchi no nos podría enviar de vuelta incluso si así quisiese. De hecho, ni siquiera los ciudadanos SAGDA no refugiados, ni los más antiguos ciudadanos del TNN podrían poner en riesgo la neutralidad del TNN en este momento. Estás tan atrapado en esta mierda como nosotros, Matatu, así que es mejor que comiences a tratarnos como familia. De hecho, chico bonito: ¿Tienes alguna hermana que puedas presentarme? Si tu hermana tiene esos labios carnosos y lujuriosos tuyos podría follar su cara por horas en nuestra primera cita, Matatu, oh, y probablemente me casara con ella y así convertirme en tu cuñado, ¿No sería maravilloso?
La simple mención de tener sexo con su hermana, una la cual Pete no estaba seguro de si Matatu tenía, sus ojos parecieron casi salir de las órbitas de su oscura cara. Pero tan pronto como Pete insinuó la idea de ser el cuñado de Matatu, saltó del banco en el cual ellos y otros cuatro hombres habían estado sentados.
— Tú… te advertí acerca de mencionar a mi familia.
Mientras la imponente figura del cabo Matatu lo amenazaba, Pete ni siquiera parpadeó o se levantó.Simplemente colocó su mano izquierda en su rodilla izquierda y lanzó una mirada alrededor de la habitación, luego miró la cara furiosa de Matatu. Una amplia y muy segura sonrisa comenzó a tomar forma en la cara de Pete, una sonrisa que enfurecía a Matatu incluso más. Matatu cerró el puño y movió su hombro hacia atrás, preparándose para propinarle una sacudida masiva a Pete, quien seguía simplemente sentado, sonriendo.
En el preciso momento en que el puño de Matatu comenzó a ganar impulso, el costado de su cabeza fue golpeado por un objeto marrón claro. Era la pelota de paja de cuero marrón que habían usado en días anteriores para sus sesiones de entrenamiento. La velocidad y el peso de la bola habían sido suficientes como para hacer que la cabeza de Matatu chocase contra la pared que estaba detrás del banco en el que estaban sentados.
Pete estaba a punto de romper en risas cuando vio la expresión en el rostro de su nuevo instructor de combate. El pequeño otomano del oeste no era alguien con quien meterse y su expresión mostraba claramente que había alcanzado un punto en que todos en el grupo supieron que no era sabio provocarle más.
— ¡Cabo Moise Matatu! —El nuevo instructor otomano, Urzon, habló con un tono más parecido al de un padre que había encontrado a su hijo de diez años viendo porno en internet que el que Pete hubiese esperado de un instructor de combate.
— ¡Cabo Moise Matatu, Cabo Pete Gottschalk! ¿No puedo dejarlos solos de ustedes, tortolitos, más de dos segundos sin que traten de besarse? Si no logran abstenerse de tocarse, ¿Por qué no se unen a mí en la lona? ¡Ahora! Vamos, jovencitas cachondas, párense junto a mí mientras me dirijo a los hombres.
» ¡Hombres! —El lugarteniente, corpulento pero de corta estatura, gritó- Luego lanzó una mirada hacia su izquierda, a Pete, y luego a la derecha, a Matatu— ¡Y señoritas! —Urzon gritó incluso más fuerte— Estamos hoy aquí para enseñarles sobre combates reales. Hasta ahora la fuerza de SAGDA estaba en sus divisiones de guerra cibernética. Y, a pesar de que SAGDA tiene cantidad de hackers excelentes que han servido para atacar a los asquerosos Quants, y le agradezco a SAGDA por eso, la fuerza de pilotos de drones SAGDA ha perdido estadísticamente tres punto siete veces más comandantes en luchas contra PUPR que el enemigo. ¡Esos son treinta y siete pilotos SAGDA muertos para matar a unos miserables diez agentes PUPR!
» Es un honor para mí haber sido escogido por el gobierno de la Nueva Alianza Otomana para el Libre Comercio (NAOLC) para ser parte de las fuerzas de entrenamiento asignadas para comenzar a entrenar a pilotos SAGDA en el uso de la tecnología NAOLC de Pulsos Electro Magnéticos (PEM). En dos semanas, comenzaremos a entrenarlos en el noble arte de la arquería PEM. El próximo mes lo pasaremos usando morteros y bombas PEM. Lo diré ahora y muchas veces durante los próximos meses, pero si se ven en la necesidad de usar una bomba PEM sólo significará una cosa, significará que no tienen nada que hacer como pilotos de drones y SAGDA puede que en realidad esté mejor con ustedes formado parte de las estadísticas,
» Pero, ya es suficiente. Las próximas semanas las pasaremos entrenándolos en combate mano a mano. PUPR no tiene tecnología PEM más que bombas PEM primitivas las cuales no usaran ya que sus agentes usan implantes. Igualmente, sus agentes son hábiles en el combate mano a mano, superados sólo por los agentes élite de Nueva Zion y, estoy orgulloso de decirlo, a la par en cuanto a habilidad con las fuerzas élite NAOLC de las cuales tuve que salir para ayudar a mejorar el desastre que son las fuerzas de drones SAGDA.
