Oficina... caliente

in #spanish7 years ago

Ricardo, un joven recién graduado de lo que siempre le apasionó, la Comunicación Social, salía en esta oportunidad de su zona de confort, para estar lejos de su ciudad y emprender un nuevo reto a nivel profesional, para él era una aventura y en su haber existían muchas, ya que era eso una de las cosas que lo identificaba. La otra era que su carácter jovial y fresco no hacía que pasara desapercibido delante de las féminas que recién le conocían.
Llego a un periódico pequeño donde emprendería su carrera, lleno de ilusiones y con ganas de seguir adelante, de repente alguien llamó su atención, una chica rubia, de caderas tambaleantes de pequeña estatura, quien no le era indiferente, pero el mantenía una relación en otra ciudad con otra, y decía “seré fiel, no vengo a buscar aventuras, vengo a trabajar”.

Lucia era el nombre de esa reportera que hacía que su mirada se desviara hacia su trasero cada vez que pasaba y ella se meneaba mas cada vez que sentía sus ojos clavados en su andar.
Ella comenzó a saludarlo de manera diferente, con abrazos más prolongados, susurros en el oído, y rose de su cuerpo cada vez que se tropezaban en los pasillos que ya eran bastante angostos y hacían que sus cuerpos se tocaran y eso pasaba frecuentemente.

Lucia, era casada lo que hacía que Ricardo se limitara a invitarla a tomar un café o salir a bailar o comer, ya que la ciudad era pequeña y era mejor no buscar problemas.


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Un día ella se levanto y fue al baño, en ese instante Ricardo salía y sus cuerpos quedaron frente a frente y ambos se miraron y sus ojos no podían dejar de verse, él la tomo bruscamente del brazo y la llevo a un cuarto de limpieza, cerró la puerta y los besos comenzaron a darse sin parar, sus lenguas se enredaron dejando eso que tanto habían anhelado por largo tiempo, fue un encuentro que duro unos minutos pero para los nuevos amantes parecía de horas. Ella acomodo su cabello y salió sin decir nada, el calmo su naturaleza y se reintegro a trabajar.
Al otro día se volvieron a encontrar fortuitamente en el mismo lugar, pero esta vez ella fue quien lo empujo al cuartito e inmediatamente desabrochó su pantalón y empezó a hacer lo que mas le gustaba, el placer mas divino para Lucia era meter el pene en su boca y llevarlo hasta el final y que el semen se explotara dentro de ella, no lo tragaba pero era lo más placentero para su cuerpo.


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Acordaron estos encuentros cada dos semanas, donde en casi un año desbordaron esa pasión solo comiéndose sus sexos de manera salvaje, él disfrutando lo que más le gustaba que le hicieran, ella haciendo lo que más le gustaba hacer a escondidas pese a su estado civil que le limitaba ir mas allá de lo que deseaba, era sexo diferente, no había penetración, no había orgasmo vaginal, solo sus bocas, comiéndose y teniendo ese placer ya vulgar para muchos, pero que ellos entendían era lo que podían hacer en ese momentos.

Lucia anhelaba ir a la cama con ese hombre que le hacia pensarlo en las noches, y que cada vez que llegaba a su casa después de esos encuentros se masturbaba llegando al orgasmo solo de saber que era penetrada por aquello que tanto se había comido.
El trabajo siguió y Ricardo tuvo que salir de la ciudad, la despedida fue de solo un abrazo con un gran beso lleno de nostalgia por esos encuentros que dejarían de pasar.

Paso un año para que Ricardo volviera a esa ciudad que lo había visto crecer como profesional y busco a Lucia ya no estaba en el periódico, y se entero que se había separado de su esposo, a lo que inteligentemente la hizo buscar y ambos se fueron a un hotel donde lentamente y apasionadamente consumaron aquello que un dos años atrás había comenzado, en ese tiempo desbordaron lo que habían guardado hasta quedar completamente abatidos por el sexo que les consumía.


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Ambos se abrazaron y entendieron que nunca mas volvería a pasar, el se fue, ella siguió su vida, pero los dos aun piensan ¿que pasaría se volvieran a ver.?