La meditación regular apoya eficazmente la salud mental, emocional y física en numerosas formas tangibles. Varios estudios previos han respaldado la hipótesis de que el entrenamiento de la meditación mejora la regulación emocional de los practicantes. Los programas de entrenamiento de meditación pueden tener efectos mensurables sobre cómo funciona el cerebro aumentando la materia gris y retrasando el envejecimiento cerebral.

En 2016, la Dra. Sara Lazar, una neurocientífica del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard, fue una de las primeras científicas en tomar las afirmaciones anecdóticas sobre los beneficios de la meditación y la atención plena y probarlas en escáneres cerebrales.
Ella llegó a la meditación a través de yoga y pronto empezó a notar cambios significativos a la hora de manejar situaciones difíciles, de hecho se sentía y podía ver con más claridad el punto de vista de los demás.

¿Cómo era esto posible?

Al principio pensó que podría ser un efecto placebo “Mi profesora de yoga me dijo que me sentiría así y por eso experimento esto”
Como neuróloga empezó a preguntarse ¿porqué algo tan tonto como una postura de yoga o sentarse y observar tu respiración podía producir cambios tan significativos?
Lo que sabemos es que al repetir un comportamiento, una y otra vez, esto puede producir cambios en el cerebro, es lo que se define como Neuroplasticidad, lo que significa que tu cerebro es plástico y que las experiencias pueden cambiar como las neuronas se comunican entre sí.

Primer estudio

Entonces hizo un estudio reclutando a personas normales de todas partes del mundo, que no eran monjes ni maestros y que practicaban meditación 30 minutos al día aproximadamente, los escanearon y los compararon con un grupo de gente demográficamente afín pero que no meditaban y descubrieron que había zonas con más materia gris en la ínsula y las regiones sensoriales, la corteza auditiva y sensorial en el caso de los meditadores comparados con el grupo de control. Lo cual tiene sentido porque cuando eres consciente, prestas atención a tu respiración, a los sonidos, a la experiencia del momento presente y cierras la cognición, es lógico pensar que tus sentidos mejorarán.
Una de las regiones a destacar está en la parte frontal del cerebro, esta es el área que se encarga de la memoria funcional y ejecuta la toma de decisiones. Lo más interesante fue cuando hicieron un gráfico de los datos en función de sus edades.

Está bien documentado que conforme envejecemos gran parte de nuestra corteza cerebral se reduce, y esta es parte de la razón por la que cuando envejecemos es más difícil averiguar cosas y recordarlas.
En esta región en particular, los meditadores de 50 años tenían la misma cantidad de corteza que los de 25, lo que sugiere que la práctica de la meditación puede en verdad atrasar o prevenir el deterioro natural asociado con la edad.
Los críticos, que fueron muchos, decían que los meditadores son raros, que quizás ya estaban así antes de empezar a meditar. Había muchos vegetarianos, así que, quizás tuviera algo que ver con su dieta. Ciertamente, el primer estudio no cubría eso, entonces decidieron hacer un segundo estudio.

Segundo estudio

En este estudio cogimos gente que nunca antes hubiera meditado y los pusieron en un programa de ocho semanas de meditación, donde meditaban un promedio de 30 minutos todos los días. Pasadas las ocho semanas los volvieron a escanear y encontraron que varias áreas del cerebro se hicieron más grandes y afectaban al área importante para el aprendizaje, la memoria y la regulación emocional. Fue interesante ver como las personas con depresión y trastornos tenían menos materia gris en esta región.

Otra región que identificaron fue el área que afecta a la perspectiva, la empatía y la compasión. De nuevo la gente volvía a reportar cambios en estas funciones.
Entonces observaron la amígdala, esta es la parte emocional del cerebro. Aquí encontramos una disminución importante de materia gris. Este cambio estaba relacionado con el cambio de estrés. Cuanto menos estrés sufrían estas personas menor se hacia su amígdala, era el paralelo opuesto.

Conclusiones

“La meditación literalmente puede cambiar tu cerebro”

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Estos estudios muestran que no hay que cambiar el ambiente, si no más bien, hay que cambiar la reacción de la gente hacia el ambiente. Muestran es que la gente no solo se sentía mejor por una respuesta placebo, si no que había una gran razón neurológica para sentirse menos estresados y más capacitados. Además demuestran sustancialmente que la materia gris aumenta previniendo el envejecimiento cerebral.

“La plasticidad cerebral en adultos puede mejorar la inteligencia social”

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"Nuestros resultados proporcionan evidencias impresionantes de que la plasticidad cerebral en adultos, lograda a través de un entrenamiento breve y diario, puede mejorar la inteligencia social", ha dicho Tania Singer, coatuora del estudio y principal investigadores del ReSource Project. "Dado que la empatía, la compasión y la capacidad de ver las cosas desde otras perspectivas son cruciales para tener unas interacciones sociales exitosas, la resolución de conflictos o la cooperación, creemos que estos hallazgos son muy importantes para el sistema educativo y que además tienen aplicaciones clínicas"

“La meditación es una alternativa natural a los fármacos antidepresivos”

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Según el investigador Madhav Goyal, de la Universidad Johns Hopkins, los efectos de meditar sobre ansiedad y depresión son pequeños o moderados, pero tanto “como los que se pueden esperar de los antidepresivos, pero sin las toxicidades asociadas”. Goyal sugiere que los médicos deberían saber más sobre sus efectos para la salud mental.

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• Científicos descubren cómo la meditación cambia el cerebro
• Como la Meditación y el yoga pueden cambiar la forma de nuestro Cerebro. Dra. Sara Lazar. Charla TED

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