Una fractura no lo deja Volar– "El caso de Joseito"
Kikiriki esto va a comenzar...
-El caso que les voy a contar no tiene comparación, era una tarde donde el cielo estaba gris, yo había salido un momento del hospital a comprar algo de comida ya que estaba de guardia y tenía muchísima hambre, unos minutos después al regresar me llaman a mi teléfono celular, al atender me doy cuenta de que era mi compañero de guardia para avisarme que había llegado una emergencia.
-Al llegar a la emergencia, observo a un joven, el cual estaba vestido de “pollo”, así como lo leen ¡tenía un traje de pollo!, el traje era muy grande tenia las plumas color amarillo, y en la cabeza un gran pico donde se asomaban sus ojos, yo no podía creerlo mi paciente era un gran pollo, de tan solo recordarlo me da muchísima risa jajajaja.
-Al acércame para evaluarlo, el pollo perdón digo el joven tenía muchísimo dolor en una de sus alas perdón digo brazo jajaja. Por lo cual tuvimos entonces que ayudar a quitar ese gigantesco traje de pollo, sinceramente no sabíamos por dónde empezar ya que no encontrábamos ni siquiera el cierre principal, ya después de tanto trabajo paso casi una hora cuando logramos quitar por completo ese gigantesco traje de pollo solo le dejamos las patas colocadas lo cual lo hacía ver muy gracioso. Entonces pude observar que tenía una alteración en el brazo derecho, estaba muy aumentado de volumen con tan solo movilizarlo se notaba en su cara muchísimo dolor, y un pequeño chasquido se escuchó por lo cual tenía la certeza de que ese brazo estaba fracturado, entonces decidí llevarlo a la sala de Rayos X, imaginen a una persona sentada en una silla de ruedas con unas patas de pollo como zapatos atravesando todo hospital para llegar a radiología, las risas se escuchaban por todos lados, esto era un caso para contar.
-Ya al realizar el estudio de Rayos X, evidentemente pude notar una fractura en su brazo lesionado, la fractura era en el humero en su porción media con un trazo oblicuo, estas fracturas tienen cierta complicación ya que es muy frecuente que se pueda lesionar el nervio radial generando que el paciente no puede elevar la mano, entonces me pongo a hablar con el paciente, su nombre era José pero le decían Joselito tiene 24 años de edad, yo pensaba que esta lesión le había pasado trabajando pero no fue así, él es un muchacho de verdad muy especial, su lesión fue haciendo una buena labor en un colegio público de su localidad donde él es profesor y frecuentemente solía realizar todos los viernes un espectáculo llamado “El pollo sideral”, lamentablemente ese día no fue tan especial, quiso hacer su obra de una manera muy extraordinaria e intento simular que iba a volar y a una silla se subió, la cual debido al peso se rompió logrando caer de lado su brazo se golpeó con un pupitre atravesado, y esto fue lo que me logro contar.
-Yo, al ver que era una persona muy especial por la gran labor que realizaba, empecé a planificar la cirugía mientras se lo explicaba, pero no podía dejar de reírme cuando miraba hacia sus pies ya que observaba aun las patas de pollo que tenía puesta. Al día siguiente él fue llevado a quirófano, la cirugía sinceramente fue muy sencilla realizamos con mucho cuidado la reducción de la fractura y decidimos colocar una placa con tornillos para estabilizar, la cirugía fue un total y rotundo éxito eso si me pudo alegrar, pues yo era el cirujano y mejor no podía quedar jajaja (modestia aparte).
-En la noche fui a visitar a Joseito, el cual se encontraba muy feliz, ya que sus alumnos de la escuela lo habían ido a visitar temprano y le llevaron una bolsa de maíz jajajaja, recuerden que él era un pollo jajajaja, hable un rato con él y no me di cuenta que la esposa había agarrado la bolsa de maíz y había regresado con una bolsa de ricas cotufas para compartir, pues comí un rato y luego hice lo que debía hacer, destape la herida para hacer la cura, la cual se observaba muy bien, entonces le dije:
- Mi querido amigo Joseito ¡usted no puede volver a volar!
- Aún tiene el ala rota y hay que esperar que termine de sanar.
-El simplemente no paraba de reír, mencionándome que esos niños de la escuela eran todo para él, y si un brazo se tuvo que partir para poder observar la maravillosa risa que en sus caras se dibujaba, entonces seguro eso valió la pena, pero subirse a una silla no lo volverá a repetir.
“Historias como estas sencillamente te hacen el día, ojala y todos en el mundo tengamos el gran corazón que tiene Joseito, llenando de alegría y felicidad a todos los niños”
Simplemente excelente, quiero conocer mas doctores como tu, o a ti sencillamente y haré un clon en mi mente al menos con varios como tú que se chorreen por los hospitales de mi hermoso país. Te he escrito para hablar lo del meetup, sin éxito, pero mañana intento de nuevo y lo lograré