Me acostumbré a la vida del llano desde niño y por supuesto conocí sus ríos y su fauna, pasaba con mi tío y primos hasta 15 días ranchado en los pesqueros en el río La Portuguesa. Mi tío en la década del 40 del pasado siglo no conocía el miedo, fue cazador de caimanes para comerciar su piel, los enlazaba y enganchaba los grandes y los sacaba cuerpo a cuerpo. Gracias por compartir amigo @josemalavem
Gracias a @celigamazine por su apoyo agradecido.