La Oscura Diosa. Version Full.
Saludos amigos de Steemit. Esta es la versión completa del Capitulo 0 de La Oscura Diosa. Como comente anteriormente, este relato funciona como una introduccion a otra historia mas extensa. Espero sea de su agrado.
La razón tras un amor retorcido.
El ser humano siempre ha sentido la urgencia de conocer el motivo para existir de cada elemento de su entorno, una búsqueda constante e impetuosa de ese conocimiento. Uno de ellos es sobre el instante del origen de su propia existencia.
Existen dos concepciones acerca de nuestro origen. Una basada en la premisa que somos el resultado de un largo y complejo proceso evolutivo. Y en una corriente diferente, la teoría de que provenimos de un sublime deseo e inspiración de un ente cuya influencia abarca más allá de nuestro entendimiento y compresión.
Expuesto de manera simple: una percepción científica y una concepción religiosa. Ambas tienen seguidores y defensores acérrimos. Dentro de la segunda, se dice que existió una criatura de donde provinieron los seres humanos, hecho a semejanza de un creador único y omnipotente. Este primer ser humano, vivió en un utópico e impecable hábitat donde no sufría enfermedades o necesidad que habría de entorpecer su existencia. Una vida pacífica y armoniosa que se extenderá a través de la eternidad. Aquel ser llevó por nombre Adán.
Cierto día, durante el hito de la creación, le fue dedicada la tarea de otorgarle un nombre a cada especie que habitaba junto a él. A cada mamífero, ave, insecto e invertebrado que desfiló frente a él, se le fue impuesto una palabra que los designara. Todos ellos en pareja, uno tras otro. Esto produjo que en Adán despertasen celos por ser el único quien no disfrutara de una compañera con quien compartir, ni mucho menos procrear. Esto hizo que estuviera inconforme y exigió que existiese un ser semejante a él. Una pareja. Fue así como su creador formó a partir de una costilla de ese hombre, una figura femenina para que se convirtiera en su compañía por la eternidad. Esa mujer llevo por nombre Eva.
Esa es la premisa básica del génesis de la raza humana.
Sin embargo, existe un mito.
Una leyenda.
Este es un mito que se cierne sobre esta visión acerca inicio del mundo. Uno que muestra un punto de inicio diferente.
Se dice que esta primera mujer, aquella que fue creada desde un extracto de otro cuerpo, no fue la primera mujer que se caminó al lado de Adán en ese idílico lugar. Ella representa un ‘segundo intento’. Si. Existió una predecesora de Eva. Esta ‘mujer origen’ fue hecha de la misma forma que Adán, a semejanza de su creador, este hecho relega a Eva como la primera mujer. Es ella quien ostenta el título de Primera Mujer. Según ese mito, el nombre de esta mujer fue Lilit. Se dice que esta mujer era de carácter rebelde y libre, aspecto que representó una afrenta para Adán. Ya que desde el comienzo Lilit tenía como misión ser solo la acompañante del Primer Hombre, y no una figura desafiante por lo que debía someterse a él.
En cierta ocasión, Adán quiso tener relaciones sexuales con Lilit y la domino con esa intención. Para él, Lilit ha sido creada para convivir con él, compartir experiencias y para servirle. Sin excepción.
Podría interpretarse como la primera expresión de machismo que se hizo en la historia.
Ante ese deseo, Lilit se negó a tomar la conducta sumisa que él exigía. Al querer alejarse de la opresión, abandono aquel paraíso colmado de bendiciones eternas y perpetuas. Lilit se marchó hasta las costas del Mar Rojo, hogar de cientos de demonios y allí decidió entregarse a la lujuria y placer. Tomando a todos los seres oscuros que residían como amantes. Uno tras otro, demonio tras de demonio, innumerables veces según fue su voluntad. Al poco tiempo dio a luz a cientos de hijos, demonios que serían conocidos que poblarían y llenarían de terror al mundo recién creado.
Transcurrido el tiempo aquella mujer se adueñó del vasto territorio que una vez fue dominado de forma homogénea por demonios.
Mientras, en el paraíso, Creador estaba decepcionado por la decisión de Lilit y de como ella había corrompido su cuerpo al unirse con aquellos que moraban en la oscuridad. Adán le increpo de cuál sería el destino de aquella su antigua pareja. No hubo respuesta de su parte. En su lugar, en el cielo se trazó un arco luminoso que descendía hacia la morada de Lilit. En el interior de la columna de luz, dos figuras apenas distinguibles se dirigían hacia algún lejano lugar más allá del paraíso.
