El mantenerse tranquilo ante lo externo no es tarea fácil, pero si sencilla, es centrar nuestra atención en nuestra respiración, en nuestros pensamientos, en nuestras acciones, ojo, en algún momento esa atención puede desviarse, pero ya es cuestión de convertirlo en un hábito, mientras más se realice, más se fortalecerá...

En mi caso, suelo tomar 3 respiraciones profundas y entonces darle más atención a mis pensamientos de tranquilidad, en lugar de las voces o influencias externas, ya que solo me "afecta" aquello que se lo permito, si no es mío, ni productivo, pues que permanezca de donde vino...

Gracias por dejar huella querida Carolina, es un placer leerte y converger entre vivencias.