Escritos al aire

Todo es una mierda. Después de vivir tanto tiempo en un país quebrado, enfermo y deprimido te empiezas a creer el cuento que pregonan los entusiastas y los optimistas; vivir cada día como si fuera el último. Lo que nunca te dicen los coaching de la felicidad y la auto superación es que no todo es tan alegre cuando tienes que sobrevivir en una ciudad que se ha reducido a la mitad;la mitad del sueldo, la mitad de amigos que se fueron, la mitad de vida. Donde puedes morir en cada semáforo, en cada esquina, en cada balcón. Entonces el simple juego de la abstracción se convierte en un amenaza. Una promesa segura. Donde ves personas pudrirse en los hospitales. Si caminas de noche por esta ciudad del último minuto de tu vida, sentirás algo viscoso, caliente, pulsando a cada paso, en cada lugar oscuro, es tu corazón muchacho, es tu vida. Disfrútala. Saboréala. Que los lugares oscuros y llenos de sangre son lo único prospero aquí. Hoy fue otro día. El ultimo día de mi vida. Otra trasmisión desde el país de los monstruos y los desastres.