– ¿Qué harás, mi creador con semejante resplandor?
Pregunto Adán desde los verdes suelos del paraíso. Desde lo más alto resonó una respuesta que se escuchó por todo el lugar con fuerza:
– Hacer del mundo recién creado libre de la maldad desatada.
La sentencia definitiva estremeció a Adán mientras la larga columna resplandeciente cruzaba el horizonte. Fue entonces cuando una sensación extraña le aprisiono el corazón. Un instante después alzo la mirada al cielo y con una expresión inquieta en su rostro dice el hombre:
– ¡Cuanta es mi tristeza, pues soy el único habitante de este mundo sin una compañera!
Del otro lado de aquel paraíso, en la orilla del sinuoso mar, Lilit observaba el cielo tornarse naranja a causa del imponente ocaso. La fría brisa nocturna acaricia su largo y negro cabello. En sus ojos se palpa una satisfacción, como si hubiese cruzado una línea que pensó nunca alcanzar y que le proporciona una inesperada felicidad. De pronto, detrás de ella se formó un haz de luz y del mismo, dos formas brillantes tomaron forma humana semajante a , vistiendo togas doradas que cubrían sus cuerpos. Esbozos de luz semejantes a alas nacen de sus espaldas. Estas criaturas increíbles se acercaron levitando y le dijeron a Lilit:
– Tu, criatura insensata. Has osado darle la espalda a Creador y para mayor ofensa, copulaste con todos estos seres demoníacos. Todo por calmar tus deseos egoístas e impuros. ¿Tienes algo que decir antes de que conocer tu castigo?
– ¿Egoísmo? ¿Acaso está condenado por sus leyes encontrar mi propia identidad? Ustedes que le sirven a Creador, déjenme preguntarles ¿Creen que la libertad se encuentra en ese lugar? – Dijo Lilit mientras les miraba– Yo si lo creo. En aquel lugar donde viviríamos por la eternidad. Es tan perfecto que agradezco a Creador por tan magnifico aposento que me fue brindado. Sin embargo, no hay motivo tan poderoso que me lleve a soportar semejante convivencia solo por disfrutar el derecho de permanecer allí. Aun si mi creador hubiese decidido castigarme por buscar la felicidad, puedo aceptarlo, ya que es su designio. Pero vivir junto a Adán quien no hace más proclamar su propio placer siempre bajo la protección y aprobación de Él. Es Adán quien me trata como un simple desahogo para su libido y placer, quien no me considera como su igual. Ya siendo creados de forma semejante. No lo soportare. Es Adán quien debería ser juzgado, como aquel que se deja consumir por sus deseos, en lugar de a mí.
– ¿Son esas palabras, las últimas?
– Pueden hacer lo que quieran. Si es un designio de Creador, no puedo ignorarlo. Sé que vienen en busca de mí, que solo cumplen Su voluntad, pero les aseguro que he alcanzado un grado de libertad imposible de describir. Es mas que copulación y satisfacción. Se trata de libertad. Soy un ser libre y acepto todo lo que trae consigo. Y si mi existencia será tan longeva como él lo decida, entonces que así sea.
Las brillantes figuras aladas se acercaron hasta Lilit. Sus rostros andrógenos no demostraban ninguna emoción, en su lugar solo hay una mirada carente de emoción, después de todo, son entes imposibles. Son enviados de Creador, quien hizo a Adán y Lilit desde el polvo, al paraíso en un instante, al mundo en varios días y el vasto universo; solo han tomado esta forma para relacionarse con ella, no necesitan sentimientos o empatía. Solo tienen un objetivo. Entregar un mensaje.
– Tu, que has quebrantado las leyes de nuestro paraíso, manchado el precioso resultado de la infinita sabiduría de Creador, copulando con todos estos demonios dando nacimiento a miles de ellos. Estos atormentaran a los habitantes de este mundo naciente, y es algo que no podemos tolerar. ¡Oh! Pero la bondad de Creador es tan infinita que no hará de ti un cumulo de polvo de nuevo. El Creador es justo y hará que vivas, en tu propia piel, el dolor que él sintió al ver como aquellos que han sido sus hijos, se alejan y le abandonan.
