Drufz...

in #spanish5 years ago

"La vida vale tanto, que cualquier sacrificio por ella se asumiría sin temor…”

Saludos Amigos. El estado mental es responsable de los más aterradores actos que procesamos en nuestro entorno. Sea fantasía o no, siempre alguien tendrá la culpa. A continuación, el texto para su consideración y comentarios.

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Esa tarde, caía una pertinaz llovizna. Desde la ventana Vicente miraba la callejuela que, a su final, termina con la plazoleta de la Loca Luz Caraballo. Su majestuosa esfinge se refleja gracias a la iluminación de algunos faros que proyectan un tenue brillo a lo largo de las caminerías que la rodean.

Oscurecía. Algunos transeúntes desfilaban poco a poco hasta tal punto, que el lugar se perdía tras las sombras de sus andanzas.

El chico de piel pálida no pudo evitar esos recuerdos.

De regreso a su pequeña habitación, mira cada esquina, cada posible lugar donde Drufz de un momento a otro, nuevamente cobraría vida. Mostrando sus ojos enrojecidos, lunares puntiagudos regados por su deforme rostro. Un par de brotes de cabellos semi plateado y como olvidar su enorme boca tan desproporcionada comparada con el resto de su fisonomía.

El diminuto ser que recuerda perfectamente Vicente, llega y se va con su risa perturbadora, aunque, se nota que al joven ha ampliado su interés para socializar con lo que se parece a un duende.

Un día se apersonó un amigo quedándose para conversar por un rato en la habitación. Vicente salió a buscar una bebida refrescante, preparada por su mamá. Llenó los vasos hasta el último espacio posible para cubrirlos.

De regreso a la habitación se encuentra con Drufz mostrando su panza enorme, boquiabierto, ojos entrecerrados, recostado sobre el almohadón dispuesto en la cama y totalmente explayado. La única reacción al verlo fue dejar caer los vasos. Su amigo jamás apareció.

Desde aquel día, Drufz se aparece exigiendo a Vicente que otros amigos fuesen llevados a la casa, específicamente al cuarto. donde disfrutaría degustarlos en su totalidad.

A Vicente esa aptitud le molestaba, pero al pasar del tiempo comenzó a formar parte de su vida. Sacrificar a sus amigos lo perturbaba. Drufz a veces amanecía molesto, tanto que no lo dejaba descansar y menos dormir.

Estaba cansado de su presencia, el Joven buscaría la forma de lidiar con Drufz, esperando de un todo, que lo deje tranquilo.

Vicente un día, se bañó, cubrió su cuerpo con abundante talco. Se recostó en la cama dejando pasar las horas, minutos y segundos a espera de la llegada del duende.

Drufz no aparece.

Se escuchan golpes en la puerta. No la abre, a sabiendas que era su madre preocupada por el extraño comportamiento. El hijo balbucea algunas palabras, hasta que se escucha la retirada del lugar.

Apaga la luz. El cansancio y sueño se apodera de su cuerpo. De pronto se escucha un sonido proveniente del closet, era un chirrido escalofriante.

Se levanta dirigiendo su atención hacia aquel sonido, se escuchaban como traqueos de dientes, eran tan fuertes que los vellos sucumbían ante la ley de gravedad, levantándolos hasta más no poder.

Lanza sus manos hasta las asas de las puertas de romanillas. Respira profundo. De un golpe las abre.

Drufz estaba parado, mirándolo fijamente. Movía sus dedos con uñas afiladas mostrándolas como se desplazaban, abriendo sus manos en forma de movimientos de vaivén. La hipnosis de su mirada lo lleva hacia el duende.

Trata de huir, pero no puede, aquel ser se lanza sobre él. Las heridas provocadas por los dientes sucumben un su último grito. - ¡Nooooo! -

Se deja escuchar la puerta. Entra la señora. Enciende la luz. Llevándose la mayor de las sorpresas. Drufz, aventado una vez más yace acostado chupándose los dedos.

Desde ese día. La señora se encarga de invitar con cierta frecuencia a los amigos de su hijo. Compartiendo la habitación, donde más nunca saldrían de ella…

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J.R.M.(@siondaba)


Gracias por leer. Hasta la próxima.

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Saludos @don.quijote, agradezco al proyecto cervantes por su apoyo. Abrazos