Una velada con Einstein: Una anécdota apasionante.

in #spanish7 years ago (edited)


Saludos a todos los usuarios de Steemit, hoy estaba en la sala de espera de mi odontologo y me toco esperar ya que habían varias personas delante de mi habían unas cuantas revistas que por lo general tienen información que me interesa poco como farándula y esas cosas, pero después de solo pasar y pasar paginas de varias revistas me encontré con un articulo que de verdad me encanto, es sobre una anécdota del escritor Jerome Weidman y el físico Albert Einstein particularmente me gusta la historia de este personaje tan significativo para la ciencia pero esta anécdota no tiene nada que ver con Física ni mucho menos con la conocida Teoría de la Relatividad de Einstein, mas bien es una muestra de la grandeza de este gran hombre que va mas allá de las complicadas formulas y teorías. Hoy me gustaría compartir con ustedes esta apasionante historia quizás algunos ya lo conocen pero estoy seguro que muchos no, espero que les guste.



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Una velada con Einstein.

Cuando era muy joven y apenas me estaba abriendo camino en la vida, me invitaron a cenar en casa de un distinguido filántropo neoyorquino. Después de la cena,nuestra anfitriona nos llevo a un enorme salón. Mientras entraba los otros invitados, vi cosas inquietantes: algunos empleados estaban acomodados en pequeñas sillas doradas en largas y ordenadas hileras,y, al frente había instrumentos musicales apoyados contra la pared. Al parecer, no podía escapar de una velada de de cámara.

Hablo de "escapar" porque la música no significaba nada para mi: no tengo oído musical y cantar la mas simple tonada me exige un inmenso esfuerzo. Ademas, entonces pensaba que la música seria no era mas que una mezcolanza de ruidos. Así que actué como siempre que me veía atrapado: me senté y, cuando comenzó la música, fije en mi rostro una expresión de concentración inteligente o al menos eso esperaba, cerré mis oídos al mundo exterior y me sumergí en mis pensamientos, en realidad completamente irrelevantes.
Un rato despues, cuando note que los demas aplaudian, conclui que era seguro destapar mis oidos. En ese momento,escuche a mi derecha una voz suave pero muy penetrante. -¿Le gusta Bach?- pregunto. Yo era escritor y sabia tanto de bach como de fisica nuclear pero si conocia ese rostro, uno de los mas renombrado del planeta, con la famosa mata desordenada de cabello blanco y omnipresente pipa en la boca. Estaba sentado junto a Albert Enistein.

-bueno-dije,incomodo, y vacile. Era una pregunta informal; lo única que debí hacer era responder de la misma forma. Pero en los extraordinarios ojos de mi vecino pude ver que hablaba por mera amabilidad: para el nuestro intercambio verbal parecia tener una gran trascendencia. Sentí, sin asomo de duda, que ese no era el hombre al que se le decía una mentira, por pequeña que fuera. -No se nada de bach- añadí- .
Nunca he escuchado su música. Una mirada de asombro y confusión apareció en el expresivo rostro de Einstein. ¿Nunca ha escuchado a Bach?. Fue como si hubiese dicho que jamas me había dado un baño. -No es que no quiera que me guste Bach - me apresure a contestar -. Lo que pasa es que casi no tengo oído musical, y realmente nunca he escuchado la obra de ningún músico. la mirada del viejo señor se lleno de preocupación -Por favor dijo de pronto ¿vendría conmigo? Se levanto y me tomo del brazo. Me incorpore. Mientras me guiaba por el abarrotado salón, mantuve mis avergonzados ojos fijos a la alfombre.Un murmullo creciente de especulación y desconcierto siguió nuestros pasos. Einstein no le presto la menor atención.$
Me llevo al segundo piso. Era evidente que conocía bien el lugar. Abrió la puerto de un estudio revestido de libros, me hizo entrar y cerro la puerta.-Bien-dijo -¿podría decirme, si es tan amable, desde cuando siente eso por la música? - toda la vida- le dije, sintiéndome muy mal-. Pero derive volver a la sala para seguir escuchando, doctor Einstein. El hecho de que yo no lo difrute no importa.
Sacudió la cabeza y frunció el ceño, como si yo hubiese dicho algo completamente intrascendente.

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¿ve?, Grito Einstein Cuando deje de cantar ¡si tiene oido!

-Digame, por favor ¿hay algún tipo de música que le guste? -Bueno, me gusta las canciones con letra y música con una melodía que pueda seguir. Sonrió y asintió con la cabeza, evidentemente satisfecho. -¿Podría darme un ejemplo? -Bueno - me arriesgue -, casi cualquier cosa de Bing Crosby. -¡Muy bien! -dijo enérgico y asintiendo de nuevo. Fue hasta un rincón, abrió un fonografo y busco entre los toca discos. Yo lo miraba con incomodidad. -¡ah!- -dijo al fin ,feliz. Puso el disco y el estudio se lleno con alegres y relajantes compases de When the blue ,The gold, Of the day, de Bing Crosby. Einstein me sonrió y llevo el ritmo con su pipa. Depues de tres o cuatro frases, detuvo el fonofrafo

