Mi instructor de yoga no hace yoga.

Hace 3-4 años acepté la invitación de una compañera que consistía en ir a una clase de yoga, actividad que según ella y todos los que me conocen, se parece mucho a mi personalidad. Era un sábado a las 7am y todo lucía favorable, el clima, la energía y mi vestimenta (me fui en pijama porque me quedé dormido y no pude cambiarme). Ese día me fui de ese lugar con sensaciones que no había experimentado a través de la concentración, respiración y actividad física inusual para mi (primera vez que lo hacía). El instructor de yoga me conocía desde hace mucho y yo no lo sabia, pues, era amigo de mi papá y de otras personas cercanas a mi circulo social, así que el hielo ya estaba roto.

Mi experiencia en ese salón de yoga fue enriquecedor en muchos sentidos, en otro post les contaré. Pero siempre sentía algo extraño que quizás tapaba por el hecho de que ya me sentía en familia y estaba acostumbrado a esa rutina que mantenía el instructor, la cual consistía en:

1: al entrar a la clase nos recibíamos con los buenos días y después, los adultos, empezaban a charlar despectivamente de la situación país (Venezuela) y todo lo que está presente y ausente en ello.

2: después de máximo media hora de charla por parte de todos menos mi persona, "INICIABA" la clase.

3: hacíamos las distintas posiciones y estábamos atentos a nuestra respiración por al menos una hora o cuarenta minutos.

4: concluíamos con una meditación muy relajante

5: una vez culminada la clase, mientras todos recogían sus cosas, volvía el tema de la situación país que si bien ya me tenia mamado en la calle, imagínense allí.

https://goo.gl/DxdnWi

Estos 5 pasos se repetían en todas las clases y siempre me preguntaba lo siguiente: ¿por qué en ese lugar siento algo tan extraño que en otros centros de yoga no suelo sentir? Dejé de ir por al menos un año y algo por otras razones y actividades, nunca llegué a pensar en lo que realmente sentía al estar allí.

Mucho tiempo después y con mucho ánimo, vuelvo a la clase (:
Entro al salón y luego entran unas personas y el instructor, el cual me saluda con entusiasmo pues teníamos muchísimo tiempo sin vernos.
Seguidamente, empieza a hablar sobre algo que le ocurrió hace poco. Se resume en que una persona le preguntó qué haría en Semana Santa, si saldría o no; a lo que él le respondió enfadado que no, que como se le ocurre que con esta crisis que tenemos podemos salir o estar tranquilos...

https://goo.gl/JhSJiR
Justamente después de escuchar eso pude entender ese sentimiento que me hacía ruido y molestaba cada vez que estaba en esa clase; además, supe que mi instructor de yoga nunca ha transmitido yoga, solo ha enseñado posturas difíciles y dolorosas junto con respiraciones y mantras, pero nada del verdadero yoga.
Quizás pueda aceptar que nos ha enseñado a como llevar esta situación de la mejor manera, a través del yoga, pero no. Que una sesión esté envuelta en todo lo malo que, se supone, desechamos antes de entrar, no me parece.

Considero importante y necesaria la postura que el que se supone nos mostrará algo del yoga, sea ecuánime a pesar de todos los problemas, así podremos tener como referencia o especie de modelo una meta en común.

En fin, es lamentable como todo lo que ocurre en Venezuela llega a penetrar en lugares que antes solían estar en paz.

suelo hacer yoga donde sea jaja