Fast post: Lo bello de ir a visitar a mi madre.
Desde los 18 años vivo sola (tengo 21 ahora), me mudé a otra ciudad, sin familia y completamente sola por motivos de estudios, ya que mi universidad está ubicada en esta ciudad. Cuando comencé a trabajar viajaba muy poco para visitar a mi madre por falta de tiempo; a partir de estos escasos encuentro con mi madre y mis familiares, valoré muchísimo más cada reunión con ellos, y fue inevitable haber generado un gusto adictivo de la comodidad que representaba estar en aquellos lejanos lugares, con la gran carga sentimental de los recuerdos de niñez que se apoderan de mi siempre que visito el lugar donde crecí. Cada elemento que se hacía característico de ese lugar tomó un gran valor en mi vida, entre ellas, las flores del jardín de mi madre, las hermosas flores, de todos colores y olores. Me hacen sentir acogida por la más hermosa y cálida maternidad.
No creo poder encontrar otro jardín similar, porque son más que plantas, es el amor y dedicación de mi madre en cada centímetro de tierra, es el olor a tierra mojada de cuando me sentaba a verla regar sus plantas, y el frío de mis pies al estar descalza en aquella grama verde y mojada, son miles de recuerdos y sensaciones que no serán reemplazadas; sin embargo, me alegra saber que cuando no estoy con ella o en su jardín, ya sea por la distancia o cuando no la tenga en este plano por el inevitable murmuro de la muerte, esa ausencia frívola, pueden traerme el fresco y vivo recuerdo de esos momentos unas bellas flores que pueda conseguir, con suerte, en algún lugar.
PD: Actualmente en mi país (Venezuela) está ocurriendo un fenómeno social bastante notable, y es la gran cantidad de personas que están emigrando por la asfixiante crisis que se vive. Muchos tal vez se sientan identificados con este post, ya sea porque seas un venezolano en el exterior, o porque simplemente sufres la ausencia de una persona importante. Los recuerdos invaden y te llevan al lugar y momento de cuando fueron vividos, por simples (pero importantes) elementos cotidianos.
Sea cual sea tu caso, desconocido lector, siéntete afortunado dentro de toda la nostalgia de poder recordar y sentir. Eso nada ni nadie te lo podrá arrebatar, por mucha distancia que haya, ya sea física o espiritual.
Gracias por leer.