Llevándolo un poco más al contexto social,

somos la generación más avanzada, sin embargo, al mismo tiempo somos la generación más controlada por el mundo, el Internet y nosotros mismos. Las publicidad nos vende la ilusión de un Rockstar, mientras a su vez nos mantiene bajo el patrón, el margen del estereotipo de sociedad que los medios dictan que debemos ser.

Cómo pasamos de odiar y degradar al movimiento Rastafari por consumir marihuana, a aceptar que artistas del entretenimiento actual lo hagan y además, apoyar aquél estilo de vida tan banal.

Con el pasar de los años las modas van cambiando, junto con ello, la sociedad.

Que resulte casual escuchar en las calles canciones vulgares, degradando al sexo femenino llevándolo al punto de ser un juguete sexual, promoviendo un estilo de vida lleno de lujos, vicios y lujuria; y que además de esto, sea socialmente aceptado y apoyado resulta una aberración. En la actualidad, colocándolo en un punto de vista diferente, el reggaeton es el arma de control mental masivo más potente que existe,

habría que observar a poco detalle cómo era el comienzo de éste en comparación a lo que se ha venido evolucionando con el pasar de los años; el cambio es simplemente abismal. Cómo a raíz de ello la liberación sexual, la drogadicción, el índice de alcoholismo ha aumentado, la tasa de natalidad por la cantidad tan exorbitante de adolescentes embarazadas que existen. Venezuela es uno de los países con la tasa de embarazo precoz más alta en América Latina.

Publicitariamente sí. Objetivamente, la guerra de las clases es una farza, sólo existen dos bandos; los que tienen dinero y los que no. Los marginados y los que surgen por talento nato o por contactos.

Gran parte de los altos jefes, por no decir que todos, quieren mantenernos a nosotros en trabajos de lunes a lunes con el objetivo de que nuestra mentalidad emprendedora no pueda salir a flote, lo que tampoco nos permitiría surgir en la industria laboral; mediante ésto, aquellos antes mencionados podrán controlar a cualquiera que sea inferior.

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La sociedad procura inculcar que lo que necesitamos son lujos, dinero, para ser feliz. Falso. Pura mercadotecnia. La verdadera felicidad está en aquellas pequeñas cosas, no se encuentran en antros, discotecas; con chicas, bebidas y vicios.

Ésto es lo que nuestro alrededor no desea ver, ni la sociedad desea que note, pues te degrada absolutamente como persona. Es por esto que inventa nuevas maneras de cómo controlar a la juventud, como lo hicieron en su momento con el Punk, la música disco, la electrónica, el hip-hop, hasta llegar al reggaeton y al trap más actualmente.

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