Por allá a los lejos se escuchaban los gritos de mi abuela Alcira que me andaba buscando con su forma tan peculiar de ponerse en contacto con sus nietos.

Cada vez su peculiar grito se escuchaba más cerca, yo estaba en medio de una algarabía y del calor de un apasionante juego de pelotica de goma, jugando una caimanera entre muchachos de la cuadra que nos hacíamos dueños de un terreno ideal para jugar el beisbol, juego que a las señoras vecinas no le hacía mucha gracia, porque les dañábamos sus matas y se levantaba mucho polvo que se metía en las casas. Por nuestra bulla los perros se volvían como locos que atormentaban a sus dueños con sus ladridos, recuerdo muy bien a la perra brava que llamaban “Turca”, era muy brava, de la casa del negro Memin, de los Figuera. Cuando la perra se escapaba seguramente alguno de nosotros era mordido, a mí me tocó una vez que no me dio tiempo de encaramarme en un árbol y la perra me agarró por el tobillo izquierdo, todavía tengo las marcas, me pusieron antitetánica y una ronda de siete inyecciones contra el mal de rabia, la verdad que la “Turca” mordía muy duro, no soltaba su presa, sino que más bien sacudía con fuerza su cabeza intentando hacer más daño.

Ahora que lo estoy pensando, ¿sería que la perra se escapaba o la soltaban para espantarnos?

Yo sabía que la abuela estaba más cerca del terreno, pero quería seguir jugando – estaba en un dilema - además luego venia el chalequeo de mis amigos que se iniciaría cuando ella se retirara de allí, lo que antes se conocía como chalequeo ahora lo llaman bulling, es como más fino, más a la moda. Apenas la abuela me veía lo primero que decía era:

Yo me aseguraba de prestarle mucha atención a su mandao porque no me daba papelito, con ella eso no funcionaba ya que no sabía leer, ni escribir, lo único que la vi escribir fue su nombre y apellido, Alcira Arismendi de Martínez, recuerdo con claridad esos trazos que hacía con mucho cuidado. Los números de sus cuentas del mandao los conocía muy bien, y también contaba con una excelente memoria, yo no me podía confundir con su pedido. Así que desde pequeño aprendí a sacar bien las cuentas y a memorizar bien cada uno de los mandaos, tan es así que hoy 50 años después los recuerdo con total claridad.

El lado bueno de esos mandaos, es que debido a la buena compra que le hacía al portugués o portu como cariñosamente le decíamos al Sr Antonio, era que me regalaba la ñapa, y si no me la daba yo me ocupaba de recordársela, generalmente eran algunos caramelos “vaquita”que me regalaba.

Esta historia que les relato es del año1969, finales de la década de los sesenta, en el año que el hombre piso la luna por primera vez , allí estaban mis superhéroes de ese entonces eran Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, quienes salieron el 16 de Julio desde Cabo Kennedy, en la Florida, EEUU y llegó a la Luna el 21 de Julio, ese evento tan importante a nivel mundial fue transmitido en Venezuela por la televisora Radio Caracas TV, todos viendo con los ojos desorbitados el pequeño televisor en blanco y negro que teníamos en casa .

Un mes después del viaje recordado Apolo 11 a la Luna, estaban reunidas una 500.000 personas, algunas viajando a la luna o a otros lugares del espacio sideral con motivo de un Festival de Rock del que aún se sigue hablando, eso fue del 15 al 18 de Agosto, el Festival de Woodstock, la policía esperaba que asistieran 6000 personas, quienes organizaron el evento estimaban 60.000 personas, y con medio millón de personas reunidos en una granja en Woodstock de 64 hectáreas
eso fue una locura. Una nueva generación estaba naciendo, la de los hippies cuyos ideales eran el pacifismo, el amor libre, la no violencia, el disfrute de la música, el ecologismo, y el consumo de LSD y marihuana que los llevaba mucho más lejos que la hazaña de mis superhéroes.

De nuevo aquí en la tierra, en Venezuela, teníamos un dólar a Bs 4,30 prácticamente sin Deuda Externa con una moneda muy fuerte, estaba entre las primeras monedas a nivel mundial, que la historia luego haya cambiado es otra cosa, de aquí nadie se iba, más bien llegaban, portugueses como Antonio el del abasto, italianos como Salvador el del supermercado o Gerardo el de los cortes de tela, libaneses como el zapatero que pasaba con su sinfónica anunciando su llegada

En ese entonces se contaba con 6 monedas :

La Puya, la Locha, el Medio, el Real, el Bolívar y el Fuerte

Con una puya cuyo valor era de 5 céntimos los muchachos podíamos comprar caramelos, con una locha cuyo valor era de 12 céntimos y medio alcanzaba para comprarse un helado de los morochos, un cortao o catalina también se podían comprar con esa moneda tan popular en la clase popular, con un medio que tenía un equivalente a 25 céntimos se compraba un refresco o una buena chicha con el Sr Pacheco del que había que cuidarse de no decirle “chichero”, sino Sr Pacheco, porque no te vendía su delicioso producto, con un real que era de 50 céntimos y podías hasta invitar a tus amigos a un banquete de un refresco de colita más dos tunjas para compartir al salir de la escuela, un Bolívar era un Bolívar, que no requería otro distintivo, no se le decía, ni fuerte, para eso estaba “el cachete”, ni soberano, valía por su propio peso, podías ir a un cine de los baratos de un real, comerte una barquilla al salir y pagar el pasaje de regreso a casa.

