Hemos visto en las publicaciones anteriores que el fundamento fuerte sobre el cual se funda el evangelio de Pablo, es que Jesucristo es el Hijo de Dios, porque nadie puede poner otro fundamento que el que está establecido, que es Jesucristo, 1 CORINTIOS 3:11,

Pero...

¿Cómo fue que a este cristiano novato se le permitió predicar en las sinagogas?

Recordemos que Jesús mismo tuvo muchas confrontaciones con los fariseos. Una de estas veces fue en MATEO 23.

MATEO 23:7-8 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

Aquí encontramos que Jesús menciona a los fariseos cómo les gusta ser llamados, Rabino. Otro nombre para el rabino es maestro. En otras palabras, encontramos en la sociedad judía que los fariseos eran vistos como maestros.

En una sinagoga judía, los fariseos también eran maestros. Entonces entra Saulo de Tarso en una sinagoga en Damasco vestido con su ropa de fariseo, y naturalmente pronto le pedirían que hablara.

En lugar de enseñar a lo largo de las líneas tradicionales de enseñanza que le enseñaron como fariseo, Saulo de Tarso ahora enseñaría la verdad, poniendo primero el fundamento, que es Jesucristo es el Hijo de Dios. Así es como Saulo de Tarso comenzó a predicar en las sinagogas de Damasco, y su mensaje principal fue que Jesús es el Hijo de Dios. Esto se convirtió en el fundamento sobre el cual se predicó su evangelio.

Saulo de Tarso estaba avergonzado del evangelio de Cristo, sino que predicaba libremente el evangelio, sentando las bases sobre las cuales construir. Sin embargo, más allá de Damasco, solo se escuchó a Saulo de Tarso y su ministerio, porque aún no había comenzado sus viajes, ni se le había revelado completamente el evangelio de Cristo Jesús.

HECHOS 9:22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.

La palabra clave en este versículo es "confundía", lo que significa: desconcertar, agitar o perturbar la mente de alguien.

En Damasco, Saulo de Tarso tuvo sus primeros amigos cristianos, Ananías de Damasco fue uno de ellos. Lo escucharon predicar, y le enseñaron cosas acerca de Cristo que sabían.

Esta es parte de la razón por la cual Saulo aumentó más en fuerza, y otra parte de la razón por la que aumentó más en fuerza fue porque el Espíritu Santo le revelaba diariamente cosas acerca de Jesús.

Estos hechos recién aprendidos sobre Jesús fueron incorporados en su predicación continua y sus confrontaciones semanales con los judíos de estas diversas sinagogas. Los judíos no pudieron resistir la sabiduría del Espíritu Santo, por lo tanto, Saulo de Tarso confundió a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que Jesús es Cristo. Sin embargo, todavía había un evangelio que Saulo de Tarso debía predicar que solo Jesús podía revelarle.