POST NUBILA PHOEBUS…un llamado a gritos

in #spanish7 years ago (edited)

“Después de las nubes, el sol” (del latín, Post nubila phoebus). Esta es la traducción del lema de la ilustre Universidad del Zulia. LUZ, como se le conoce a nivel nacional y mundial, es una de las más importantes universidades públicas de Venezuela. Durante muchos años ha sido reconocida por la calidad académica de sus egresados y por el alto nivel de investigación que en ella se ha realizado. Una muestra de esto es que por varios años seguidos ocupó el primer lugar en número de investigadores en el ya extinto Programa de Promoción al investigador (PPI) del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.

Los que hemos tenido el honor de pasar por sus aulas, nos tocó vivir situaciones difíciles pero a la vez gratificantes. Estudiar en una universidad pública en Venezuela tiene su cuota de sacrificio. A mediados de los años 90, fecha en la cual ingresé en LUZ en la Facultad de Ingeniería, existían los mismos problemas presupuestarios que hoy día afrontamos para atender la infraestructura, pago de personal, servicios médicos y de comedor, transporte, bibliotecas, investigación, etc… pero nada se puede comparar con el “huracán revolucionario” que hoy nos arropa y que ha llevado a nuestra alma máter en dirección a un hoyo negro, si es que ya no estamos allí.

Aún con todas las desavenencias, LUZ poseía un staff de profesores de primera, muchos de ellos formados en las mejores universidades del mundo y que se convirtieron en fundadores de centros e institutos de investigación, que han sido distinguidos por su elevada calidad científica. La matrícula estudiantil, siempre en crecimiento, era una problemática constante puesto que el espacio físico y la disponibilidad de profesores limitaban el ingreso de los bachilleres. La situación siempre fue complicada, pero nunca faltaban las ganas de estudiar, investigar, aprender, formarse, hacerse hombres y mujeres de bien para el país y el mundo. En la actualidad, ninguno de estos sentimientos son los que gobiernan el quehacer universitario, plagado de vicios y un espíritu de desanimo sin precedentes.

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Afueras de la Facultad de Ingeniería

LUZ ha sido mi segunda casa. Es por eso que me duele en el alma, la tempestad por la que actualmente está pasando; esas nubes negras que acechan su firmamento están allí, clavadas, no hay viento que las mueva y permitan ver el sol nuevamente. Soy profesor de la Facultad de Ingeniería y cada día que pasa no puedo sacarme las imágenes que en mi época de estudiante me tocó vivir. De aquellos pasillos atiborrados de estudiantes, hoy solo vemos almas errantes que siguen su camino por inercia. Salones que en otrora se mantenían llenos de estudiantes, ávidos por aprender, hoy lucen desolados y sólo unos cuantos perros y gatos hacen vida, y parecen ser los más interesados en hacer uso de ellos. La limpieza y el orden nunca fue algo que resaltara en las instalaciones, pero la desidia y el abandono actual no tiene parangón. En la facultad se respiraba vida todo el día, desde las 7 am hasta las 8 pm era común el movimiento de personas. Es de suponer que en una universidad el aprendizaje no tiene tiempo para detenerse. Hoy día, ya al mediodía se decreta la “hora cero”, no hay obreros ni empleados, muy pocos estudiantes y muchos menos profesores. Se estanca el conocimiento y se da paso a la mediocridad.

Ahora LUZ es reconocida internacionalmente por la calidad de sus egresados, gracias a la enorme diáspora que ha hecho que estos jóvenes hayan tenido que buscar un futuro mejor fuera del país. De igual manera, otros miembros de la comunidad universitaria han tenido que voltear su mirada a otros horizontes, en especial los profesores. Catedráticos con una alta preparación académica, que le han costado tiempo de formación y recursos financieros a la Universidad, han tomado sus maletas en busca de una nueva oportunidad para ellos y su familia. Devengamos sueldos de miseria que no nos permiten cubrir las necesidades más básicas de cualquier ser humano. Si es así con los profesores, que supuestamente son los mejores pagados, imagínense el caso de los empleados y obreros.

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Pasillo de ala B, Facultad de Ingenieria.

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Laboratorios desolados

Un profesor universitario es un recurso irremplazable e invaluable, que este gobierno con sus políticas económicas y educativas erradas, no ha entendido que son necesarios para la prosperidad y el desarrollo del país. En educación está prohibido improvisar. La razón de ser de una institución que se haga llamar “Universidad” es ofrecer educación con la más alta calidad, y eso se consigue haciendo investigación. Al no hacer investigación, una universidad es simplemente un colegio grande. No existe universidad sin investigación, y en LUZ, la investigación quedó en el recuerdo. Hoy solo vemos laboratorios e institutos en el olvido, llenos de equipos obsoletos asemejando una escena de una película de terror, sólo esperando que una cadena y un candado decreten su defunción. Los pocos que aun quedamos no podemos mantener por mucho más tiempo el peso en nuestros hombros sino se hacen cambios drásticos ya. Pero esto es como “pedirle peras al olmo”, y aferrarse a una solución divina, que aunque a todas luces pareciera ser la única opción, no es la primera alternativa en un científico. Aún con todo el escenario negativo que nos cubre en LUZ, evoco el lema “Post nubila phoebus” que el insigne rector eterno Dr. Jesús Enrique Lossada tuvo a bien forjar en el escudo de nuestra ilustre universidad. Que esta consigna nos guíe nuevamente a la luz, la verdad y la sabiduría, y que retumbe en todos los rincones el coro de su himno:

“Universidad y el sol libertad
Dos palabras sonoras vibrantes
Dos palabras que debemos gritar
Y llevar como luz adelante...”