La expresión de Lilit cambio de inmediato. Había algo en las palabras del mensajero que le inquietaba con fuerza. Como si pudiera percibir su creciente angustia, el mensajero de Creador anuncia con voz plana:
– Tu castigo: Serás testigo de la muerte de cien de tus hijos al caer el sol. Cien de tus oscuros vástagos que comparten sangre y carne manchada de pecado, agonizaran frente a ti sin que puedas hacer nada, solo alcanzaras a llorar por ellos, así como Creador sufrió al verte en manos de los seres oscuros.
Las palabras que salieron de las monótonas voces de los mensajeros fueron la causaron que la calma abandonara a Lilit, quien se lanza hacia ambos seres brillantes con desespero. Sin embargo, fue incapaz de tocar siquiera una hebra de las túnicas bañadas en luz dorada. Ambas figuras se alejaron hacia atrás y se distorsionaron hasta unirse y formar un pilar de luz cuyo extremo superior, se extendía decenas de metros hacia arriba, tornándose más brillante a cada segundo. La mujer paralizada, observa justo como en lo más alto de ese pilar se abre, como los pétalos de una flor. Una resplandeciente flor que brota poderosa en el cielo. Desde los brillantes pistilos, son expulsadas esferas igual de resplandecientes, levitan alrededor de ellos. Uno tras otro, estos orbes luminosos se aglomeran hasta rodear por completo el pilar.
Para ella, este fenómeno no es algo que escape de su imaginación. Esa columna está formada por los mensajeros enviados por Creador. Ellos tienen el poder de realizar este tipo de hazañas. Incluso Lilit conoce este hecho. Sin embargo, no es esa la razón por la que sus ojos están desorbitados y su respiración acelerada.
El motivo de su creciente angustia es el numero de orbes que se crearon.
Una cantidad específica.
Lilit se percata que han aparecido un centenar de luces .
– Cien...
Ella alcanza a notar como la intensidad con que brillan el pilar y los orbes aumentan. Es así como los ojos de Lilit lo percibe. Sin embargo, no es que se estuviesen volviendo más brillantes, esa ilusión es el resultado del contraste que se crea con el cielo oscurecido.
Lilit entiende lo que significa.
Está anocheciendo.
“Serás testigo de la muerte de cien de tus hijos al caer el sol…”
El canto al castigo impuesto.
La sentencia de Creador.
Esas fueron las palabras de los mensajeros y son las mismas que ahora resuenan en su mente y se convierten en el réquiem de los seres concebidos en la oscuridad.
– ¡Deténganse! ¡No maten a mis hijos!
El grito estuvo cerca de desgarrar la garganta de Lilit.
Sin que pudiera detenerlos, los veloces orbes comenzaron a esparcirse en todas direcciones en rutas elípticas a gran velocidad dejando una estala de luz apenas perceptible a los ojos de Lilit. Las esferas surcaban el cielo que recién acogía al ocaso y se dirigian justo donde los hijos de Lilit descansaban, tomándolos por sorpresa.
No había escapatoria para ellos. En instantes los demonios hijos de Lilit eran impactados por las fogosa luces de las centelleantes esferas. Con solo un ligero contacto, los cuerpos corruptos ardían en una llama roja y negruzca para luego ser consumidos por esas mismas flamas.
La carne de los desgraciados no se quemaba, en su lugar, solo se expandia y explotaba como una delicada burbuja en medio del aire, dejando el vacío donde una vez hubo un hijo de Lilit. En el suelo chamuscado, solo quedaba el rastro débil del polvo enrojecido.
Cada uno de los hijos de Lilit, estaban a merced de los orbes que en segundos desaparecían para ir tras de ellos. Todo ocurre de forma fulminante y precisa que, al momento de su muerte, no podía escucharse el más mínimo sonido de agonía o sufrimiento ni mucho menos el lamento de dolor de las víctimas.
Algunos intentaron escapar, pero fueron esfuerzos fútiles, solo consiguieron ser perseguidos hasta el final.
Desde el principio no existía salvación para ellos.
Era un designio de Creador. Cien de los hijos de Lilit morirán al anochecer.
Y así como se pronunció, fue cumplido.
Bastaron escasos treinta segundos para que los cien orbes flotantes que rodeaban al pilar de luz acabaran por eliminar a sus objetivos. El pilar comenzó a reducirse hasta tomar una vez más la forma de los mensajeros de Creador. Esta vez se detuvieron al lado de Lilit.
