Confesiones del terror de mi mente Trastornada (1era entrega)

in #spanish6 years ago

Somos 5 niñas, vecinas, jugando después de salir de la escuela, unas más grandes que otras, la mayor tiene 16 años y la más pequeña tiene 6.

Amábamos correr, saltar, pasar por los orillos de la acera manteniendo el equilibrio, entre otros juegos, éramos muy unidas y nos ayudábamos unas a otras.



Fuente de la Imagen

Yo era la niña más grande del grupo, responsable de todas, a pesar de que tenía 16 años mi cuerpo aparentaba un poco más de edad.

Cada día luego de salir de clases, como era costumbre, nos íbamos a casa acompañadas, creyendo que el camino a casa era una buena pista de obstáculos que debíamos atravesar. Ese día salimos antes de la hora establecida en la escuela para poder jugar por mayor tiempo antes de llegar a casa. La escuela estaba rodeada por unos muros no muy altos pero si muy firmes que veíamos ideales para caminar sobre ellos con equilibrio, de ese modo iniciamos nuestra travesía, saltando corriendo y cantando mientras llegábamos a la casa.

De repente, de la nada, ¡se oyen unos estruendos como de guerra, tanques, armas, helicópteros, soldados corriendo! Nos asustamos mucho y comenzamos a correr muy apresuradamente muertas del miedo....



Fuente de la Imagen

Yo iba atrás, agarrada de mi mano estaba Sami, mi amiguita más pequeña, y corríamos como empujando a las demás que iban adelante, cuando de pronto, escuchamos una explosión, un sonido que aturdía, un sonido que nos paralizo a sami y a mí.

Eran cócteles de bombas lacrimógenas, perdigones y unas bolas que parecían pelotas de playa cuya finalidad era golpear fuertemente a las personas que se atravesaban. Al horizonte no muy lejano vimos cómo se acercaban las tanquetas llenas de soldados que estaban cada vez más cerca, nosotras 2 estábamos paralizadas, habíamos perdido de vista a nuestras amigas, las bombas caían a nuestro alrededor, había gas lacrimógeno por doquier, nuestra reacción fue abrazarnos e intentar calmar el llanto de sami...

De un momento a otro entre el humo y las llamas aparece un soldado vestido de su mejor traje para la guerra, me toma bruscamente del brazo y me jalonea para entregarme a una femenina, quien con más fuerza me llevo a su estación... entre gritos me decía que todo ese estruendo era mi responsabilidad, yo estaba secuestrando una menor (mi amiga sami de 6 años), mi mente estaba completamente confundida, yo también era menor y el único delito que había cometido era haber salido más temprano de la escuela.

La femenina, que era más masculina que femenina me llevo a su estación de servicio, un lugar hostil, oscuro, mal oliente, lleno de personas malas cuyo delito, no había sido precisamente haberse fugado de la escuela unos minutos antes.
En el camino al calabozo vi a dos personas conocidas, a quienes en medio de sollozos les pedí que llamaran a mis padres para informarles lo que había sucedido, mas su indiferencia fue tan fría como la celda que me correspondía.

Mi preocupación me llevaba a la confusión, no terminaba de entender mi delito, no sabía si todo el estallido de guerra había sido causa del miedo de la profesora porque se le escapo un menor del salón, si eso era así afuera la no debía estar pasando nada, pero desde la profundidad del calabozo todavía escuchaba el estruendo, gente gritando, alarmas de carros, y no sabía si las demás niñas habían podido llegar bien a casa.
Todo esto atormentaba mi mente, yo era menor también, quizás fuera un delito lo que estaban haciendo conmigo.

La primera noche que pase en la celda las lágrimas no dejaron de rodar por mis sucias mejillas, los estruendos seguían, había entendido que la guerra inicio y sabía que no estaba bajo el seno y la protección de mis padres, pero era eso precisamente lo que me preocupaba "su protección" vivíamos en una casita normal, de bloques de 3 habitaciones un baño una cocina-comedor y una sala, con techo de machimbre y tejas que no soportaría la clase de perdigones que arrojaba el ejército, pensé que quizás estaba más segura ahí en la celda que en mi casa, pero ellos no.

Esa seguridad en el calabozo no duro más que la primera noche de guerra, en la mañana me llevaron a rastras a otra celda donde ya no estaría sola sino acompañada de más mujeres que eran mas malas que yo.

Continuará...

Espero que lo hayas disfrutado, sería un privilegio leer tus comentarios, muchas gracias por tu atención. Y si te gusto no olvides seguirme por:

@NIACRUZ7
♥♥♥

Sort:  

Nia mostrando su lado oscuro eh? No se Rick, comienza a gustarme. xd

Jejeje, asi es, leete la segunda parte, quedaras encantado.
Por cierto, no te he visto mas en los Buhos de @engranaje.
te extrañamos alli eh!!

Hola, este post ha sido propuesto para ser votado por Cervantes. Saludos