Las fotos son propias tomadas por un celular Blu Advance

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Victor José: espléndido documento, declaración en la que confluyen, de manera armónica, tu impecable formación científica con tu humanismo forjado desde los espacios de tu hogar, pasando por tu interacción en el mundo militar y la oportunidad excelsa que te da el ser esposo y padre de tu señora e hijos maravillosos.

Es nuestro deber como orientadores de la juventud, tener la suficiente objetividad para precisar mediante la observación, los hechos y la suficiente fortaleza de carácter y riqueza espiritual para visualizar las soluciones a situaciones y mitigar riesgos que, en gran medida, están fuera de nuestro alcance como seres individuales pero que si nos unimos, alguna vez, sin egoísmos y con honestidad, pudiera generar lo que nos enseñaron cuando nos tocó estar en esas aulas maravillosas, un cambio en el momentum para romper la inercia.

En esta plataforma, he evitado dejar colar mi intermitente desazón, precisamente, porque los pulsos de esperanza son sensiblemente mayores y más intensos. Saber que en Venezuela, hay gente como tú, como tu familia, como yo y como mi familia, me permite pensar que no es por miedo a salir y a aventurarse en el sueño de un mundo mejor allende a nuestras fronteras, sino por la convicción y la fe, que nuestra contribución cuando llegue el momento, 3 meses, 1 año, 5 años de hoy en adelante va a ser esencial y especialmente útil y también reconocida.

Mi única duda, lo que tendrán que vivir nuestros hijos hasta que llegue el día que el país, de nuevo sea un buen lugar para vivir con el flujo adecuado de paz y oportunidades para todos.

Ése es el sistema compatible indeterminado que cada uno debe resolver.

Yo soy 6 años mayor que tú y ya me estoy inquietando, no por mi, insisto, sino por mi real capacidad para que, en 10 años, haya generado en mi espacio de alcance, lo que mi familia necesita y lo que quiero prodigarles.

Mi invitación al final:

"...Piensa globalmente y actúa localmente..."

Saludos Mauricio, me siento halagado al saber que te gustó y te sentiste identificado con lo que escribí, viniendo el comentario de una persona con tus credenciales y que ha hecho unas publicaciones excelentes. La realidad presente y la que me preocupa cada día más que es la futura, por las razones que ya tu muy bien has descrito, son las que me llevaron a expresar mi preocupación en el papel, y siento que me he quedado corto. Si no existe un presente que le brinde a nuestra generación futura seguridad y estabilidad, las bases en las que nuestros hijos podrán fundar su vida en este país serán débiles. Y sabemos que lo que ocurre en las universidades no es ajeno al resto del país, es el vivo reflejo de lo que lo pasa en él: Corrupción, inseguridad, falta de sentido de pertenencia, irresponsabilidad, etc., todos estos valores que destruyen a la sociedad, con el agravante que ocurre en la cuna donde se forman los futuros profesionales que algún día tomarán las riendas de las principales entidades donde se debería impartir justicia, salud, educación, etc. Pienso en la única duda que planteaste y sabemos que la solución pasa por todos los venezolanos y no por unos pocos. Se vuelve sal y agua el esfuerzo de unos pocos, y traigo a colación el dicho popular que dice: "una mano lava a la otra y las dos lavan la cara". O colaboramos y trabajamos juntos por este país, o nos vamos al hoyo todos. Yo, desde mi espacio seguiré luchando hasta donde pueda. Un abrazo Mauricio¡¡

Soy egresada de LUZ, pido a Dios que nos guíe nuevamente a la luz . Excelente post:)

Saludos @machiqui63, que bueno que te gustó, aunque hubiese preferido escribir algo más positivo sobre nuestra realidad. Ahora es cuando necesitamos con urgencia que las autoridades universitarias se hagan sentir no con un comunicado de emergencia que dice todo lo que ya sabemos, sino que junto con la comunidad universitaria, plantee posibles soluciones a esta situación.

Buenas, amigo. Excelente post.
Te recomiendo cambiar la tercera etiqueta a: educacion (sin tilde ortográfica), ya que así es la normativa de cervantes.
Muchos saludos y éxitos!

Que tal Rafael, que bueno que te gustó el post. A ti también te ha tocado vivir esta situación y se que haces lo posible para seguir activo. Tomaré en cuenta tu recomendación con la normativa @cervantes, muchas gracias por tus deseos.