» En una lucha contra agentes PUPR no hay otro recurso más que detonar tu bomba PEM personal, o si por mera suerte de encuentran atrapados por alguno de estos imbéciles que se sientan junto a ustedes en su fuego “amigo”, entonces las técnicas que les enseñaré en las semanas siguientes serán lo que decidirá si pelearán otra batalla o se unirán a las estadísticas de mortalidad.
El lugarteniente les dirigió una mirada de nuevo, primero a Matatu, quien estaba parado como un inmenso y musculoso colegial con sus ojos apuntando al suelo cerca de sus pies que estaban separados por menos de una pulgada, contrastando con Pete, con sus pies separados por sesenta centímetros de distancia, sus manos juntas en su espalda, mentón en alto y una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Ahora! —gritó el lugarteniente Urzon— ¡Cabo Gottschalk!
La sonrisa de Pete desapareció.
— Sí, cabo, así es. No crea que no me fije en esa pedante sonrisa suya, Don seguridad. ¡Y no creas que no me percaté de ti percatándote de mí percatándome de Matatu!
— ¿Uh? —exclamó Pete. Demasiadas percataciones en una sola oración como para que la mente de Pete le siguiera.
— Ya no eres tan presumido, ¿eh, Gottschalk?¿Debería repetirlo más lento para ti, ¿Cabo?
Avergonzado por no analizar las palabras del lugarteniente lo suficientemente rápido, Pete finalmente se las pudo arreglar para entender lo que Urzon le había dicho.
— ¡No, señor! ¡Lo entiendo, señor!
La razón por la que Pete supo que podía permanecer en su asiento a salvo con su sonrisa aún cuando Matatu se había incorporado y disponía a propinarle un puñetazo en la cara fue que se había fijado en que Urzon había puesto sus ojos sobre Matatu desde el momento en que se había levantado. Pete ni se lo había pensado dos veces; ona mirada a la cara de alerta de Urzon y otra a la pesada bola que tenía en sus manos habían sido suficientes para saber que Urzon le cubría las espaldas.
— Bien, cabo. Cuentas con una buena pericia, eso es un comienzo. Veamos de cuanto te servirá en la lona contra el cabo Matatu. No te cubriré esta vez.
La cara de Pete palideció por medio segundo. Él era un tipo bastante musculoso, de un metro ochenta y cinco, definido y pesando ciento diez kilos. Matatu, sin embargo, no se quedaba atrás.A pesar de ser un poco más bajo que Pete, Moise Matatu infundía un jodido miedo para ser honestos. El veterano africano de la GNU de aproximadamente un metro setenta y cinco y ciento cuarenta kilos podía tener un poco de panza, pero era fuerte como un buey y mucho más flexible de lo que cualquiera pudiera imaginar al mirarlo. Siempre en el gimnasio levantando peso muerto que Pete no podría ni siquiera soñar con intentar levantar. Y cuando no estaba levantando, estaba practicando su Muay Thai en la playa, golpeando y pateando palmeras hasta que sus piernas comenzaban a sangrar.
A veces, Matatu encontraba un sitio en el camino con árboles bananeros entre la pista de obstáculos y el cuartel y escogía un bananero lo suficientemente fino como para poder lidiar con él. Golpeaba un poco el árbol hasta que un solitario soldado blanco de la TNN pasara en su recorrido entre la pista y el cuartel, lo llamaba , miraba con su penetrante mirada en la cual el blanco contrastaría fuertemente con la complexión negra profunda de su rostro y entonces, sin romper el contacto visual, Matatu usaba toda sus fuerzas y pateaba el árbol bananero tan fuerte que lo derribaba. Esa experiencia era tan intensa para el soldado en cuestión que haría que incluso el hombre más rudo despertara gritando en medio de la noche por haber soñado que se metían con Matatu.
Pete se preparó mentalmente, dio unos saltos de calentamiento, una señal de la cruz rápida y con unos cuantos rápidos y largos pasos fue a la esquina de la lona.
Pete y Matatu tenían ya historia y Pete sabía cómo sacarlo de sus casillas. Especialmente ahora que sabía lo sensible que era con respecto a su hermana. Pete apuntó a Matatu y entonces, con una amplia sonrisa, Pete llevó su mano derecha a su rostro e hizo un gesto de felación. Moviendo su mano medio cerrada y presionando su lengua contra las mejillas en la misma dirección y ritmo.
— ¡Tu madre! —gritó Pete mientras hacía un baile combinado con un insinuante movimiento de caderas.
Igual que antes, los ojos de Matatu se tornaron más grandes, parecían que iban a salírsele de las cuencas y caer en el suelo. El pecho de Matatu se infló un poco, preparó su puño y comenzó a caminar hacia Pete.
— ¡En tu esquina, Matatu, hasta que les dé la señal! —gritó Urzon— ¡Gottschalk, para con esa mierda!