Lilit está ahora de pie frente a las orillas del Mar Rojo. Observa incrédula, con ojos anegados en lágrimas, como aquellos diminutos particulas de polvo, esos que solían ser sus hijos, revolotean en el viento del anochecer.
Inmóvil y sin fuerzas en sus piernas, cae sobre sus rodillas. El sonido de los sollozos de Lilit se confunden con el crepitar de las olas que rompen frente ella.
– A partir de ahora, y hasta que hayan sido eliminados cada uno, tus engendros serán despojados de su vida. Si intentas procrear más hijos, solo aumentaras tu dolor. El resultado será el mismo. Una noche, cien hijos. Ese es el castigo que recibirás.
Después de esa sentencia, los seres brillantes desaparecieron al instante, dejando sola a Lilit. La mujer, cuya embriaguez de libertad la condujo a tomar decisiones descontroladas, ha terminado por crear un círculo interminable de aberraciones y muerte.
Aun con otros cientos de sus hijos alrededor de la tierra recién creada, sus sentencias de muerte ya habían sido dictadas esa noche, aunque haya sido Creador quien levanto la espada, fue Lilit quien había encendido la furia del él.
Ella comienza a llorar, sin consuelo. Aprieta sus puños con tal fuerza que las uñas terminan por clavarse en su piel haciendo que la sangre corra entre sus dedos. Con la mirada cubierta por su cabello, Lilit se levanta y sin apartar la mirada del horizonte declaraba con voz sumida en dolor:
"Creador, has tomado la vida mis hijos en lugar de la mía. Soy yo quien debería morir, desaparecer en la nada y ser abandonada en el olvido – deambuló por escasos metros y continúo–. Son fruto de mi libertad, de lo que es correcto para mí. Son hijos del mal, lo sé, pero no debieron ser apartados de mí. No tienes piedad, tu infinita bondad ahora es opacada por un implacable castigo. Tienes una espada desalmada mi Creador."
Lilit entró en a las aguas del mar rojo hasta que sus rodillas fueron cubiertas por el oscurecido líquido. Continuo despues de un corto silencio continuo, esta vez con un indescriptible dolor y odio en su voz.
"Entonces, seré tan despiadada con tus hijos como lo has sido con los míos. Has dado solo hasta el anochecer a mis hijos para luego morir a manos de tus mensajeros. Pero yo seré benevolente, les daré más tiempo para vivir. Después de eso, los matare. Los destripare, romperé y partiré; es mejor que tomes esto como mi juramento, Creador."
Una risa vacía era lo único que se podía escuchar. Lilit, tomó la resolución de tomar la vida de otros seres vivos para compensar la partida de sus primogénitos, esos que fueron y serán alejados de ella.
Luego de la expulsión de Adán y Eva de los dominios de Creador, ellos procrearon y poblaron aquella esa tierra, y entre los descendientes de esa prole, se contaba la leyenda de una entidad que tomaba raptados, y los mataba. La venganza de Lilit la llevo a cometer cantidades de masacres en nombre de sus hijos caídos. En ocasiones, se encontraban los cuerpos de los infantes descompuestos y descuartizados en parajes.
Creador no podía permitir que esto continuara. Por lo que envió a uno de sus mensajeros entre los hijos de Adán y Eva, y le guio a tomar practicas a aquellos varones que nacieran en su linaje. Con esto, formarían un poderoso vínculo de protección tan poderoso con Creador, que Lilit no sería capaz de poner sobre ellos ni el más delgado de sus dedos.
La acción protegió a los descendientes y esto termino por acortar las opciones para ella.
Los demonios con que había tenido relaciones, ahora se alejaban de ella por miedo a ser víctimas del mismo destino que sus hijos.
Ya no podría completar su venganza, tampoco llenar el vacío que había dejado en su corazón la ausencia de los hijos desterrados y convertidos en polvo por aquel quien le habría brindado a ella la vida.
Estaba siendo dejada atrás.
Esto hizo que la sensación de soledad aumentara sin control.
Su alma y corazón estaba siendo viciado por el odio y la venganza. Todo esto luego de haber perdido su sentido como madre, y que además sentía su valor como mujer era también restado. Mientras más pasaba el tiempo, sus razones para vivir en esa tierra se reducían.
