La última alma

Es un placer conocerte, lector. Acomódate en tu silla, siéntete bienvenido a nuestro pequeño hogar. Sería placentero contarte una historia silenciosa y dañina para sus participantes. Que pena que aún busques grandes historias de amor y felicidad. Realmente es una pena porque no sabemos cómo consolarte.

Disculpe de antemano, porque no nos interese su estado de ánimo. Sentimos verdadera repulsión hacia lo falso, hacia lo moralmente correcto como lo es, por ejemplo, su sonrisa, su felicidad y positivismo inútil. Despreciamos las mentiras porque fueron ellas quienes nos dejaron aquí, en ésta habitación vacía. Preguntarás pues, por qué tanto odio, por qué tanto rencor, y quienes somos. Verás, es muy sencillo: Lo somos todo para ti.

Somos tu mundo entero. Somos tus secretos más oscuros y profundos hechos realidad. Somos tus miedos. Tu espejo interno fragmentado en mil pedazos. Somos todo para ti lector, y a la vez, no somos nada.

Eres bienvenido a nuestro pequeño mundo. Estamos en lo más profundo de tu ser. Somos tu más sincero hogar, pero en ti queda encontrarnos. Tu propia realidad será aquello a lo que tanto te aferrarás para no sentirte perdido.

O eso hicimos todos cuando entramos aquí.

Prohibido cualquier tipo de adaptación o copia parcial o total, de ser así se tomarán las medidas justas y necesarias.