Prefacio

Las serpientes son su sello personal, fue entrenada para guiar el peligroso imperio de su esposo, una de las mejores mafias rusas. Su nombre, Sarka Novikov, es temido por quienes lo escuchan, catalogándola como la perfección por su eficacia.

Pero no todo puede alinearse a sus necesidades, su hija Annika se verá envuelta en dificultades al tener encuentros clandestinos con el hijo de uno de los enemigos de su madre, Ihan Demir.

Acarreando con sus acciones problemas que arriesgaran el poder que ha establecido.

¿Podrá Sarka alejar a su hija del hombre que las hundirá? ¿Será capaz Annika de decidir entre su madre y su pareja? ¿Ihan protegerá a Annika de las consecuencias?

(...)

Descripción

— ¡Despierta, por favor!

El grito resonó entre los pasillos del edificio. El zumbido de los disparos se aproxima pero ella se concentra en el hombre, que con signos de estar muerto, descansa en sus piernas.

—Por favor…prometiste protegerme, estar conmigo toda la vida.

Sus ojos marrones se aglomeran de lágrimas, angustiada ante lo que se niega a aceptar.

—Vladimir…te lo ruego.

Agacha su cabeza, preparada para morir junto a su esposo. El dolor que la recorre es lo suficiente para orillarla a querer ser capturada por el enemigo. Ya no le queda nada para continuar.

Escucha como se acercan, como pronto la matarán por ser amante de uno de los mafiosos más poderosos de Rusia. Que ahora reposa fallecido en el podrido suelo.

Su aliento se atora al sentir como la toman del brazo, alejándola del cuerpo de su pareja. Cierra los ojos, preparada para recibir su sentencia.

—Sarka, soy yo, Ivanov—Esa voz le hace recuperar un poco de esperanza—Vámonos o nos atraparán.

—Pero Vladimir…—Es interrumpida abruptamente.

—Está muerto, Sarka. Debes aceptarlo y continuar con los negocios, es tu deber.

—No quiero estar en el mismo mundo que me ha arrebatado a mi esposo.

Es tomada brusca del brazo, evitando que una bala impactará en su frente. Los ojos de Sarka se abren al presenciar la muerte de su asesino a manos de su salvador, Ivanov.

—Este mundo es tuyo—Susurra, halándola para que lo siga, abandonando el cuerpo de su antiguo socio—Lo aceptaste al casarte con un mafioso. No puedes arrepentirte de tus decisiones.

—Debí evitar que continuará en esto.

—No lo hubieras logrado, nacimos para guiar los puestos que nos corresponden.

—Pero pueden renunciar.

—La renuncia solo te condenaría a morir por los secretos que portas.

La mirada de la mujer se pierde en los distintos pasillos donde transitan. Su mente es un caos, no existe una salida a la condena que se le impone. Sola debe enfrentar el destino, ser la reina que gobierne a sus esclavos.

Salen del edificio, viendo el auto blindado y varios guardaespaldas que esperan por ellos. Ivanov deja a Sarka en manos de sus hombres, voltea su vista a la edificación, sus oídos captan aun los disparos de aquel enemigo.

—Lo siento—Susurra, detonando una bomba que destruiría ese lugar.

— ¡No, por favor! ¡Salva a Vladimir!

El fuego consume las paredes, los ruegos de Sarka y los gritos desesperados de aquellos asesinos se unen, volviendo el ambiente tétrico y triste.

— ¿Estas dispuesta a seguir o tendré que matarte para que ellos no lo hagan?

Sus ojos vacíos caen al suelo, mitigando sus emociones, recuerda las palabras de su esposo y las continuas promesas que le hizo, haciendo que tome la decisión.

—Aceptaré suplantar el puesto de Vladimir. Seré la Dama de las Serpientes.

Espero les guste, amo escribir lo que nace en mi mente!