Las relaciones siempre comenzaran, en un trabajo en equipo, una complicidad indescriptible, que dejara que el baile fluya siguiendo la energía de la armonía, el primer roce de los cuerpo, será una sensación nueva y adictiva, que requerirá ser alimentada por ese deseo carnal insaciable, donde cada uno de nosotros se mueve como si fueran uno, disfrutando cada contacto entre sí, cada momento de lujuria, como si fuera una droga y no queremos entrar en rehabilitación. El taconeo de la danza sonara tan fuerte y al unísono, dejando en claro la complicidad que ata a uno del otro, esa conexión que se nota entre ambos, es necesario disfrutar este periodo de la vida, porque ninguno lo aguara, no tendrá la misma fuerza, inicia con tanta motivación, entusiasmo, ese encanto recién nacido que nos hace montarnos en la tarima y dar el nuestro mejor espectáculo. Al pasar del tiempo, están situados, a que este baile saldrá al pie de la letra, sin equivocación, por el simple hecho de que ha sido ensayado tanto, que sería imposible para la vista, que esto sucediera, es realizado sin sentir la música, en vez de esforzarse por una nueva coreografía en conjunto con su pareja. Ahora todo ha cambiado, ha llegado la etapa del egocentrismo, pensar en llamar la atención y se ha decido, bailar solo para impresionar, dejando a un lado lo que nos llevó a ese lugar, ese sentimiento indescriptible que los unía, como si fueran los polos opuestos de dos imanes. Viendo solo una cara de la moneda, la ira invade el cuerpo, por el simple hecho de que se ha perdido todas las reacciones que enamoraban de la otra persona, sin pensar en el hecho de que toda reacción tiene una causa, y es el mismo comportamiento, serán dos caras, pero es la misma moneda. Podrán existir reconciliaciones, pero, ya esto es como el encanto de la cenicienta, a las doce, todo vuelve a la normalidad, la calabaza deja de ser carroza, la cenicienta vuelve a sus trapo, lo ratones dejan de ser corceles y el egocentrismo seguirá gobernando, se debe tomar una decisión de cuál es el camino que se debe tomar para la situación, si seguir adelante o recordar y revivir ese fuego que los unió.