Cuentos para asustarte: Concurso de relatos inspirados en mitos y leyendas latinomericanas – En Alguna Parte del Bosque.

in #spanish6 years ago
Buenas tardes amigos de Steemit. Hoy escribí un cuento para entrar en el concurso propuesto por @marlyncabrera.

Desde muy niña, mis abuelos solían (sí, ya murieron) contarnos a mi, mis hermanas y primos, leyendas de nuestra región. Siempre me llamó mucho la atención su forma de contarlas, pues nos hacía pensar que de alguna manera las había vivido. Esta tarde, recordé algunas de esas historias. La que me encantaba era una donde una criatura parecida a un tigre con ojos encendidos en fuego perseguía los campesinos que se iban de cacería en las madrugadas.
Esta leyenda me inspiró a la que hoy les quiero presentar.

De antemano les agradezco sus comentarios.

En Alguna Parte del Bosque

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Iba con el paso cansado, caminando entre los arboles del inmenso bosque. Llevaba unas cuantas horas perdido, la noche había caído y el cielo estaba nublado. Mire a mi alrededor en busca de alguna luz que me indicara el camino que debía seguir, pero no hallé ninguna. El bosque estaba silencioso y amenazador, solo lograba oír los agudos sonidos que hacían los grillos y el ulular de los búhos en los arboles.

Por alguna razón me sentía incomodo, supongo que se debía a las historias que se contaban en mi pueblo; todas referentes a criaturas nocturnas que salían en las noches en buscas de almas andantes que perdían su rumbo.

No quería hacerle caso a las historias de la abuela, ni a la del vecino. Prefería la ignorancia porque sabía que si me ponía a pensar en ello terminaría asustado y con el corazón acelerado.

Intenté continuar más deprisa, sin mirar a los lados, ya que la oscuridad que había me hacía ver cosas que no existían; ojos rojos, gruñidos y pasos. Quería ignorar todo eso, pero de alguna manera sabía que estaban allí. Podía sentir como el miedo empezaba a meterse en mi piel, en mi cabeza, llenándome de nerviosismo.

De repente, escuché un grito, un grito de mujer. Pegué un brinco, con los nervios de punta y con el corazón en la boca. Miré a los lados para ver si había alguien, pero como la primera vez, el bosque se hallaba solo. Volví a escuchar aquel grito, esta vez agonizante y el miedo que sentí me heló la sangre. Corrí en dirección a aquel grito, esperando poder ayudar a aquella mujer que a lo mejor se había caído y fracturado algo, ¿quién sabe?

Puse atención y el grito se oyó más cerca. Cuando llegué al lugar de donde provenía el grito, pude ver, aunque mis ojos no lo creían, la figura de un zorro con sus huesos expuestos y sangrando terriblemente. ¿Qué pudo haberle hecho semejantes heridas? Sus ojos me miraron y sentí angustia por el pobre animal, así que fui en busca de una piedra para culminar con su dolor. Sin embargo, al mirar al lugar donde yacía aquel moribundo zorro, no encontré nada. El animal había desaparecido.

Mis ojos no se lo creían, se había ido.

Caí de rodillas en el lugar donde la sangre del zorro hace un momento había estado, cuando un escalofrío subió por mi columna vertebral. Un par de ojos me veían detrás de los arboles; en ese momento las historias de mi pueblo hicieron presencia, todo era real. El gruñido que hizo la criatura fue lo más horrible que había escuchado en toda mi vida; una mezcla entre la risa de una hiena y el gruñido de un lobo. La piedra que tenía en mis manos cayó al suelo y aquella criatura mostró sus dientes afilados, era como si me sonriera de alguna forma.

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Mis piernas débiles, poco a poco se levantaron. La criatura volvió a gruñir, esta vez más fuerte. Cuando estuve de pie miré a los alrededores, una luz se mostró al final de un senderó que antes no había visto. No lo pensé y corrí, corrí por la vida que aun tenía y que no quería perder. Sentí a la criatura correr detrás de mí, pero no me detuve, la luz cada vez se veía más cerca. Un grito casi me hace caer, pero no hice caso, cada vez sentía a la bestia acercándose.

Cuando llegué al primer farol, sentí alivio, también sentí como se alejaba la criatura entre los matorrales del inmenso bosque. Seguí corriendo hasta encontrar la primera cabaña. Allí me atendieron unos lugareños quienes me dieron de beber y me ayudaron. Aun sentía los nervios y el corazón me palpitaba acelerado. Cuando les conté lo que me había sucedido, quedaron en silencio; ninguno habló y solo se persignaron y rezaron.

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Años después, la gente aun cuenta mi historia en conjunto a la de otros sobrevivientes. Cuentan sobre el grito de una mujer, el zorro moribundo y la criatura que se encuentra en alguna parte del bosque y que espera a los sin rumbo para devorarlos hasta la muerte.

¡Gracias por su lectura!

Si aun quieren participar en esta iniciativa propuesta por @marlyncabrera, tienes hasta mañana 12 p.m para hacerlo. Para ver las bases del concurso haz click aquí

¡Suerte a todos los concursantes!

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Aquellos sin rumbo corren peligro. Se pierden en algún bosque o los devora el miedo. Sus desgracias son ejemplo para los hombres por venir.

Me encanta este relato, @snowy-june

¡Gracias por participar! ♥

Me alegra que le haya gustado. Un placer para mí haber participado, @marlyncabrera.