-Bien dijo ¿Podría decirme,por favor, que acaba de oír? La respuesta mas simple parecía cantar la letra. Y eso hice, tratando de no desafinar y que no se me quebrara la vos. La expresión del físico se ilumino como un amanecer.-¿Ve? - grito con regocijo cuando deje de cantar - ¡si tiene oído! Masculle que era mis canciones favoritas y que la había escuchado cientos de veces, por lo que eso no probaba nada. -Tonterías- dijo-. ¡Lo prueba todo! ¿Recuerda su primera clase de aritmética? imagine que, es su primer contacto con los números, sus maestros le hubieran ordenado que resolviera un problema con,digamos,divisiones o quebrados.¿cree usted que había podido hacerlo? -No, claro que no -¡exacto! - dijo el, haciendo un movimiento triunfal con su pipa. Habría sido imposible y usted habría reaccionado con pánico, cerrando su mente. Como resultado de ese pequeño error del maestro, tal vez usted hubiese perdido para siempre la capacidad de ver la belleza de las divisiones y los quebrados -su pipa hizo una expresión de ola- .

Pero Ningún maestro seria tan insensato en el primer día de clase; comenzaría con lo mas elemental y, luego, cuando usted pudiera resolver problemas sencillos,pasaría a divisiones y los quebrados. Lo mismo sucede con la música. -Esta simple y encantadora cancioncita-dijo, tomando el disco es como las sumas y las restas elementales. Como usted ya la domina ala perfección, es hora de pasar a algo mas complejo .
Tomo otro disco y lo coloco en el aparato. The Trumpeter cantada por la bella voz de John Mc-cormack, inundo la habitación. Poco después, el físico apago la música .-Bien-dijo-¿Me cantaría lo que escucho, por favor?. Lo hice, con mucha timidez, pero, para mi sorpresa, con bastante precisión. El me observaba fijamente con una mirada que solo había visto una vez en mi vida: en el rostro de padre mientras me escuchaba dar un discurso de despedida en ceremonia de graduación de la secundaria. - ¡Excelente!- comento Einstein cuando hube terminado- ¡Y ahora esto!. "Esto" resulto ser Caruso, en lo que era, para mi, un fragmento irreconocible de la opera Cavalleria Rusticana. No obstante, logre reproducir algo parecido al canto del famoso tenor. El sonreía complacido. A Caruso le siguieron al menos doce obras mas. Yo estaba maravillado de que ese gran hombre, en cuya compañía había quedado por casualidad, estuviera tan concentrado en lo que estábamos haciendo, como si yo fura su único interés .
Finalmente llegamos a grabaciones de musica sin letra, que Einstein me pedía que tarareara. Cuando debía alcanzar una nota aguda, el físico abría la boca e inclinaba la cabeza hacia atrás, como si quisiera ayudarme a lograr lo imposible al parecer, estuve bastante cerca, pues de repente apago el fonografo. -Ahora,muchacho, ¡estamos listos para Bach! -me dijo, poniendo su brazo en el mio.


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"Al término del concierto uní mi aplauso sincero al de los demás"

Mientras tomábamos asiento en el gran salón, los músicos afinaban para comenzar una nueva pieza. El hombre sonrio y me dio una palmadita tranquilizadora en la rodilla. -solo permítase escuchar- me susurro-. No se necesita nada mas. En realidad no era así, sin el esfuerzo que acaba de dedicarme, a mi, un perfecto extraño, jamas habria podido escuchar, como lo hice aquella noche por primera vez en mi vida, la obra "Las ovejas pueden pastar segura" de Bach. La he oido muchas veces desde entonces. Creo que jamas me cansare de hacerlo, porque nunca la escucho solo: me acompaña un hombre bajo y robusto, con una mata de desordenado cabello blanco, un pipa apegada entrelos dientes y una mirada que abarca, en su extraordinaria calidez, todo el asombro del mundo.

Cuando termino el concierto, uni mi aplauso sincero al de los demás. De pronto, nos confronto nuestra anfitriona, quien dijo, lanzándome una mirada glacial: -Lamento mucho,doctor Einstein, que se haya perdido buena parte de este concierto. Einstein y yo nos levantamos . -Yo tambien-dijo-, pero mi joven amigo y yo nos dedicamos a la mas poderosa actividad de la que es capaz un ser humano.
-¿De verdad?- dijo, perpleja-¿ Y que actividad es esa? Einsten sonrió, puso su brazo sobre mis hombros y pronuncio diez palabras que, al menos para una persona que esta en deuda eterna con el son su epitafio:

Explorar un espacio mas en la frontera de la belleza.

Albert Eintein era un apasionado de la música. Alguna vez dijo: "Si no fuera físico probablemente seria músico".



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wooow señora anécdota... sugiero escuchen todas las piezas del clave bien temperado. como dato curioso una vez dijo aquel famoso fisico que probablemente hubiese sido músico si no hubiese dedicadose a la física o algo asi... si puedes compartir en estos espacios el post seria exelente            

SIi mi pana una gran anecdota.

Wuao! muy genial!!! tienes mi apoyo!

Inspirador. Muy buena info, mi pana.