Esto le atemorizo. No tenía a sus hijos junto a ella, ni amantes.
Estaba sola.
Entonces decidió buscar en los hijos de Adán aquello que perdió.
No importaba el método, solo quería recuperar lo perdido, incluso si debía recurrir a la prole del hombre que tanto odia. Decidida a embarazarse de nuevo, intento seducir a los hijos de Adán, pero debido al prolongado intercambio que tuvo con los demonios, emanaba un aura oscura que producía repulsión en sus posibles amantes. Se transformo en un ente insoportable para humanos.
En medio adversa situación, decide tomar el semen de los hombres a la fuerza. Así, aunque no tuvieran intenciones de engendrar un hijo con ella, podría conseguirlo de cualquier forma.
Y lo logró.
Explotando las inseguridades de los habitantes del mundo recién creado, alcanzo a través de recompensas que lo hombres ofrecieran de forma voluntaria su semilla.
Para ello, Lilit escogió un joven solitario y le propuso un trato.
Un intercambio.
“Hombre, ofrece tu virilidad con actos de amor hacia una única mujer, y además ofrece tu semilla a mí y tus esfuerzos para ella; que yo la tomare y te recompensare con el talento que más anheles. Pero si faltas a tu ofrenda traicionando nuestro mutuo juramento, entonces serás despojado de mi favor y donde he postrado mis labios, esa carne morirá y tu vida se extinguirá”.
Aquel hombre trastornado por la soledad, accedió a los términos del trato y juro en su nombre pidiendo ser el más atractivo para cualquier mujer, en cambio el ofrecería su semilla a ella y juro ser fiel a la primera de la que se enamorara. Lilit, a través de la influencia adquirida por el contacto constante con demonios, cernió sobre él encanto necesario para seducir a cualquier mujer. Pero debido a la ambigüedad de las condiciones, terminó por ser infiel, por lo que Lilit tomó el cuerpo del joven y drenó todos sus fluidos, en especial su semen.
Antes de faltar a su palabra, el joven esparció a través de varios pueblos el mito sobre la Diosa Lilit, que al concederle su cuerpo le otorga el talento que desearan. Con esto su poder comenzó a conocerse a través de la tierra de Creador. Unos la llamaron demonio, otra criatura de la noche impura. Sin embargo, hombres de todas las edades tributaron su cuerpo a cambio de increíbles favores.
Debido a la calidad de los fluidos ofrecidos por los hombres, tomaba más tiempo para ella embarazarse. Los hijos de Adán eran, por mucho, más débiles que los demonios que habitaban el Mar Muerto. Sin embargo, esto no impidió que Lilit consumara su venganza.
Y así, encontró un nuevo propósito para su existencia: desgraciar la vida de los hombres en la tierra de Creador.
El placer de ver en decadencia a los hijos de Adán y el provecho que obtiene con el trato, hizo que creciera su ego. Entonces, ella adopto entonces el nombre de Lilith, la Oscura Diosa.
Cientos de años habían transcurrido desde que Creador intervino para detener la acción Lilit. La protección que había brindado a los hijos desterrados del paraíso de Adán y Eva sobre la tierra recién creada, carecía del alcance suficiente para proteger a los hombres que, ejerciendo su libre albedrío decidían sucumbir ante la idolatría a Lilit y la tentación que ejercía sobre ellos.
Mientras que el tiempo avanzaba, y la interacción de los seres humanos crecía exponencialmente, aparecían adeptos que predicaban, adoraban y veneraban la imagen de una mujer enigmática y pagana que ofrecía alivio y placeres sin ningún costo alrededor del mundo.
Ella ofrece y toma lo que desea.
Desde entonces alrededor del mundo el nombre de Lilith es un secreto a voces.
Un nombre que se asocia a obtener lo imposible. La distancia que había entre alcanzar aquel deseo más profundo, puro, oscuro, corrupto, altruista que anhele una persona estaba a solo una ofrenda definitiva.
Y con eso, nació una secta. Una donde hombres de todo el mundo, sin distinción de credo, edad o estatus social, se arrodillan ante ella.
Uno de ellos, un amante y divulgador de la obra de la Oscura Diosa en el mundo, vive ahora en cierta península. Donde pronto su sola presencia será suficiente para complacer a Lilith, ya que será testigo de cómo los hijos de Adán sufren en su nombre.
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