NIÁN (2.1).
Pasaron los meses y llegó el verano, el calor, el olor a mar, a paellas y sardinas espetadas, el peculiar olor a los plásticos de las colchonetas y ese aroma a crema Nivea. Era una época que se llevaba de moda los bañadores que los llamaban taparrabos, imitando a la piel de leopardos en los colores. Era típico ver avionetas pasar continuamente haciendo publicidad de crema Nivea, Ginebra Larios,Ron Bacardí, Camperai, etc...Niàn todavía no sabía nadar, le llamaba gran atención un fenómeno que se venía produciendo en la playa cada 30 minutos mas o menos,los bañistas y las personas que se encontraban allí disfrutando de la playa de pronto salían corriendo en masa tirándose al agua, todos gritaban tirandose al agua a la vez, mientras, los pocos que se quedaban en las sombrillas señalaban el cielo diciendo:¡ya,ya ya, ahora ya otro, han tirado 3!, era que las avionetas de la publicidad de la crema Nieva cada vez que pasaban tiraban flotadores azules oscuros en paquetes colgados de paracaidas de plástico, era un disfrute, los fines de semana, en especial los domingos. Nián, siempre volvía a casa con uno o dos flotadores, su papá nadaba como Tarzán, muy rápido, siempre conseguía alguno. Al final del día era habitual dormir en el coche de camino a casa, en esas largas caravanas en las cuales el día se covertia en noche mientras escuchaba los grupos de la época, los Begees, el Duo Dinámico etc, etc... pues bien, un domingo de playa como otro cualquiera, después de comer una paella mixta exquisita, que le encantaba a Nián seguidamente de su heladito de nata recubierto de chocolate, volvieron a la sombrilla, había que hacer la famosa digestión, sino, te podías morir y todo. Jergús y Virgy se tumbaron en las toallas debajo de esas sobrillas de tela gruesa estampadas de flores, que eran armatostes y pesaban una barbaridad, se quedaron dormidos, Niàn jugando en la arena de la orilla se le ocurrió cogerle a su madre las típicas almohadas inflables de playa y sin saber nadar, se metió en el agua agarrado y bien sujeto con con sus manos, empezó a chapotear con sus pies y sin darse cuenta se fué hacia dentro unos 80 metros, cuando Niån miró hacia atrås y vió que estaba tan lejos, se puso tan nervioso que al querer darse la vuelta para ir hacia la orilla, se le escurrió de las manos la almohada inflable que era cuadrada, al no saber nadar, se hundió y empezó a tragabar agua al querer respirar, intentaba agarrarse al aire puesto que ya no había flotador y mientras se hundía miraba hacia arriba, a la superficie, viendo a través de la transpatente agua como se alejaba el azúl del cielo cada vez mas hasta ya dejar de tragar agua pero todavía consciente por pocos segudos, derepente vió como se rompía esa imgen limpia del cielo azul a través del agua por una silueta oscura y unos brazos golpeando el agua super ràpido, era papá, pero Niàn ya no tenía capacidad de moverse y se le cerraron los ojos, cuando los volvió a abrir, ya estaba en la orilla, su padte le había salvado la vida y echo el boca a boca con maniobras de reanimación, llorando y muerto de miedo su papá al verlo respirar, sintió alivio y nerviosismo a la vez, le dió una abrazo a su hijo que aún no podía ni medio moverse ni respirar, casi lo vuelve a ahogar otra vez, Niån lo miraba y sonreía, le miraba el bañador de leopardo y se reía, Jergús le decía enfadado: ¡ no lo vuelvas a hacer!, ¿ me oyes?...¡ni se te ocurra jamás!. Esa misma tarde aprenidió a nadar bajo el asombro de su padre, no daba crédito a lo que veía, una hora antes había arrancado a su hijo de las profundidades del mar, de una muerte segura, pensaba en la capacidad de aprendizaje que el niño tenía por sí solo, quedó atónito y comprendió que tenía un hijo que era especial, aprendía las cosas con nada que le explicasen y con una hiperactividad impresionante.
Contuinará porque a mi hijo le encanta, que es mi mayor seguidor...