Procrastinación

¿Alguna vez has dicho: “lo hago mañana” o “mejor mas tarde”?, ¿Te has sentido poco productivo? o ¿cuándo vas a realizar una gran tarea divagas, te distraes y prefieres emplear tu tiempo en otras cosas, a hacer lo que realmente tienes que hacer?

Son preguntas un tanto incomodas, pero son situaciones por las que muchas, por no decir todas las personas, han pasado, y es que parece un mal común el hecho de procrastinar, o lo que es lo mismo, dejar para después o postergar algo. Es un fenómeno recurrente en las personas “dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”; sucede cuando en nuestra mente resulta mejor hacer una actividad más irrelevante o menos productiva pero más satisfactoria, que la que realmente tenemos que cumplir pero resulta demasiado complicada o incomoda.

La procrastinación es algo que hacemos desde… pues desde siempre, no es nada nuevo, ya desde la antigua Grecia se hablaba de la procrastinación, sin embargo, hoy en día se sabe que este comportamiento puede llegar a ser patológico, es decir, sufrir de procrastinación crónica; pero no todos padecemos de esta patología, algunos pueden llegar a ser profesionales del aplazamiento. Dejar que nuestro lado más impulsivo tome las riendas de nuestra ser racional, al pensar que dedicarnos a algo menos productivo nos va a ser más grato, y si lo es pero solo por un breve periodo de tiempo, ya que después encontramos el auto reproche y el estrés por no haber hecho lo que un principio se debió hacer.

El miedo al fracaso, de que nos rechacen, el tedio de realizar los deberes puede llevarnos a decir “mejor después”, y este “después” postergarse indefinidamente, haciendo más cortos los plazos, haciéndonos estresar, destruyendo poco a poco nuestra autoestima; y si bien es cierto logramos cumplir con nuestro deber, este puede llegar a estar muy por debajo de la calidad deseada, llevándonos a un tropiezo que vemos como un fracaso, un rechazo, lo que nos puede generar tedio a la hora de realizar una nueva tarea y a manera de condicionamiento operante, a través del fracaso repetitivo, pensamos que no podemos con estas actividades, que somos indisciplinados y que no podemos cambiar, cayendo así en un círculo vicioso.

Para combatir la procrastinación, es necesario entonces, “comerse el elefante por partes” empezar a realizar las actividades que nos incomodan poco a poco, permanecer en un constante avance, la lógica es que si empezamos a hacerlo pronto nos veremos ejecutándolo a cabalidad.

Entendiendo además que tenemos un mundo lleno de agentes que nos quitan atención y tiempo de las cosas que realmente debemos hacer, hay que evitar estos ladrones del tiempo que son, por ejemplo: las interrupciones, Improvisaciones, la televisión, los videojuegos, el internet con todos sus accesorios inútiles, las redes sociales que no nos aporten nada de valor, el teléfono; cosas que aunque entretenidas y gratificantes, muchas veces no nos ayudan o solo nos entorpecen en el logro de nuestros objetivos. Claro tampoco es privarse de todo, pero si hacer una “dieta” de estos placeres que nos distraen para volvernos más productivos y menos postergadores.

Todo está en organizarse (sin exagerar), y lanzarse a la aventura de realizar lo que nos hará felices a largo plazo.

¿Puedes imaginar lo que haría si pudiera hacer todo lo que puedo?
Sun Tzu

Referencias
http://dle.rae.es/?w=diccionario
https://hipertextual.com/2016/12/procrastinacion-posponer
https://hipertextual.com/2015/04/procrastinacion
https://www.bbc.com/mundo/noticias-38597625
https://www.psicoactiva.com/blog/la-procrastinacion/
Guía práctica especial de gestión personal 7 Ladrones del Tiempo y 7 Técnicas para Combatirlos – Alberto Pena