Había un tipo de lochas que cuando las llevábamos en las manos, estás quedaban impregnadas de un fuerte olor desagradable, también los bolsillo de los pantalones y camisas quedaban impregnados de ese olor tan peculiar que no salía ni con el azulillo, ni la panela de jabón azul, y mi madre me reclamaba que porque cargaba esa lochas amarillas que manchaban todo.

Lo que no sabía, ni mi madre, ni mi abuela que esas lochas amarillas, también con el tiempo tendrían más valor, porque estaban relacionadas con la segunda guerra mundial (1.939 – 1.945). Las lochas desde que se empezaron a acuñar se elaboraban con niquel al 100%, debido a la guerra se produjo escasez de niquel y se tuvieron que mandar hacer con una aleación de 70% de Cobre y 40% de Zinc, de allí su característico olor.

Recientemente el 1ro de Septiembre de este año entró en vigencia un Nuevo Cono Monetario con el que se sustituye el anterior , ahora con cinco ceros menos, este proceso de Reconversión Monetaria era necesario debido a la hiperinflación que se vive en Venezuela.

Al día siguiente de la reconversión monetaria, en los saldos de las cuentas bancarias, la coma se desplazó en cinco comas a la izquierda, lo que tiene un efecto psicológico importante, por otro lado en los supermercados y otros tipos de negocio los precios fueron ajustados, un gran número de personas no saben hacer los ajustes al verlos impresos en los productos, le preguntan al que está al lado,¿ cuánto es? que se lo digan en millones, se vive un momento de adaptación y confusión.

El día de ayer fui a llenar de combustible mi vehículo y pague con un billete de los nuevos de 2 Bs Soberanos el que despacha la gasolina me dijo su cuenta es de BsF 160 pero me cobraré BsF 1000 porque no hay monedas ni billetes para darle el vuelto de tal modo que me díó el vuelto con unos 30 o 40 billetes de los viejos con denominaciones de mil y veinte mil bolívares, era una paca de billetes prácticamente con muy poco valor, eso es hiperinflación en la práctica, es como la ñapa al revés.

Algunas personas se adaptan con mayor rapidez que otros por sus habilidades matemáticas, para otros es más lenta, hay otros que todavía no entienden nada de lo que está pasando.

Una cosa es hacer una operación electrónica a través de la banca o una pasarela de pagos, en los que los números cuadran a la perfección matemática y otra cosa es realizar una transacción de pagos y cobros con monedas y billetes en físico.

Aunque en los registros históricos del Banco Central de Venezuela se encuentran las fechas de la acuñación de nuevas monedas o la impresión de billetes, así mismo existen registros de las monedas que se usaban en la época de la colonia cuyo uso era exclusivo para algunas haciendas internamente. La razón por la cual se llegaron a usar las monedas que les indico se desconoce y sería un tema bien interesante de abordar por los investigadores y desarrolladores de tesis de grado, debido a la relevancia e importancia de un punto que llamó poderosamente mi atención.

El autor del primer link que utilicé como fuente ( lo encontrarán al final del post donde dice fuentes)para realizar este post hace un interesante análisis sobre las consecuencias que han tenido estás monedas en nuestra economía. El las llama la “Gran metida de pata”

Comienza su hipótesis definiendo lo que significa un centavo y lo que significa un céntimo de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española.

El autor invita a que se haga un ejercicio imaginario, si nuestra moneda de ese entonces el Bolívar tuviese el mismo valor que el de un Dólar, si algún producto sube de precio en Estados Unidos en un 1%, el comerciante venezolano estaría obligado a subir su precio en un 5% o a perder un 1% ya que era es la menor unidad de monetaria (La Puya) ya que físicamente es imposible dar el vuelto exacto.

Probablemente de allí es que se originaron la costumbre de dar la ñapa para poder cuadrar las cuentas que no cuadraban, así como no cuadran las cuentas en la actualidad.

Mientras un producto norteamericano subía en proporción 1 a 100, el producto venezolano subía en proporción 1 a 1000, deja entrever el autor que un buen fraccionamiento inicial de nuestra moneda en esa época que se autorizó la circulación de la puya, la locha, el mediecito, el real y el bolívar, nos hubiese evitado tantos males que se han generado en nuestra economía a lo largo del tiempo.