La gringa
Hace algún tiempo, pero no tan atrás, si no más reciente en esta década en una época lluviosa del año en San Tomé, Camponorte en la calle 12 era donde vivía Francisco Gómez quien ya tenía algún tiempo viviendo allí, podría decirse casi toda su vida, pues francisco ya a sus 26 años estaba recién graduado y ejercía como ingeniero en la empresa petrolera. Camponorte siempre fue un lugar cómodo y tranquilo para vivir, casas blancas con grandes jardines, las calles eran tranquilas, al caer la noche el clima se hacía un poco más frío y en ocasiones la neblina se hacía evidente en altas horas de la noche, en San tomé es común ver algunas casas abandonadas en mal estado, pero había un par de casa que ocultaban siempre alguna historia un tanto extraña o con un poco de terror. Francisco solía hacer algo de ejercicio físico, a veces solía ir a trotar al final de la tarde, incluso cuando ya oscurecía era que empezaba a trotar, haciendo un recorrido por gran parte de Camponorte quien siempre recordaba aquellas historias de algunos lugares. Una tarde al empezar la rutina de ejercicios Francisco empieza a tomar rumbo en su caminata de calentamiento ya con sus tenis ajustados, la música lista para sonar, al pasar por una conocida como "la casa de la colina" ya que está se encuentra sobre una colina, Francisco decide subir para echar un vistazo al recordar aquellas historias sobre ese lugar, historias donde se contaba que hacían rituales, jugaban la ouija, también había una historia de un grupo de trabajo que había allí viviendo donde todos fueron asesinados por alguien de allí mismo.
Al subir la colina, Francisco puede ver desde allí la carretera de las afueras y a la vista tiene un aeropuerto, una vista algo agradable. Decide entrar a la casa y observa qué hay algunos tableros en el suelo que parece que fueron ultilizados para jugar la ouija, además había una extraña sensación en ese lugar donde Francisco podía sentirse observado, decide salir de allí de ese lugar ha escuchado el cuchicheo de una mujer pero entendió nada, al salir puso caer en cuenta de que escuchó algo fuera de lo normal pero decide ignorarlo y seguir con sus ejercicios.
Había caído la noche por los que las calles se veían algo oscuras, pero la noche estaba más negra y sombría de lo normal, pero lo ignora y decide trotar, luego a los 30 minutos decide continuar caminando y apaga la música, al pasar por el parque de la calle 8 después del hospital podía escucharse el ruido de los columpios pero no había nadie en ellos, así que Francisco asumió que solo era el viento, las cosas se pusieron algo raro cuando Francisco escucho con cierta claridad que una mujer decía - ¡frank, Francisco! Pero no había nadie visible cerca, solo caminó y decidió entrar en su casa y tomar un baño, ignorando aquello concurrido, solo que la voz de aquella mujer se le hizo un tanto atractiva y para nada tenebrosa, asumió que quizá alguien estaba cerca o se referían a otra persona, lo extraño es que nadie le había escrito, no tenía un mensaje recibido ni una llamada perdida en su teléfono así que decide ignorarlo, después de tomar un baño decide ir a dormir. Francisco ha conocido a una mujer hermosa llamada Veronica quien le ha gustado de manera súbita, se sentía también agusto y tan cómodo con ella, tenían aquella misma sensación que no había tenido desde que era muy joven, cuando estaba en el colegio que tuvo aquella primera novia, al ver aquellos ojos pardos, piel blanca y ese cabello castaño, sentían esa clase de intensidad en sus sentimientos, en una cita posterior a tomarse un café juntos, deciden dar una caminata tomando de las manos y hablando de temas variados, solo la sensación de tocar aquellas manos suaves de Veronica hacia que Francisco se sintiera como un niño en una tienda de dulces y juguetes gratis, el mismo sentimiento que tiene aquella persona cuando encuentre a su persona ideal, aquella sensación de ir volando, está relación continuo así por un tiempo, una vez Francisco estando en el parque de San Tomé a cierta distancia mientras recogía un par de mangos ella le dice "¡Fran, ven un momento!" Y por alguna razón Francisco tuvo un flashback con el sonido de voz - ¿ella fue quien estaría llamándome aquella vez? Pero no es posible, no la conocía. - Francisco un poco sorprendido por el pensamiento llega a donde está y le comenta esto a Veronica, pero ella solo insistió que fue su imaginación. Veronica decide cambiar el tema y abraza a Francisco y se besan tan profundamente que Francisco empieza a despertar del sueño pero sigue sientiendo los besos de Veronica y abre los ojos para verla directamente a ella mientras está teniendo todos estos sentimientos encontrados hacia ella.
Desde entonces Francisco nunca más ha existido.
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