Historias de No Love n°1
Esta recopilación de historias que daré a conocer están entre la verdad y la fantasía. Por lo que haré un recopilacion de mis experiencias añadiéndole un poco de picante con las experiencias que me cuentan mis amigos.
Para seguir con los relatos de los días del pasado, comenzare con mis tres primeros relatos que los estaré publicando de manera consecutiva hasta la ultima letra .
La chica que me dejo caer al mar
De las constantes e imprudentes búsquedas en internet. Una vez conociendo gente por ese medio me encontré con un usuario el cual tenía un nombre anárquico en un chat, nos contactamos y seguimos hablando ya en esa época solo existía el messenger así que por ahí fue.
Durante las mil y un conversaciones que tuvimos por alguna razón le comenté que si le gustaría ir algún día en un viaje por crucero conmigo, a lo que me dijo que le encantaría. Me dijo que podíamos hacer muchas cosas y empezó a desglosar las mil y un situaciones, yo por mi parte le comente que si por alguna razón yo caía al mar ella estaría dispuesta a salvarme, porque yo no sabía nadar a lo que ella dio un contundente si y desde ahí empezaron largas y constantes conversaciones.
Al final no sé cómo fue, pero quedamos en vernos en un lugar que yo sabía dónde quedaba, pero nunca había visitado.
Semanas después nos encontramos y al vernos ya había química. Empezó a correr en mi una sensación de tensión intensificada por el deseo de su cercanía. Empezamos a hablar y yo en ese entonces no era muy habladora ni tampoco sacaba muchos temas de conversación. Así que las conversaciones eran silencios largos con momentos de verborrea.
Cuando llegamos al lugar que se llama Jardín botánico me encanto, pues siempre he sido amante de la naturaleza. Ese día había llovido y había humedad por doquier, los caracoles formaban ríos en el camino mientras yo en vez de tener frió me estaba quemando por dentro.
A mitad del camino nos detuvimos por un momento me le quede viendo y ella con una sonrisa se me queda viendo y yo no podía aguantar mi cara de ponqué, porque sentía algo por ella que yo no había sentido antes y por sus ojos sabía que ella sentía lo mismo.
Nos besamos, y desde ahí yo ya sabia que todo estaba jodido. Se acabó el paseo. Cada quien a su casa.
Seguimos hablando por teléfono. Y ella me contaba de su vida. En una de esas conversaciones ella me empezó a decir sobre cosas más profundas que le pasaban, me dijo que si alguna vez había escuchado hablar sobre el opio a lo que prosiguió y me dijo que en su pasado había tenido adicción a drogas.
Yo por mi parte le dije que eso no era importante que lo importante es que ella estaba bien, nunca le dije que por ese entonces qué yo también me hacía mis cachitos y me los fumaba.
La acompañe algunas veces a presentarse a su rehabilitación. Algunas veces yo iba alentada más de lo frecuente por mis cachitos solía tener conversaciones con las personas que estaban ahí. Miles de posters al rededor acerca de los daños de las drogas, madres llorando y mucha gente buena tratando de resolver su problema en ese lugar.
Muchas veces uno mismo es el problema, no poder controlarse crea la adicción.
A las semanas me dijo que la acompañara a su antigua casa que no quería ir sola, que allá era el punto eje de sus problemas.
Fue un largo camino. Un metro, un bus y un todo terreno para poder llegar a su casa. Su hogar se localizaba en la punta de un cerro que yo jamás había escuchado hablar, pero por lo que ella me decía no era el lugar más seguro del mundo. Para mi parecer, como casi todos los lugares de mi país, su casa se localizaba en un barrio que se llamaba Oropeza en Venezuela.
Allí conocí a su hermano, un adolescente que loqueaba por ahí. Conocí a sus amigos quienes eran una pareja que tenía dos niños, su amiga no a gusto con mi presencia me saluda a regañadientes y su novio indiferente, eran una familia humilde de camas en el suelo que pasaban necesidades. Mi primera impresión fue que habia llegado al lugar equivocado, dado que a sus amigos me saludaron con desconfianza y no les caí bien de buenas a primeras, por lo que tampoco tome mucha confianza como para hablar a lo tendido, luego del saludo empezaron los susurros.
El aire era pesado y yo ya no quería pasar ni un minuto más allí, más cuando sabes que alguien puede volver tu relación en tu contra. Tomando bocanadas de aire mientras ella habla con su amiga de tantas cosas ya que llevaban tiempo sin verse. Ella viene a mí con una guitarra y me muestra sus poemas y los dibujos que había hecho, ya que le gustaba escribir poesía y canciones lo cual le hacía feliz.
Después de ver y terminar la visita salimos de ahí y pasamos a visitar otras casas hasta ahí ya yo estaba agobiada de tanta visita y no poder tener un nicho de privacidad y tener que aguantarme la habladuría de los demás.
Ese día el atardecer llego y con él nos fuimos. Al llegar a casa esa noche me había quedado con un montón de dudas y mi mente me estaba arruinando. ¿Qué habían hablado? ¿Debí ser más amigable? ¿La habré cagado con algo? Pero si ni hable ese día, las dudas.
Ya llegada la noche como era habitual recibí una llamada de ella. Recibir esa llamada fue una tortura. Cuando escuche su voz internamente yo sabía que ya todo estaba jodido.
Entre sonidos sollozos, yo tratando de no caer en lo mismo le dije qué que le pasaba. Con esa llamada era la última vez que sabría de ella.
Ella me dijo que en ese viaje hacia su casa ella había tenido la oportunidad de hacerse con algo de droga y que había recaído, también me dijo que tenía una novia y que lo que sentía conmigo no lo sentía con ella pero no podía dejarlo por algo que podría ser pasajero.
Ya en ese momento ya quería pegarme un tiro para acabar la puta película y no dejar mis sentimientos vulnerados. Yo no tenía muchas palabras que decir además estaba cayendo en un colapso emocional.
Primero: porque sabía que ella había recaído y se había cagado la vida otra vez; Segundo: yo siendo bien pendeja de no darme cuenta que tenía otra, Tercero: mi indecisión de saber qué hacer con tantos golpes bajos y si seguir con lo sentía u olvidar lo que habia pasado.
Al final se cortó la llamada. Y yo por ese entonces trate de curar mi pena en el silencio, esquivando en mi cabeza las preguntas que me hacía de ella ¿Cómo está? ¿será feliz? ¿estará bien? ¿debo buscarla? decidí borrar su teléfono y todo lo que me recordara de ella.
Lo ultimo que supe fue que se encontraba fuera del país, habia terminado con su novia y se encontraba cantando y haciendo canciones, lo que a ella le gustaba.
He aquí una canción para terminar esta historia
Y así termina esta historia espero te guste y me cuentes si te ha pasado algo así o que tal te ha parecido esta historia, saludos!.
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