Unos segundos después, cuando Urzon dio la señal para que comenzaran, Matatu seguía tan enfurecido por las provocaciones de Pete que el blanco de sus ojos se había vuelto rosa. Eso y un poco de saliva que tenía en la comisura del labio le conferían un aire bastante amenazador, sumado al movimiento amenazante que hacía de lado a lado hubiera asustado a la mayoría de los hombres. Pero no a Pete. Él sabía que éste era el único modo de vencer a Matatu; hacer y mantenerlo molesto. Pete llevó su mano a su boca e hizo un gesto de “V” con los dedos y comenzó a mover su lengua.
— ¡Tu hermanita! —dijo.
En ese momento Matatu explotó. Se abalanzó como una tormenta sobre Pete impulsándose con su pierna derecha y le lanzó una patada con su pierna izquierda estando aún suspendido en el aire. Con un rápido movimiento evasivo, Pete salió de la zona de peligro y Matatu aterrizó relativamente controlado.
De nuevo Matatu se abalanzó con un golpe hacia Pete, el cual lo bloqueó con sus antebrazos «Joder, golpea fuerte en verdad» pensaba. Se las pudo arreglar para conectar unos golpes rápidos en su costado antes de marcar más distancia entre ambos. Como Matatu estaba ahora a sólo un metro de Pete, hizo una patada ascendente y al sentir su pie chocando contra su hombro, Matatu puso todo su peso en ella. Sintiendo el impulso de la patada, Pete levantó si pie izquierdo lateralmente en un acto que resultó en la fuerza de la patada de Matatu sobre su hombro siendo usada principalmente para hacerle girar sobre su eje y no en hacerle estrellarse contra el suelo.
Matatu seguía el movimiento de su patada y Pete vio la oportunidad de hacer caer a Matatu empujándolo por la espalda con su mano izquierda, entonces, empujó la parte superior del cuerpo de Matatu hacia adelante más rápido de lo que su pierna se estaba moviendo, deteniendo su propia caída y movimientos giratorios lo suficiente mientras Matatu se desplomaba boca abajo sobre la lona.
— Bien hecho Gottschalk, bien hecho —habló Urzon amablemente—. Vuelve al banco, Matatu.
Matatu le lanzó una última mirada colérica a Pete y volvió al banco.
— Ahora, Gottschalk, es hora de la lección. Repetiré el ataque de Matatu pero le añadiré un poco de Nan Quan Kurash por diversión.
«Joder« pensó Pete. El Nan Quan Kurash era la infame mezcla de artes marciales persas, turcas y chinas que hicieron a los agentes otomanos una fuerza la cual tomar en cuenta. Combinaba una mezcla de estilos de artes marciales antiguas dentro de la alianza otomana con nuevas técnicas explícitamente designadas para contrarrestar y explotar los reflejos entrenados de los agentes PUPR, ¿Qué oportunidad tendría frente a esa habilidad? «Joder, no soy un agente PUPR ni tengo entrenamiento PUPR, veamos qué tiene el lugarteniente primero» pensó.
El pie de Urzon había golpeado el hombro de Pete de la misma forma que Matatu había hecho antes, por lo que se sentía más preparado para recibir la fuerza de la patada que antes. El giro sobre su eje había sido mucho más controlado esta vez. Pete estaba concentrado en el momento. Algo estaba por venir, Urzon iba a hacer algo diferente, pero hasta ahora todo parecía ocurrir exactamente como con Matatu. Entonces, en el preciso momento en el que Pete estaba a punto de empujar a Urzon como había hecho antes, el lugarteniente hizo una voltereta sobre su eje vertical, tomó a Pete por su muñeca y volvió el impulso de sus giros en una sola fuerza centrífuga y en una confusa espiral en la que Pete forzosamente se estrelló contra el suelo mientras Urzon se apartaba rodando en un movimiento parecido al de Judo, dejando a Pete ligeramente confundido y tirado boca abajo en la lona. La mente de Pete estaba en un estado de confusión: “Imposible” pensaba.
Al incorporarse, Pete vio a Urzon ya de pie en su posición inicial. Urzon no iba a darle a Pete tiempo para recuperarse.
— Esta lección fue para Matatu —dijo—, ahora es hora de tu lección. Veamos si aprendes rápido, Gottschalk.
Antes de que Pete hubiera tenido tiempo para pensar en una estrategia, el pie de Urzon golpeó su hombro una vez más. Su hombro comenzaba a quejarse luego de recibir tres patadas. Sin pensarlo, Pete lanzó su brazo izquierdo por detrás de su cintura mientras giraba en su eje, tomando así a Urzon por el cinturón y dando un tirón lo suficientemente fuerte como para detenerse. Pero como antes, Pete sintió como perdía el equilibrio y chocaba contra la lona, pensó: “¡Eso fue estúpido! ¿Por qué hice algo como eso?”. Pero entonces, un gruñido proveniente de Urzon le hizo darse cuenta de que él también había caído.
— Poco convencional, Gottschalk, tienes buenos reflejos, no mucha habilidad pero sí reflejos, te lo concedo, cabo. Cuando estas dos semanas acaben puede que tengas un verdadero chance de sobrevivir en un combate mano a mano con un agente PUPR. Ahora mueve tu trasero al banco. Matatu, eres el siguiente.

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Capítulo 5

Capítulo 7

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