Mujer víctima - Relato (Serie: Encuentros)

in #spanish7 years ago (edited)
Dos caras de una misma moneda: amor y traición. Mi venganza fue osada y fría como los tratos que recibía de tu parte. Segundo encuentro con la persona que usaría como pieza de relevo, de desquite hacia tu apatía y, con la que quizá apoyado de un golpe de suerte, te habría olvidado. Estar consciente de tu existencia solo le generaba más morbo a esa mujer, quien sorbía mis tragos baratos de mentiras con una impasibilidad misteriosa. Ambos sabíamos lo que haríamos ese día, ambos habíamos averiguado en cuestión de horas la totalidad del otro, nuestros embustes, nuestros enredos, inclusive nuestra forma de andar. El magnetismo hizo más por unirnos de lo que hicimos nosotros mismos, polos opuestos el uno y el otro, pero atraídos por alguna fuerza.

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Me robó las palabras con su aliento, rápida como un ventarrón se apresuró a mi boca inquieta, sabía a lo que quería dar inicio. No importó el estruendo del caos ni las miradas inusitadas que nos hacían compañía en la negrura del salón, éramos ella y yo apartados en un rincón saboreando la delicia de nuestra fechoría. A minutos dando descanso a nuestra indiscreción con disimulo, solo para perdernos de nuevo en aquel trance perverso.

Aún prohibida su sensualidad descubierta para el desespero de mi tacto, el exagerado entrometido que era yo no se permitiría claudicar tan fácilmente. Sabía que esa tarde no la tendría por mucho tiempo, pero haría lo posible para llevarme cuanto pudiera de ella. Un descuido, una distracción de los observadores incautos bastó para despojarla de ese vestido que la cubría en uno de los cuartos de la casa, y por unos minutos catar la gloria de su ser con mi boca, sentir su deseosa piel nevada deslizarse entre mis dedos y mi cuerpo. Silencio compartido en ese cuarto mientras nos ocultábamos, evitando que nuestros anfitriones se percataran de la ausencia que hacíamos en el salón y que los rumores se esparcieran dentro —y fuera— del círculo de personas que se reunían esa noche.

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Salió ella de primero, vestida nuevamente como si nada hubiera ocurrido, y con su histrionismo convenció a todos de que no les había abandonado ni un segundo. Acostumbrada siempre a adaptarse veloz a las conversaciones banales que mantenía con su grupo de amistades. Yo por lo contrario, decidí servirme un cóctel y avisar mi partida, había caído de vuelta a la realidad y el sentimiento de culpa me violentaba las entrañas.

En el portal me detuve a fumar un cigarro e intentar pensar con claridad, disipada ya la lujuria de hace poco. Aún con todo y el sonido ahogado de la música desde afuera era capaz de escucharte, reclamándome por la traición que te infligí con esa mujer y rebatiendo con rabia mis argumentos. Sin embargo, no eras nadie para exigirme nada, tú misma te llevaste el cuchillo al cuello cuando me apartaste e hiciste algo similar a lo que acababa de hacer. Como siempre, fanática de victimizarte —hasta en mis pensamientos— huiste de la discusión y pude terminar de paladear mi tabaco con insuficiente tranquilidad.

Camino a casa no pude difuminar a la culpa, mi paso nervioso por las apagadas e inseguras calles de la urbanización, en conjunto con la música de mi teléfono hacían una dupla ingrata. Necesité un respiro que solo obtuve al llegar a mi cama y dar vueltas insomnes hasta el cansancio.

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Me volvería a encontrar varias veces con la muchacha de piel nevada, tantas que en un momento incluso decidimos comprometernos como pareja. Las cosas no funcionaron entre ella y yo por mil y un razones que atribuyo a mi imbecilidad y —como no podía ser de otra manera, a quien provocó dicha imbecilidad— a ti. Al tiempo de enterarte con lujo de detalles de mi acción te antojaste de cambiar y resumir la seducción que me anexó a ti en primer lugar, mujer víctima. Qué plan tan perfecto el tuyo, que una vez dio efecto volviste a tus anteriores males y yo a tus cadenas. Qué ridículo fui, buscando inconscientemente que hicieras esto, queriendo que los celos te hicieran hervir igual que a mí y tomaras acción. Definitivamente qué papel tan estúpido paré a jugar en mi propia trama, que salí vivo de 'nuestros juegos' casi de milagro.

Mujer víctima, qué alegría que a estas alturas ya no he de seguir confesándote nada.


Acompañamiento musical

Bring your love, baby, I could bring my shame
Bring the drugs, baby, I could bring my pain
I got my heart right here
I got my scars right here
Bring the cups, baby, I could bring the drank
Bring your body, baby, I could bring you fame
And that's my motherfucking words, too...

The Weeknd - Wicked Games


Notas del autor

La serie Encuentros es una trilogía de relatos que me dedique a realizar durante abril y mayo de 2018. Esta serie de relatos tienen en común una estética monocromática en su ambientación e historias agridulces (e incluso algo explícitas, a momentos). No son historias conectadas entre sí, pero sí comparten a un mismo trágico protagonista.

Mujer víctima es el primer relato de los tres que conforman esta serie. Un punto medio entre lo que considero que esta colección quiere proyectar. Mujer víctima se podría tomar como una maliciosa carta retrospectiva de un personaje a la que fue su pareja, recordando las consecuencias del acto de engañarla por venganza. La pareja del personaje —quien vendría a ser la mujer víctima— es una persona manipuladora y que supo cómo salir airada de la situación, hasta que el personaje principal se dignó a cortar los lazos que la ataban a esa persona. Los pormenores de ese corte ya serán contados en otra ocasión, pues forman parte de otra historia digna de ser contada por separado en otra serie.


Fuentes

Fuente Imagen 1
Fuente Imagen 2
Fuente Imagen 3
La Imagen 1 fue editada con un editor de fotos en línea con motivo del post.


Sort:  

Hermano, ¡Brutal! Este relato me gustó muchísimo. Ojalá pudiera darte más votos. Excelente narrativa, lo disfruté muchísimo. @miedoyficcion

Qué alegría que lo hayas disfrutado, Rocodurán. Por ahí se vienen más relatos y mejores. ¡Mil graicas por leer! Saludos.

Maravilloso relato amigo. Muchas personas sufren este tipo de historias, que son como vicios, pero que algún día deben parar porque se convierte en un ciclo sin salida.

Totalmente, Andrea. La inspiración para este post viene de una experiencia muy cercana a ese tipo de 'vicio' en el que se convierte una relación a veces. Gracias por leer, querida. Un gran saludo.

@miedoyficcion grandioso mi hermano siempre es bueno leerte .

Mujer víctima, qué alegría que a estas alturas ya no he de seguir confesándote nada.

Mil gracias, andrades. Siempre es un honor que me leas. Un abrazo.

Waooo que hermoso relato, me encanto. Espero seguir leyéndote. Saludos

¡Gracias por leer, Elena! Espero contar con tu visita a los futuros posts de esta serie entonces. Un saludo ;)

muy buen relato de verdad me encanto, es bueno conseguir amigos escritores espero ver mas post tuyos! :D

¡Gracias, Mary! <3

Oye muy buen contenido siempre dejas tus buenos relatos.

¡Gracias, Erick! Saludos.

Tus relatos son interesantes y geniales

Gracias, astuanais ;)

@miedoyficcion muy interesante tu relato las fotos muy buenas saludos.

¡Gracias, Karla!

Me encantó.

Qué bella, ah. Te adoracho <3